El direc­tor del Ins­ti­tut Valen­cià d’Art Modern, José Miguel G. Cor­tés, y el comi­sa­rio Ser­gio Rubi­ra, han pre­sen­ta­do Caso de estu­dio. El Gabi­ne­te Secre­to de Miquel Nava­rro, un doble pro­yec­to que reúne en la gale­ría 3 del museo las obras de peque­ño for­ma­to de Miquel Nava­rro (Mis­la­ta, 1945) jun­to con pie­zas de su pro­pia colec­ción y una inter­ven­ción espe­cí­fi­ca en la facha­da del museo que com­ple­ta la expo­si­ción.

El artis­ta, que no ha podi­do asis­tir a la pre­sen­ta­ción por moti­vos de salud, ha agra­de­ci­do la ini­cia­ti­va del museo a tra­vés de una car­ta que ha leí­do su com­pa­ñe­ro Rafa Marí des­ta­can­do que se tra­ta de “una mues­tra con varias obras mías —prin­ci­pal­men­te acua­re­las y dibu­jos— que, des­de la edad adul­ta, reme­mo­ran imá­ge­nes y deseos de mi puber­tad. Jun­to a estas pie­zas que tie­nen una emo­cio­na­da car­ga auto­bio­grá­fi­ca, se expo­nen tam­bién obras de mi colec­ción de arte afri­cano o de arte anti­guo”.

El direc­tor del IVAM ha resal­ta­do que “en esta expo­si­ción hemos que­ri­do mos­trar el mun­do que acom­pa­ña a Miquel Nava­rro por medio de los ele­men­tos que ins­pi­ran su carre­ra artís­ti­ca, sus via­jes, la natu­ra­le­za, sus amis­ta­des y amo­res”, recu­pe­ran­do la idea de los gabi­ne­tes secre­tos: las salas reser­va­das en los museos don­de se con­fi­na­ban las obras “prohi­bi­das” eró­ti­cas y los des­nu­dos.

“La expo­si­ción sur­ge de una intui­ción: pen­sé que Miquel Nava­rro tenía que ser colec­cio­nis­ta”, ha reve­la­do el comi­sa­rio, Ser­gio Rubi­ra, quien ha sub­ra­ya­do la “gene­ro­si­dad” del artis­ta. “Ha sido una intro­mi­sión en su casa y en su estu­dio”, resu­me sobre el pro­ce­so de ges­ta­ción de la mues­tra.

A lo lar­go de la expo­si­ción más­ca­ras y feti­ches afri­ca­nos, obje­tos arqueo­ló­gi­cos, jugue­tes, mol­du­ras barro­cas y cac­tus de las colec­cio­nes pri­va­das de Miquel Nava­rro con­vi­ven con algu­nos de los boce­tos, acua­re­las y terra­co­tas del artis­ta que se con­ser­van en el IVAM, “recu­pe­ran­do el lugar del que vinie­ron”, ha apos­ti­lla­do el comi­sa­rio.

La expo­si­ción per­mi­te reco­rrer la tra­yec­to­ria de Miquel Nava­rro a tra­vés de sus intere­ses y obse­sio­nes, que alu­den al deseo con un com­po­nen­te eró­ti­co. La mues­tra esta­ble­ce, así, rela­cio­nes entre los obje­tos de sus colec­cio­nes y sus obras de peque­ño for­ma­to. “Los ído­los de dis­tin­tas cul­tu­ras afri­ca­nas se pue­den vin­cu­lar con los tótems del artis­ta y las más­ca­ras cas­co con sus escul­tu­ras de cabe­zas”, ha comen­ta­do el comi­sa­rio.

El Gabi­ne­te Secre­to de Miquel Nava­rro se com­ple­ta con una inter­ven­ción espe­cí­fi­ca en la facha­da por par­te del artis­ta con una ima­gen iné­di­ta de 1972 que se enmar­ca den­tro del pro­gra­ma IVAM Pro­du­ce.