Foto­gra­ma de «Todo bien».

El cortometraje producido por Rocío Benavent y dirigido por Diana Acién encara la recta final hasta la gala de los premios del cine español que se celebrará el 10 de febrero.

Foto­gra­ma de «Todo bien».

El cor­to­me­tra­je ani­ma­do «Todo bien», pro­du­ci­do por Rocio Bena­vent de la empre­sa
Sal­ta­ri­nas y diri­gi­do por Dia­na Acién, es uno de los pro­duc­tos audio­vi­sua­les de
fabri­ca­ción valen­cia­na que repre­sen­ta­rán al cor­to­me­tra­je ani­ma­do en la pró­xi­ma 38a
edi­ción de los Pre­mios Goya. La gala está pro­gra­ma­da para el pró­xi­mo 10 de
febre­ro en Valla­do­lid y «Todo bien» podría con­sa­grar­se como el mejor cor­to­me­tra­je
en su cate­go­ría.

Como la vida mis­ma, «Todo bien» es una tra­gi­co­me­dia surrea­lis­ta con una mira­da
femi­nis­ta, que se des­en­vuel­ve en un esce­na­rio en don­de los roles de ambos
per­so­na­jes se ven ines­pe­ra­da­men­te inver­ti­dos, sumer­gién­do­los asi en una “nue­va
reali­dad” que desa­fía­rá su capa­ci­dad de adap­ta­ción duran­te toda la pelí­cu­la. Este
cor­to­me­tra­je con una dura­ción de unos 7 minu­tos cuen­ta con el apo­yo de À Punt
Media y la ayu­da a la pro­duc­ción del Ins­ti­tut Valen­cià de Cul­tu­ra, entre otras, ha
sido selec­cio­na­do entre 13 cor­to­me­tra­jes ani­ma­dos que com­pe­tían este año y ha
sido nomi­na­do entre los 5 mejo­res.

En su bre­ve reco­rri­do, «Todo bien» ya acu­mu­la alre­de­dor de 38 selec­cio­nes en
fes­ti­va­les nacio­na­les e inter­na­cio­na­les, una men­ción espe­cial del jura­do en el
Fes­ti­val de Cine de Giro­na en la sec­ción de ani­ma­ción, y el pre­mio al Mejor
Cor­to­me­tra­je de Ani­ma­ción del Fes­ti­val Fena­vid de Boli­via.

Una comedia pandémica

El 14 de mar­zo de 2020 se decre­ta el esta­do de alar­ma con un nue­vo virus lla­ma­do
COVID-19 que se con­ta­gia con faci­li­dad. Un estor­nu­do de Anna, la pro­ta­go­nis­ta,
des­en­ca­de­na el mie­do y ansie­dad de Vicent, su pare­ja, que se verá abo­ca­do a
obse­sio­nar­se con la lim­pie­za, mien­tras que Anna pien­sa un plan que roza lo
absur­do: salir al exte­rior a pasear un perro de jugue­te.

Dia­na Acién, su direc­to­ra, creó esta come­dia “pan­dé­mi­ca” con bas­tan­te humor
negro, res­ca­ta­do así el olvi­da­do coro­na­vi­rus Covid19 y las emo­cio­nes huma­nas
con­tra­dic­to­rias que todos vivi­mos en esos momen­tos tan vul­ne­ra­bles. Rocío
Bena­vent, pro­duc­to­ra eje­cu­ti­va del cor­to­me­tra­je, men­cio­na: “es un cor­to hecho en
pan­de­mia, ya que está­ba­mos con­fi­na­dos duran­te el pro­pio roda­je, conec­ta­dos
des­de nues­tras casas, tra­ba­jan­do con video­lla­ma­das sin poder salir”.

«Todo bien» es el resul­ta­do del esfuer­zo de un gran equi­po equi­ta­ti­vo de
pro­fe­sio­na­les de la ani­ma­ción valen­cia­na actual, como son: Ele­na Albert como jefa
de pro­duc­ción; Juan Igna­cio Meneu como direc­tor de ani­ma­ción; Car­los Man­sa
como músi­co; Lau­ra Villal­pan­do como story­boar­der; Veró­ni­ca Cor­tés, Joa­quín
Motos, Alber­to Fer­nán­dez, Móni­ca Mar­tí­nez, Patri­cia López, Javier Pérez y María
Royo como ani­ma­do­res; Mari­sa Sán­chez como edi­to­ra; Raúl Sán­chez y Jano
Cer­ve­lle­ra como Ilu­mi­na­ción y com­po; Tayeb Bena­dou­da y Dina Pedrol com so; y
Lolo Camino y Natxo Ramí­rez como con­cept art.

Este cor­to­me­tra­je ofre­ce una pers­pec­ti­va surrea­lis­ta y en tono de tra­gi­co­me­dia,
reco­gien­do momen­tos anec­dó­ti­cos, como el del perro de jugue­te, que está basa­do
en una noti­cia que publi­ca­ron sobre un señor que fue mul­ta­do por sacar a pasear un
perro de jugue­te en pleno esta­do de alar­ma. «La poli­cía san­cio­na a un hom­bre en
Palen­cia por salir a pasear con un perro de pelu­che», titu­lé 20 minu­tos.

Foto­gra­ma de «Todo bien».

«Todo bien» es un cor­to­me­tra­je de téc­ni­ca 3D pero con muchos deta­lles en 2D, que
nos aden­tra en la téc­ni­ca de la ani­ma­ción des­de todas sus ver­tien­tes. Cabe
des­ta­car la tex­tu­ra de los per­so­na­jes en con­ti­nuo movi­mien­to, cons­trui­das a par­tir
de hue­llas dac­ti­la­res esca­nea­das en varias posi­cio­nes, que nos recuer­da en
oca­sio­nes al stop motion y la plas­te­li­na.

O los ros­tros de los per­so­na­jes que son un
dedo índi­ce, imi­tan­do las hue­llas dac­ti­la­res per­so­na­les e intrans­fe­ri­bles que se
expre­san a tra­vés de dibu­jos en 2D para dar­le vida a sus ges­tos y expre­sio­nes.
Este cor­to­me­tra­je es un tes­ti­mo­nio de la capa­ci­dad del cine para explo­rar las
emo­cio­nes, ape­lan­do al espec­ta­dor y dán­do­le la opor­tu­ni­dad de refle­xio­nar sobre
los desa­fíos emo­cio­na­les que nos supu­so esta expe­rien­cia colec­ti­va.

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