El Con­sor­cio de Com­pen­sa­ción de Segu­ros (CCS) indem­ni­za­rá los daños cau­sa­dos por la dana que ha afec­ta­do en las últi­mas horas una vez que los peri­tos pue­dan des­pla­zar­se a las zonas afec­ta­das y valo­rar los daños.

Así lo ha expli­ca­do el minis­tro de Eco­no­mía, Car­los Cuer­po, en la red social X, al indi­car que el CCS “está pre­pa­ra­do para empe­zar a tra­ba­jar sobre el terreno tan pron­to como sea posi­ble”, al tiem­po que ha trans­mi­ti­do el apo­yo del Eje­cu­ti­vo a todos los afec­ta­dos.

El pro­pio Con­sor­cio ha expre­sa­do, en una nota difun­di­da hoy, su “más sen­ti­do pésa­me a quie­nes han sufri­do pér­di­das per­so­na­les y mate­ria­les como con­se­cuen­cia de la inun­da­ción extra­or­di­na­ria”, se ha soli­da­ri­za­do “con cada fami­lia afec­ta­da” y ha reafir­ma­do su com­pro­mi­so y apo­yo “para enfren­tar jun­tos esta adver­si­dad y comen­zar la recons­truc­ción”.

Según expli­ca la nota, remi­ti­da con una fina­li­dad infor­ma­ti­va y acla­ra­to­ria para todos los ase­gu­ra­dos, el CCS indem­ni­za­rá los daños por inun­da­ción extra­or­di­na­ria, al per­te­ne­cer estos a los inclui­dos en la nor­ma­ti­va como “ries­gos extra­or­di­na­rios”.

Esto sig­ni­fi­ca, aña­de, que el orga­nis­mo asu­mi­rá direc­ta­men­te con sus pro­pios medios la ges­tión y el pago de las soli­ci­tu­des de indem­ni­za­ción que reci­ba, pre­via valo­ra­ción de los daños indem­ni­za­bles ocu­rri­dos y que con­ti­núen pro­du­cién­do­se con moti­vo de este epi­so­dio de inun­da­ción extra­or­di­na­ria.

Requisitos para pedir indemnizaciones

El requi­si­to para acce­der a la cober­tu­ra del CCS es que la per­so­na o el bien afec­ta­do deben estar ase­gu­ra­dos y tener su segu­ro en vigor en el momen­to en que se pro­du­jo la inun­da­ción extra­or­di­na­ria.

El orga­nis­mo indem­ni­za­rá los daños pro­du­ci­dos a las per­so­nas ase­gu­ra­das y los daños sufri­dos por los bie­nes ase­gu­ra­dos, ya sean vivien­das o comu­ni­da­des de pro­pie­ta­rios, así como los auto­mó­vi­les, ofi­ci­nas, comer­cios, inmue­bles de uso no indus­trial, indus­trias y obras civi­les e infra­es­truc­tu­ras, tan­to públi­cos como pri­va­dos.

La cuan­tía de la indem­ni­za­ción se ajus­ta­rá a los capi­ta­les ase­gu­ra­dos y a las cláu­su­las del con­tra­to de segu­ro del afec­ta­do.

En el caso de los bie­nes cita­dos, el CCS indem­ni­za tan­to los daños mate­ria­les pro­du­ci­dos por la inun­da­ción, como los daños inma­te­ria­les con­se­cuen­cia de aque­llos, como la pér­di­da de alqui­le­res de pro­pie­ta­rios de inmue­bles o los gas­tos de alo­ja­mien­to deri­va­dos de la inha­bi­ta­bi­li­dad de la vivien­da.

Tam­bién se indem­ni­za­rá la pér­di­da de ingre­sos por la para­li­za­ción de esta­ble­ci­mien­tos comer­cia­les, de ser­vi­cios o indus­tria­les, todo ello en la for­ma que pre­vea el con­tra­to de segu­ro del afec­ta­do, aña­de la nota.

Unos perros espe­ran ser recu­pe­ra­dos por sus due­ños en Mála­ga. EFE/Jorge Zapa­ta

¿Cómo se solicita la indemnización?

Las soli­ci­tu­des de indem­ni­za­ción pue­den pre­sen­tar­se direc­ta­men­te por el pro­pio ase­gu­ra­do afec­ta­do o, en su repre­sen­ta­ción, por su ase­gu­ra­do­ra o por su media­dor (agen­te o corre­dor) de segu­ros.

Para hacer­lo exis­ten dife­ren­tes opcio­nes: a tra­vés del telé­fono gra­tui­to 900 222 665, para faci­li­tar los datos iden­ti­fi­ca­ti­vos del ase­gu­ra­do y de las per­so­nas o bie­nes que han sufri­do los daños, o por inter­net en la pági­na web del CCS (www.consorseguros.es).

El Con­sor­cio es una enti­dad públi­­co-pri­­va­­da que depen­de del Minis­te­rio de Eco­no­mía, a tra­vés de la Direc­ción Gene­ral de Segu­ros y Fon­dos de Pen­sio­nes, y fun­cio­na como una espe­cie de fon­do de garan­tía ase­gu­ra­dor para deter­mi­na­dos sinies­tros extra­or­di­na­rios gra­ves o catás­tro­fes natu­ra­les que no cubren las ase­gu­ra­do­ras, que se ocu­pan de los de menor cuan­tía, en tér­mi­nos gene­ra­les.

Las pro­pias com­pa­ñías se encar­gan de finan­ciar al CCS a tra­vés de una can­ti­dad o recar­go que se cobra al ase­gu­ra­do en cada pri­ma que paga y que se remi­te al orga­nis­mo para que pue­da hacer­se car­go de indem­ni­zar los daños en caso de sinies­tro catas­tró­fi­co.

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