Javier Clemente, afinador de pianos

Javier Cle­men­te reci­bió la mejor heren­cia cuan­do sus padres le incul­ca­ron, a él y a todos sus her­ma­nos, el amor por la músi­ca en su Ven­ta del Moro natal. Con ape­nas 19 años se fue a Ale­ma­nia a estu­diar Téc­ni­ca y Cons­truc­ción de Pia­nos. Su fir­ma, Cle­men­te Pia­nos, es el nom­bre de refe­ren­cia pro­fe­sio­nal de toda una saga pia­nís­ti­ca y des­de hace 30 años no hay audi­to­rio que se le resis­ta.

¿Cómo apren­dió el ofi­cio de afi­na­dor?

Todo nace de la opor­tu­ni­dad que tuvi­mos de ir a Ale­ma­nia. Estu­vi­mos tres años en la casa Schim­mel en perío­dos de seis meses, por­que en aque­lla épo­ca no exis­tía la Comu­ni­dad Euro­pea y no podía­mos estar los tres años segui­dos. Así pues, está­ba­mos seis meses en Ale­ma­nia, venía­mos a Espa­ña un mes y nos vol­vía­mos a mar­char seis meses más. Ahí empe­za­mos un poco la espe­cia­li­za­ción con pia­nos ver­ti­ca­les, pia­nos de cola y pia­nos de con­cier­to.

Alqui­lan pia­nos pero poca gen­te sabe que tam­bién se ocu­pan de todo el pro­ce­so de afi­nar el ins­tru­men­to y pre­pa­rar­lo antes de un con­cier­to… Cuén­te­nos cómo es su tra­ba­jo en este sen­ti­do.

Para pre­pa­rar el piano antes de un con­cier­to es fun­da­men­tal cono­cer al intér­pre­te y las obras que va a inter­pre­tar, tam­bién influ­ye si es para piano y orques­ta, piano solo o músi­ca de cáma­ra. Es muy impor­tan­te el tono del piano, ya que es la base fun­da­men­tal de la afi­na­ción. Nor­mal­men­te en Espa­ña se tra­ba­ja a 442, es decir, las vibra­cio­nes por segun­do que mar­can ofi­cial­men­te el tono en el que todos los músi­cos van a inter­pre­tar la pie­za. Por tan­to, una vez sabe­mos lo que se va a tocar en el con­cier­to, afi­na­mos el piano. Una vez afi­na­do, nos ocu­pa­mos de la ento­na­ción. Es un tra­ba­jo muy deli­ca­do y hay que estar espe­cial­men­te con­cen­tra­do, por­que hay que mar­car tono por tono el color de cada maci­llo. Esta labor la rea­li­za­mos con agu­jas, con el fin de con­se­guir un color más metá­li­co o más tenue. En este caso, vamos jugan­do un poco con la línea y con la cur­va de ento­na­ción para que el piano esté por igual en sus 88 teclas. La últi­ma fase en la pre­pa­ra­ción del piano es la regu­la­ción, don­de tene­mos que con­se­guir que el tecla­do sea lo más sutil posi­ble y, al mis­mo tiem­po, alcan­zar la máxi­ma faci­li­dad para que el con­cer­tis­ta esté a gus­to. Lograr una regu­la­ción per­fec­ta es casi impo­si­ble, por­que no hay nada per­fec­to y mucho menos en el piano. Cada segun­do que pasa el piano pue­de sufrir una modi­fi­ca­ción, bien por los pro­pios mate­ria­les del ins­tru­men­to, bien por cam­bios de tem­pe­ra­tu­ra. A modo de resu­men, lo más impor­tan­te en la pre­pa­ra­ción de un piano es la afi­na­ción, la ento­na­ción y la regu­la­ción, y se sue­le pre­pa­rar duran­te el ensa­yo pre­vio al con­cier­to, unas dos horas antes.

Cola­bo­ran con los cen­tros musi­ca­les más impor­tan­tes del país (Les Arts, Palau de la Músi­ca, con­ser­va­to­rios…) Se pue­de decir que son la fir­ma de refe­ren­cia en este cam­po y que su pres­ti­gio está fue­ra de toda duda.

Sí, cola­bo­ra­mos y tra­ba­ja­mos con los gran­des audi­to­rios de Espa­ña. Lle­va­mos el man­te­ni­mien­to del ADA de Ali­can­te, del Palau de les Arts, del Palau de la Músi­ca, el Audi­to­rio de Cas­te­llón, de Teu­la­da, de Torrent, prác­ti­ca­men­te todos los audi­to­rios de la Comu­ni­dad Valen­cia­na. Sin embar­go, no pode­mos olvi­dar nun­ca de que nues­tro tra­ba­jo está des­ti­na­do a los par­ti­cu­la­res, nues­tros clien­tes (Escue­las de Músi­ca, Con­ser­va­to­rios como el de Culle­ra, Oli­va o el Supe­rior de Valen­cia…)

¿Es impor­tan­te esa repu­tación de exce­len­cia?

Por supues­to. Son trein­ta años los que vamos a cum­plir como empre­sa y si segui­mos aquí es por algo. Y más en nues­tro tra­ba­jo, don­de la reco­men­da­ción de clien­te a clien­te es el boca a boca, como sue­lo decir yo. Somos una empre­sa que siem­pre ha tra­ba­ja­do en la ven­ta, la repa­ra­ción y la res­tau­ra­ción de ins­tru­men­tos. Nos hemos rodea­do de gen­te muy pro­fe­sio­nal, tan­to en el taller, como en el trans­por­te, como los téc­ni­cos que están en la calle. Nos enfren­ta­mos dia­ria­men­te a los artis­tas más des­ta­ca­dos del pano­ra­ma musi­cal y no hay lugar para el error. Tene­mos que con­se­guir que el piano esté al 100% de sus posi­bi­li­da­des. Este hecho hace que la gen­te haya teni­do una res­pues­ta con el paso del tiem­po muy posi­ti­va de cara a nues­tra ima­gen.

¿Cómo se rea­li­zan los tras­la­dos? ¿Los pia­nos salen pre­pa­ra­dos des­de su tien­da?

Cuan­do los pia­nos de alqui­ler regre­san al taller, se mon­tan des­de cero y se vuel­ven a afi­nar, por lo que todos los pia­nos están pre­pa­rán­do­se cons­tan­te­men­te para que no bajen de tono. Son pia­nos que se cui­dan muchí­si­mo. Cada vez que el piano se alqui­la se des­mon­ta, se colo­ca sobre un patín expre­sa­men­te hecho para que el piano que­de en posi­ción ver­ti­cal y se tras­la­da al camión o fur­go­ne­ta. Una vez en el des­tino, el piano se vuel­ve a mon­tar y un téc­ni­co lo revi­sa para com­pro­bar que esté en per­fec­tí­si­mas con­di­cio­nes.

Jun­to a su espa­cio de expo­si­to­res de pia­nos (el más gran­de de Espa­ña) cuen­tan con una lute­ría y un audi­to­rio musi­cal. Cuén­te­nos algo más de estos dos espa­cios.

El res­pon­sa­ble de la lute­ría es Fer­nan­do Cle­men­te. Él lle­va el tema de los vio­lon­che­los, vio­li­nes, vio­las… Fer­nan­do estu­vo estu­dian­do en Cre­mo­na, es un muy buen lutier, no solo por lo pro­fe­sio­nal, sino por la capa­ci­dad que tie­ne de cara a la cone­xión entre el ins­tru­men­to y la per­so­na. Tra­ba­ja­mos mucho en la ven­ta de ins­tru­men­tos de cuer­da, por lo que Fer­nan­do se ocu­pa de ajus­tar los ins­tru­men­tos para que estén dis­po­ni­bles y per­fec­ta­men­te adap­ta­dos cuan­do los artis­tas vie­nen a reco­ger­los. Se hacen repa­ra­cio­nes muy impor­tan­tes. Fer­nan­do es una per­so­na muy com­ple­ta. Vie­ne gen­te de toda Espa­ña para que él le super­vi­se los vio­li­nes o les cam­bie los puen­tes.

Con lo que res­pec­ta a la sala, se creó con el fin de que pia­nis­tas, vio­li­nis­tas o can­tan­tes tuvie­ran un espa­cio libre en el que poder mos­trar su tra­ba­jo. La Sala Cle­men­te se encuen­tra total­men­te dis­po­ni­ble para todos aque­llos que quie­ran hacer sus reci­ta­les o con­cier­tos. La gran mayo­ría de Escue­las de Valen­cia orga­ni­zan aquí sus con­cier­tos y audi­cio­nes perió­di­cas. Con­ta­mos con una gran can­ti­dad de clien­tes aso­cia­dos a nues­tra news­let­ter, espa­cio en el que les comu­ni­ca­mos el con­cier­to que se va a pre­sen­tar.

Es una sala total­men­te equi­pa­da. Tene­mos un piano gran­de a dis­po­si­ción de cual­quie­ra que lo requie­ra. Ade­más, está pro­vis­ta de aire acon­di­cio­na­do, por si hace calor, y cale­fac­ción, por si hace frío. Asi­mis­mo, deci­di­mos ins­ta­lar un pro­yec­tor audio­vi­sual, muy útil cuan­do se pre­sen­tan nue­vos pro­duc­tos o cuan­do las escue­las impar­ten sus cur­sos.

¿Son siem­pre pro­pues­tas por par­te los artis­tas?

Sí, son siem­pre ellos los que pro­po­nen. Hay que reser­var la sala con tiem­po, por­que siem­pre está en mar­cha. Duran­te las maña­nas, sole­mos ofre­cer mas­ter class de vio­lín y piano. No hay que dejar de pen­sar que esto es una tien­da, por eso las audi­cio­nes se rea­li­zan apro­xi­mán­do­se a la hora del cie­rre, sobre las 19:30h.

¿Las entra­das a la mas­ter class son libres?

Depen­de del pro­fe­sor que las impar­ta, él es quien mar­ca las pau­tas del cur­so. Eco­nó­mi­ca­men­te, Cle­men­te Pia­nos no per­ci­be nada. Cuan­do cede­mos la sala lo hace­mos con las mejo­res con­di­cio­nes y sin nin­gún áni­mo de lucro.

Habrá teni­do la opor­tu­ni­dad de cono­cer a los pia­nis­tas más des­ta­ca­dos del siglo XXI. ¿Cómo ha sido la expe­rien­cia?

Ten­go la suer­te de estar casi todos los días con ellos, por­que den­tro de la empre­sa, yo soy el que res­pon­sa­ble de la pre­pa­ra­ción de pia­nos de con­cier­to. Mi tra­ba­jo requie­re estar muy pre­pa­ra­do pro­fe­sio­nal­men­te, juga­mos en pri­me­ra y no cabe el míni­mo fallo. Duran­te los 35 años que lle­vo en esta pro­fe­sión, he teni­do la gran suer­te de tra­ba­jar con los más gran­des, como Soko­lov, Ásh­ke­na­zi, Baren­boim…, artis­tas como Ceci­lia Bar­to­li, Mon­tse­rrat Caba­llé o las orques­tas más impor­tan­tes del mun­do. Podría­mos decir que todos los artis­tas que pasan por el Palau y hacen uso del piano, pasan por mis manos.

¿Cada maes­tro tie­ne sus pre­fe­ren­cias y deben uste­des saber­lo para cada afi­na­ción? (soni­dos más o menos meta­li­za­dos, tenues etc.)

Sí. De algu­na mane­ra, debe ser el afi­na­dor el que pre­dis­po­ne el piano para el con­cier­to. Con arre­glo al artis­ta y a la obra que va a eje­cu­tar, mi labor con­sis­te en tra­ba­jar la for­ma, la ento­na­ción y la pul­sa­ción. La afi­na­ción en este caso es más bien bási­ca. Esto va liga­do a la expe­rien­cia. Cuan­tas más veces haya coin­ci­di­do con los artis­tas, mejor cono­ce­ré cuá­les son sus nece­si­da­des.

No obs­tan­te, a veces se da el caso de que el pro­pio pia­nis­ta es quien da las pau­tas: más sutil, que ten­ga más velo­ci­dad, que téc­ni­ca­men­te sea más pre­ci­so, etc.

¿Cuál es la pie­za estre­lla entre sus pia­nos?

El Stein­way & Sons gran cola mode­lo D, que es de una de las casas más impor­tan­tes que exis­ten en el mun­do, y el Shi­ge­ru Kawai, un piano que se está incor­po­ran­do en las gran­des salas de todo el mun­do. Estos dos pia­nos son los más pun­te­ros a día de hoy en los gran­des con­cier­tos.

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