Tiempo de locura, de actitudes políticas que machacan la necesidad de progreso humano, la cultura y el conocimiento, sus mejores valores, y en cambio defienden la violencia y la represión del pensamiento libre como única solución para restaurar un presunto orden mundial. Suena muy feo.
La deriva política de los EEUU nos habría parecido una broma macabra hace unos años y sin embargo ahí está, saliendo a diario en la televisión vomitando despropósitos, avanzando, gracias a los ingentes medios de que dispone, organizando un nuevo pensamiento único a través del práctico medio de sugerir no pensar en absoluto. Y la violencia es ya una subcultura del super desarrollo que socava el humanismo, conquista esencial que viene de lejos. Tan lejos como el Renacimiento, con hombres como Erasmo de Rotterdam
El proceso social y económico camina al revés. La aparición de las nuevas tecnologías, las redes sociales y los contenidos que estas difunden y que millones de individuos s tragan a diario a través de un segundo cerebro portátil están creando una nueva y letal manera de observar y pensar el mundo.
Indiferencia ante la desgracian ajena, manipulación de las realidades, y sobre todo, y lo peor de todo, auge cada vez más sutil de los totalitarismos como solución a los problemas generales. Un mundo, el de hoy, que se acerca peligrosamente a lo que cuenta la obra esencial de un escritor e intelectual Stephan Zweig (1881–1942) de urgente vigencia.
Ensayista y pensador austriaco cuya una de sus últimas obras se titula precisamente “El mundo de ayer” escrita en 1942, mientras Europa se consumía en las llamas de la II Guerra mundial. Un texto melancólico que nos obliga a mirar el pasado para evitar errores. Se habla hoy en día muy poco y se lee menos a este escritor esencial de la cultura europea del siglo XX. Uno de los biógrafos más notables de la historia de este género literario. Con obras que han abierto los ojos a muchos lectores.
Leí de adolescente su biografía más conocida “Fouché”, relato trepidante y muy documentado de un jefe de la policía implacable que ejerció su poder desde la Revolución Francesa hasta la Restauración borbónica. Un fenómeno del mal.
Zweig no paró de escribir todo tipo de géneros a lo largo de su vida, desde biografías (Balzac, Dickens, Dostoyevski…) hasta ensayos y novelas. El escritor que se suicidó en Brasil, exiliado de la Europa nazi, con su mujer Lotte, desesperado ante el auge de la bnarbarke, viene a cuento ahora más que nunca . En este mundo de hoy. Erasmo de Rotterdam. Triunfo y tragedia de un humanista, escrita en 1938, es un libro que pide ser leído a gritos.
Hablar de Erasmo, muerto en 1536)el autor de Elogio de la locura” es conocer la más deslumbrante celebridad del siglo , del XV, en el que por fin se iba abriendo camino la racionalidad y el respeto al ser humano. Zweig reivindica a Erasmo como “el primero de los escritores y creadores de Occidente consciente de ser europeo, primer pacifista combativo, el abogado más elocuente del ideal humanista, del ideal de los amigos del mundo humanista y del espíritu. Que además siempre fue vencido”. Nuestro Luis Vives introdujo en España su pensamiento, que en síntesis consistía en pensar por sí mismo. Y eso es precisamente lo que en los tiempos que corren se está perdiendo.
Y Zweig, escribiendo de Erasmo y su tiempo , señala algo que es totalmente actual “ Una y otra vez las avenidas del fanatismo, emergiendo de ls profundidades de los instintos humanos, sobrepasan y destruyen todos los diques. Casi cada generación vive retrocesos semejantes y por lo tanto tiene el derecho moral de superarlos sin dejarse confundir”.
Esa fue la lucha de Erasmo, la de Zweig, la de Vives, y tantos humanistas contemporáneos que tratan de contener los “diques reaccionarios” que comienzan a construirse en Europa bajo la doctrina de la los grandes monstruos industriales y militares, dictaduras modernas, como la yanqui y la china.
Hay que volver a este austriaco que perdió la partida pero dejó un ejemplo de dignidad y esperanza de libertad para todo la humanidad. Como escribe de su biografiado Erasmo, el mismo es “residente en ningún país y como en casa de todos, el primer cosmopolita y europeo a conciencia no reconoció la superioridad de ninguna nación sobre las demás”.
Esta magnífica biografía de Erasmo, publicada por Paidos, es una joya para lanzar un poco de esperanza sobre los tiempos que corren . Lo que escribe en 1942 está pasando ahora mismo en pleno 2025: “Surgen tensiones tan huracanadas que rasgan el mundo en dos como una tela y ese gigantesco desgarro atraviesa todos los países, todas las ciudades, todas las casas,. Todas las familias, todos los corazones.”
Es urgente recuperar la lectura y pensamiento del pobre Zweig, que es poco leído hoy en día. Un compromiso ritual con un gran escritor del pasado siglo cuyo sacrificio sigue siendo una enigmática advertencia.
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