En el Colegio Mayor Rector Peset se muestra estos días el trabajo grafico del periodista valenciano Luis Vidal Corella sobre los hechos revolucionarios de octubre de 1934 de los que este año se cumplen 90 años. Esta revuelta obrera que se inició en Asturias y Cataluña tan solo duró en Valencia 48 horas, pero Luis estuvo allí para contarla con imágenes de gran impacto y que se han hecho referentes del fotoperiodismo moderno.
Valencia ha sido tierra de grandes fotógrafos y uno de ellos fue Luis Vidal Corella. El colegio mayor Rector Peset presenta estos días una muestra de su singular trabajo; un pionero fotoperiodista de acción sobre los acontecimientos de la revolución de octubre de 1934 durante la segunda república de la que se cumple su 90 aniversario y que en Valencia tan solo duro 48 horas, pero tuvo sus consecuencias trágicas con la muerte de un tranviario y dos ciudadanos.
La revolución estalló en Asturias y Cataluña, pero aquí en Valencia fue breve. Luis Vidal Corella, miembro de una saga de fotógrafos que se remonta al siglo XIX estaba allí a sus 34 años y puso constatar su pericia y valentía al ofrecernos un reportaje incomparable de la acción obrera en las revueltas urbanas. El joven Corella comenzó su aventura de pionero fotógrafo de prensa a sus 14 años y posteriormente trabajó para los principales diarios valencianos de la época, El Mercantil Valenciano, Diario de Valencia o La Vanguardia de Barcelona. Su padre Martin ya era un artista, pintor y fotógrafo y le enseñó el oficio a su hijo.
Resulta impresionante comprobar como pudio moverse el fotoperiodista con el equipo vetusto que se usaba en aquellos tiempos en el mundo de la fotografía. Al inicio de la exposición, comisariado por Óscar Navarro, lo podemos ver muy joven y sonriente empuñando orgulloso su cámara Zeiss Ertnemann de placas de vidrio con su correspondiente bastidor de madera. Con esa cámara se adentró en uno de los principales escenarios de la revuelta valenciana que fue el barrio del Cabanyal. Allí los obreros portuarios y los miembros de la Unión Naval de Levante volcaron tranvías en la calle de la Reina y también en el centro de Valencia. Tumbar tranvías, un icono perdurable de las revueltas revolucionarias y urbanas del siglo pasado y que realidad no ha cambiado mucho en estos tiempos.
En la actualidad, el volcar coches policiales, furgonetas o contenedores es moneda corriente de los rebeldes en cualquier punto del orbe. En esta exposición el visitante se verá sorprendido por el realismo de las imágenes del fotógrafo, sobre todo la secuencia de los tranvías volcados en las calles del centro de la ciudad ante la mirada atónita de los viandantes; y de la acción de la represión policial.
El gobierno decretó el estado de guerra y sacó a la calle a la Guardia Civil, a fuerzas de caballería y otros cuerpos del ejército. Y allí estaba Vidal Corella, el valiente fotoperiodista que mostraba a la profesión como se deben hacer las cosas. Todo lo contrario de ese tipo de profesional más bien perezoso que se limita a presentarse en un acto público y tirar una foto del palco donde peroran las autoridades sin preocuparse del público o el contexto en el que se dan los hechos.
Valencia tiene como referencia fotográfica al mismísimo Joaquín Sorolla cuyo suegro tenía un estudio de fotografía y gracias a eso el gran artista pudo estudiar la composición de las imágenes. Muchas obras de Sorolla se basan en fotografías previas que le servían para componer escenarios o indumentarias. Sorolla también fue un reportero social a su manera como demuestra su cuadro Y aun dicen que el pescado es caro, donde se ve la muerte de un pescador. La familia Corella es una saga ilustre que cuenta también con un hermano Vicente Vidal Corella, historiador y fotógrafo, que escribió para Las Provincias una magnífica y documentada sección titulada La Valencia de otros tiempos. Luis, el protagonista de esta interesante exposición de la sala de la muralla del rector Peset, murió demasiado pronto a los 59 años. Fue detenido al final de la guerra civil porque había sido vicesecretario del Ateneo Popular, lo que hoy es el Ateneo Mercantil. Por fortuna sin consecuencias graves. Las fotografías de esta exposición muestran con realismo extremo la violencia vivida en la ciudad en aquellos días de octubre. Pero Luis tiene también una obra muy extensa sobre la Guerra Civil que se puede consultar en Internet. Sus fotografías de Manuel Azaña en un mitin de 1935 o el pormenorizado informe grafico de los destrozos producidos en un bombardeo del hospital de Natzaret durante la guerra civil.
La saga de los Corella constituye sin duda un referente dl mundo del periodismo del siglo XX valenciano. Vicente, el hermano de Luis, muerto en 1992, fue también fotógrafo ya en la democracia y el que esto escribe tuvo el honor de trabajar con uno de los últimos Corella Luis Vidal, en el Levante y Hoja del Lunes en distintos reportajes. Cuando fotógrafo y redactor andaban juntos para hacer los trabajos y el mundo digital era inexistente.
La magnífica exposición ha surgido por iniciativa del Ateneo Republicano de Paterna y del nieto superviviente Carlos Vidal. Luis Vidal Corella fue un fotoperiodista de la cotidianidad y hoy se eleva como un maestro de lo que debe ser el periodismo gráfico contemporáneo. Ir al lugar de los hechos, estar presente en medio de la acción, aunque te pueda costar la vida como a Juantxu Rodríguez, Gerda Taro o el mismísimo Capa muertos en el combate. Todos miembros de una leyenda del oficio más peligroso del mundo que no ha terminado todavía.
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