Una vez más, Betto García salda una inauguración de éxito arropado por amistades, colegas creativos y personalidades de la cultura, la sociedad y la empresa valenciana. La presentadora Raquel García Tamarit, Federico Martínez y Anabel Pascual, la ceramista Inma Carpena, la ilustradora África Pitarch, y el interiorista Lorenzo Castillo, que inauguraba esa noche un hotel decorado por él en la ciudad, junto a Cristina Lozano, no quisieron perderse la fiesta de apertura de su nueva tienda efímera en la ciudad. Del 6 al 8 de junio, esta venta especial se ubica en un espacio singular e insólito: Absoluta Flora (Calle Murillo 44, Bajo Izq), el templo del arte floral en la capital del Turia. “Instalar mi universo en este local sella un binomio perfecto. Si fuera florista, mi espacio sería exactamente así”, afirma, que contó con la colaboración de Cerveza Turia y la firma de muebles Sklum.
En esta summer pop up, como el diseñador denomina, el talento valenciano expone nuevos productos: inspirado en los colores y el espíritu del conocido como verano del amor de finales de la década de los 60 y principios de los 70, crea una línea que incluye riñoneras, bolsos y carteras. También se atreve con accesorios unisex que pretenden alcanzar al público masculino, como pequeñas bandoleras y sombreros de pescador de algodón lavado con efecto vaquero.
Así mismo, en esta cita, Betto García presenta en primicia sus dos nuevas colaboraciones, fruto de las sinergias que el artista sombrerero genera con otros nombres creativos de la ciudad. Por una parte, lanza una camiseta con la ilustradora África Pitarch, en la línea de los motivos psicodélicos y camp de su colección, y, por otra, se alía con Estudio Pot para desarrollar unos pendientes de cerámica, una de las disciplinas más vinculadas a la memoria valenciana que vive un nuevo esplendor en tiempos de millennials. Ambos artículos se ofrecerán en edición limitada en esta pop up hasta agotar existencias.
Sobre su apuesta por las ventas efímeras, el sombrerero declara: “Adoro mi día a día en el taller, pero para una personalidad inquieta como la mía, la adrenalina que me genera lanzarme a la calle a ofrecer mis productos no tiene igual. Disfruto de todo el proceso: desde escoger una localización especial hasta preparar nuevos artículos, sin olvidar el trato directo con mis clientas. Esta fórmula de venta me estimula y encaja a la perfección en la línea comercial exclusiva y personalizada que deseo para mi firma”.
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