La sala de expo­si­cio­nes del Ayun­ta­mien­to aco­ge, has­ta el pró­xi­mo 28 de mar­zo, un reco­rri­do por la bio­gra­fía y la tra­yec­to­ria del pia­nis­ta valen­ciano José Itur­bi. La mues­tra, comi­sa­ria­da por Mano­lo Gil y Òscar Oli­ver, con­tie­ne mate­rial iné­di­to com entre­vis­tas e inter­pre­ta­cio­nes musi­ca­les del pia­nis­ta valen­ciano y tam­bién su piano. Este 28 de noviem­bre se cum­plen, pre­ci­sa­men­te, 125 años de su naci­mien­to y 40 des­de su muer­te.

La con­ce­ja­la de Patri­mo­nio y Recur­sos Cul­tu­rals, Glò­ria Tello, afir­ma que “es una de las expo­si­cio­nes más poten­tes que hemos hecho nun­ca des­de esta con­ce­ja­lía y me atre­ve­ría a decir que es la expo­si­ción más impor­tan­te que se ha hecho nun­ca de la figu­ra de Itur­bi. Según la con­ce­ja­la, “Itur­bi fue un gran pia­nis­ta, un gran direc­tor de orques­ta y un gran inté­pre­te musi­cal en las pelí­cu­las de Holly­wood pero, des­gra­cia­da­men­te, no es un músi­co tan reco­no­ci­do por los valen­cia­nos y las valen­cia­nas”.

El gran mérito de Iturbi, acercar la música clásica al gran público

Uno de los comi­sa­rios de la expo­si­ción, Mano­lo Gil, ha expli­ca­do que Itur­bi sólo estu­vo cin­co años en Holly­wood pero ese paso por la capi­tal del cine “ha oscu­re­ci­do toda su tra­yec­to­ria como si hubie­ra supues­to una fri­vo­li­za­ción del per­so­na­je”. Según Gil, “el gran méri­to de Itur­bi es acer­car la músi­ca clá­si­ca al gran públi­co. Él hizo de la “Polo­ne­sa” de Cho­pin o del “Cla­ro de Luna” de Debussy un dis­co de oro con un millón de dis­cos ven­di­do”.

En la mues­tra pue­de ver­se mate­rial iné­di­to, como una entre­vis­ta que TVE le hizo en 1976, y frag­men­tos de con­cier­tos diri­gi­dos e inter­pre­ta­dos por Itur­bi y que nun­ca habían vis­to la luz.

Tam­bién podrán con­tem­plar­se pro­gra­mas de mano de los tea­tros y audi­to­rios don­de actuó. Gra­cias a la mues­tra sabe­mos que Itur­bi actuó en Mon­te­vi­deo en 1.927, una visi­ta a la capi­tal uru­gua­ya com­ple­ta­men­te des­co­no­ci­da has­ta aho­ra.

En la expo­si­ción tam­bién hay docu­men­ta­ción y mate­rial pri­va­do apor­ta­do por la fami­lia del pia­nis­ta.