El res­tau­ran­te Casa Sal­va­dor es his­to­ria viva de la gas­tro­no­mía valen­cia­na. Ubi­ca­do fren­te a la lagu­na del Estany de Culle­ra lle­va abier­to, lite­ral­men­te, 70 años, pues abre sus puer­tas los 365 días del año des­de que sus fun­da­do­res, Sal­va­dor Gas­cón y Con­cha Orte­ga, lo inau­gu­ra­ran el 10 de abril de 1950. Hoy es la ter­ce­ra gene­ra­ción de esta fami­lia la que regen­ta, con la mis­ma ilu­sión y saber hacer que sus abue­los, este emble­má­ti­co res­tau­ran­te que, con todo mere­ci­mien­to, es cono­ci­do como la cate­dral del arroz.

Casa Sal­va­dor es un rin­cón idí­li­co para huir del estrés coti­diano y empa­par­se de algu­nos de los pla­tos más carac­te­rís­ti­cos de la gas­tro­no­mía valen­cia­na. No en vano en su car­ta cuen­tan con 32 tipos dife­ren­tes de pae­llas y arro­ces. Aun­que tam­bién des­ta­can sus pes­ca­dos y sus pos­tres case­ros. Ellos pre­su­men de que, sie­te déca­das des­pués, con­ti­nuan apos­tan­do por las ela­bo­ra­cio­nes, los pro­duc­tos y las rece­tas de toda la vida, pero tam­bién van incor­po­ran­do nove­da­des para adap­tar­se a los nue­vos tiem­pos. Su ubi­ca­ción, fren­te la lagu­na del Estany de Culle­ra y la cer­ca­nía tan­to de pro­duc­tos del mar como de la huer­ta valen­cia­na, con­tri­bu­yen a esa apues­ta por la gas­tro­no­mía de pro­xi­mi­dad y el buen pro­duc­to.

Comer o cenar en Casa Sal­va­dor es apo­yar la tra­di­ción, la comi­da pau­sa­da y rela­ja­da, popu­lar­men­te cono­ci­da como slow food y tam­bién los pro­duc­tos de kiló­me­tro cero. Por otra par­te, su deco­ra­ción, su entorno y sus ins­ta­la­cio­nes con­vier­ten a este res­tau­ran­te en una elec­ción ideal para la cele­bra­ción de todo tipo de even­tos.

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