Poco a poco la relativa normalidad que nos deja la pandemia del coronavirus va llegando a Valencia. También a las galerías de arte. El próximo día 29 de mayo, el centro Plastic Murs de Russafa volverá al ritual de inaugurar una nueva exposición, aunque con rígidas medidas que garanticen la seguridad.
Lo hace con una muestra de Nuria Riaza que reflexiona en ella sobre una cuestión que la pandemia ha puesto de especial relevancia estos meses: el dolor. En concreto, Doulerus, Migraines y Sonates se adentra en el dolor a partir de una instalación compuesta por cerámicas y dibujos y tres de series de obras sobre papel, que combinan el uso del bolígrafo bic y el bordado, tan característico en la obra de Riaza, con el acrílico y el grafito.
Con esta exposición, que permanecerá abierta hasta el 26 de junio, la autora ha querido plasmar “las imágenes y sensaciones que se experimentan cuando tienes una migraña con aura, pero también la idea de dolor. El sentirse roto. Padecer migraña es algo común, se estima que afecta a un un 15% de la población mundial”, comentaba.
Concebida por la artista como “una oda al daño físico y moral”, Douleurs, Migraines et Sonate se articula en tres parte: sujetos, espacios y objetos. Para Riaza “funcionan en conjunto como una alabanza al dolor, hasta el punto de tratarlo como ente. Es una reflexión personal sobre los sitios comunes. La búsqueda de un espacio en el que, el plano sensitivo y el sensible, tienen el mismo poder”.
Para Cristina Chumillas, comisaria de la exposición, con estos trabajos Riaza “se adentra en las zonas oscuras para mostrar lo fantástico que puede resultar el dolor en su cotidianeidad. Con un conocimiento conciso de la situación que la afecta y un exquisito rigor técnico, nos traslada entre delirios de fantasía y realidad a su mundo particular, tal y como lo hizo Carroll en sus libros”.
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