La misteriosa escritora (o misterioso escritor) vuelve con «50 sombras de Tinder»

Des­pués de Las Píl­do­ras de Backs­ter, la mis­te­rio­sa escri­to­ra (o escri­tor) valen­cia­na (o no) Ani­ta Backs­ter reapa­re­ce de nue­vo con el libro Las 50 Som­bras de Tin­der, en el que rela­ta las aven­tu­ras y des­ven­tu­ras amo­ro­sas de Cla­ra a raíz de su trau­má­ti­co divor­cio. Con tres hijos a su car­go, la pro­ta­go­nis­ta se des­pi­de de su papel como espo­sa y madre ejem­plar, y se lan­za a una vida desen­fre­na­da lle­na de affai­res con los que aho­gar su des­di­cha. «La bús­que­da de nue­vos pla­ce­res y emo­cio­nes que den sen­ti­do a su exis­ten­cia la lle­va­rán a explo­rar sus pro­pios lími­tes sen­ti­men­ta­les y sexua­les, ponien­do en jaque todo aque­llo en lo que siem­pre había creí­do», se lee en la sinop­sis.

La gran pre­gun­ta, una vez más, es quién hay detrás de Ani­ta Backs­ter. Una incógni­ta que abor­das­te en tu cuen­ta de Ins­ta­gram y que nos deja más incógni­tas y res­pues­tas.

Lo que pasa es que no creo que sea un aspec­to impor­tan­te. En reali­dad, Ani­ta Backs­ter es una voz social que habla de todo lo que unos y otros vivi­mos en nues­tro día a día. A veces en tono de humor y en oca­sio­nes de una mane­ra más inti­mis­ta. Es un per­so­na­je volá­til y cama­leó­ni­co, irre­ve­ren­te en oca­sio­nes, en el que todo tie­ne cabi­da.

En Las 50 Som­bras de Tin­der refle­jas los pro­ble­mas gene­ra­cio­na­les para adap­tar­se a una socie­dad cam­bian­te. ¿Está fue­ra de jue­go una per­so­na que viva aje­na a las redes socia­les?

¡Para nada! Pre­ci­sa­men­te es una de las lec­cio­nes, si se pue­de lla­mar así, que pode­mos apren­der con este libro. Nues­tra pro­ta­go­nis­ta se sien­te, como dices, en fue­ra de jue­go. Des­co­nec­ta­da. Y la fra­gi­li­dad de su esta­do emo­cio­nal la lle­va a la impe­rio­sa nece­si­dad de exis­tir a tra­vés de la tec­no­lo­gía. Sin embar­go, cuan­do ago­ta todas las posi­bi­li­da­des que le ofre­ce, entien­de que lo esta­ba bus­can­do ya lo tie­ne en su vida.

En el libro apa­re­cen mul­ti­tud de per­so­na­li­da­des dife­ren­tes. Des­de el pun­to de vis­ta psi­co­ló­gi­co Tin­der pare­ce un filón. ¿Qué hay de reali­dad y qué de fic­ción? 

Es un retra­to muy veraz de lo que te pue­des encon­trar. En Tin­der hay per­so­nas de todo tipo pero, mayo­ri­ta­ria­men­te, y por expe­rien­cia pue­do decir­te que abun­dan los nar­ci­sis­tas, los ego­cén­tri­cos, los soli­ta­rios por devo­ción y tam­bién por cau­sa­li­dad y, sobre todo, las almas libres.

Hay quien cul­pa a este tipo de apli­ca­cio­nes de la fal­ta de com­pro­mi­so para esta­ble­cer­se como pare­ja.

Men­ti­ría si te dije­ra que estoy de acuer­do. En mi opi­nión son apli­ca­cio­nes que sur­gen por­que se detec­ta una deman­da, por lo que la fal­ta de com­pro­mi­so, que sí es una afir­ma­ción que veo acer­ta­da, es ante­rior. En estos tiem­pos que­re­mos vivir mucho y rápi­do, y ten­de­mos a una feli­ci­dad tan super­fi­cial que hace que nos ten­ga­mos que mover de un sitio a otro, de una per­so­na a otra, cons­tan­te­men­te.

Des­pués de esto, ¿pue­des ade­lan­tar­nos algo de tu pró­xi­mo pro­yec­to?

Por supues­to. La pró­xi­ma obra, que verá la luz este mis­mo año, es una nove­la negra que trans­cu­rre en Valen­cia y que cuen­ta con per­so­na­jes muy dis­pa­res y pecu­lia­res. La intri­ga y el sus­pen­se están garan­ti­za­dos y, estoy con­ven­ci­da, una vez la leas la que­rrás tener en tu biblio­te­ca. Ade­más, te anun­cio que aho­ra mis­mo ten­go en mar­cha otro nue­vo pro­yec­to enmar­ca­do en el mis­mo géne­ro y en el que ten­go depo­si­ta­da toda mi con­fian­za.

Si alguien desea com­prar tu libro ¿dónde lo pue­de encon­trar?

Mi nue­va nove­la Las 50 Som­bras de Tin­der está dis­po­ni­ble en muchos pun­tos de ven­ta, como en las gran­des pla­ta­for­mas de libros onli­ne de El Cor­te Inglés, Fnac, Elka y Libros.cc. Tam­bién reco­mien­do la opción www.todostuslibros.com que te infor­ma de qué libre­ría tie­ne el libro en stock, que se pue­de encar­gar e inclu­so te lo pue­den enviar a casa o al sitio que te intere­se.