La crisis sanitaria de la COVID-19 lleva aparejada una económica que empieza a mostrar sus primeros síntomas. Un lugar de detección es la red de 435 Cáritas parroquiales de la diócesis valenciana, donde el trabajo es diario y constante.
También en la sede de la capital valenciana o en instalaciones como el Centre de Nit Sant Esteban, que ofrece un lugar de descanso a personas sin hogar, o la Residència Mare de Déu dels Desemparats i dels Innocents, un centro para menores, así como a través de los programas de acompañamiento a familias y personas en situación de sin hogar, mujeres en contexto de prostitución o personas migrantes.
Los servicios de la entidad van desde la entrega de alimentos al asesoramiento social y jurídico, el pago de recibos de suministros, o programas de inserción social entre otros. Trabajos que se realizan con personal propio, pero también gracias a la colaboración y compromiso de unas 6.000 personas voluntarias que se han mantenido activas durante la pandemia.
Haciendo un llamamiento al característico compromiso social de los valencianos, Cáritas València ha puesto en marcha la campaña Tierra Generosa dentro de su concepto de comunicación ‘estar cerca y estarlo siempre’, con el que se refleja que hay una sociedad que consigue estar siempre cerca de los más necesitados, incluso en las condiciones actuales de obligado distanciamiento.
A través de un emotivo vídeo se asoma a espacios emblemáticos del territorio de la diócesis. Una invitación a la cercanía, al compromiso y a la corresponsabilidad. Porque Cáritas València está convencida de que la unión entre sociedad y entidades benéficas pueden no solo apoyar, sino ayudar de manera directa a los que en este momento más lo necesitan.
La Mare de Deu dels Desamparats
No es casual que la patrona de la diócesis de València sea la Mare de Deu dels Desamparats, en recuerdo del pasaje de 1409, cuando el Pare Jofré presenció el maltrato a un enfermo mental de camino a la catedral. Intervino para protegerle y se lo llevó a su residencia, dándole cobijo. A partir de ahí, sus sermones en pos de los indefensos llevaron a un movimiento solidario por el que se recaudaron fondos para la construcción del Hospital d’Innocents, Folls e Orats, inaugurado un año más tarde. Una muestra de cómo la movilización y concienciación social es capaz de dar soluciones a los necesitados.
Otro ejemplo histórico de ese espíritu colaborador valenciano es el camión cargado de pan que llegó a la capital procedente de Alcoi a las pocas horas del desbordamiento del rio Turia, en la conocida como ‘La Gran Riada del 57’. Una catástrofe que dejó miles de damnificados y más de 80 víctimas civiles, desatando una ola auténtica de solidaridad espontánea entre los propios vecinos y los de otras poblaciones que se apresuraron a socorrer a la población.
Con la iniciativa Tierra Generosa, Cáritas València anima a contribuir entre todos, aportando cada uno en función de sus posibilidades, a la batalla contra las consecuencias sociales del coronavirus. Una lucha en la que la entidad está en primera línea.
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