La diseñadora valenciana propone una singular experiencia de compra centrada en facilitar la interacción de las personas con el producto

La interiorista valenciana Carmen Baselga, fundadora de Taller de Proyectos, ha sido la encargada de diseñar el nuevo showroom de Lladró en Nueva York. Se trata de la primera tienda new concept store dedicada a sus productos más innovadores. Este espacio, ubicado en el Meatpacking District —435 W. 14th Street—, propone una singular experiencia de compra centrada en facilitar la interacción de las personas con el producto, y acercar el conocimiento de los procesos artesanales de Lladró a los visitantes a través de experiencias tecnológicas virtuales.
El diseño interior estructura el espacio a través de una secuencia de diez escenas inmersivas que adentran al observador en un universo extraordinario. «Todas ellas buscan establecer un diálogo entre el visitante y el producto en una conversación visual, sonora, táctil y olfativa», ha apuntado Carmen Baselga.
Interpretar la esencia de una marca no es sencillo y más si se trata de una firma tan emblemática como Lladró, líder global en porcelana artística de lujo y de referencia internacional. Este ha sido el cometido del estudio Carmen Baselga, colaborando así con el equipo de retail de la firma de porcelana.
Transgrediendo la norma de relación estática entre observador y producto, se genera movimiento mediante cambios de intensidad de luz, el uso de pantallas que funcionan como fondos de escena y sonidos que sumergen a los visitantes en otra realidad, alejándolos del ajetreo y el bullicio de la gran ciudad.
Formas y colores son también elementos diferenciadores del proyecto de interiorismo. Se juega con la perspectiva buscando una sensación de profundidad de campo mediante divisiones modulares que son círculos inacabados, cuyo conjunto visto desde la entrada recuerda al funcionamiento del diafragma de una cámara fotográfica analógica.

Esto invita al visitante a caminar a través del espacio, evocando atmósferas de fantasía y arquitectura onírica. El cliente transita así por espacios envolventes que le llevan a conocer todos los secretos de la marca, e incluso a viajar desde Nueva York hasta los talleres de Lladró en Valencia, su única fábrica en España, para adentrarse en su minucioso proceso artesanal.
Estas geometrías crean un contexto limpio y favorecen una sensación de armonía visual. A lo que contribuye también la paleta de color elegida, que incluye tonalidades pastel, como un verde salvia, en combinación con un rosa asalmonado y un tono arena como aglutinante. El objetivo es, en todo momento, potenciar el protagonismo de los productos expuestos, algunos de ellos concebidos por diseñadores de la talla de Jaime Hayon, Marcel Wanders o la mexicana Olga Hanono.
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