Del 18 al 21 de mayo Tarambana Espectáculos representa «Paella», una comedia con tintes de cabaré que propone una experiencia gastroescénica

Nera Moreno y David Fer­nán­dez ‘Fabu’ en una esce­na de «Pae­lla».

Pocas cosas hay más atre­vi­das que venir de Madrid a coci­nar una pae­lla en un esce­na­rio valen­ciano y mien­tras se repre­sen­ta una obra de tea­tro. Pero Taram­ba­na Espec­tácu­los se arries­ga a estre­nar en Sala Rus­sa­fa su últi­ma crea­ción, Pae­lla. Del 18 al 21 de mayo, por pri­me­ra vez podrá ver­se en la Comu­ni­tat Valen­cia­na esta come­dia don­de cabe todo tipo de ingre­dien­tes, des­de el cala­ba­cín, la cebo­lla o el vino a los toques de caba­ré, el bai­le y el hap­pe­ning en un tex­to lleno de jue­gos. Un sabro­so espec­tácu­lo que cul­mi­na cuan­do, una vez caí­do el telón y ya en el hall de la sala, el públi­co pue­de com­par­tir con el equi­po artís­ti­co la rece­ta que se ha coci­na­do duran­te hora y media de risas, sor­pre­sas, refle­xión y una des­ca­ra­da valen­tía escé­ni­ca.

El actor y dra­ma­tur­go David Fer­nán­dez ‘Fabu’ fir­ma este tex­to que él mis­mo copro­ta­go­ni­za jun­to a Nerea Moreno y que diri­ge Víc­tor Velas­co. Un mon­ta­je que se ha hecho con los galar­do­nes a Mejor Intér­pre­te Feme­ni­na, Mejor Direc­ción y Pre­mio del Públi­co al Mejor Espec­tácu­lo en la recien­te edi­ción del Indi­fest, Fes­ti­val de Tea­tro y Dan­za Inde­pen­dien­te de San­tan­der.

«La idea de esta obra vino duran­te el con­fi­na­mien­to, como muchos pro­yec­tos de tan­tos y tan­tos crea­do­res. Era un momen­to de refle­xión, don­de había una situa­ción per­so­nal y social muy dura. Nos rodea­ba la muer­te y yo aca­bé pen­san­do en qué era lo que me hacía feliz. La res­pues­ta la tenía cla­ra: el tea­tro. Y me di cuen­ta de lo boni­to que era no nece­si­tar nada más que mi cabe­za para poder seguir hacién­do­lo, inclu­so en cir­cuns­tan­cias tan com­ple­jas como esas», expli­ca ‘Fabu’.

Poco a poco, fue hacien­do el sofri­to de esta come­dia huma­na, que tra­ta las rela­cio­nes per­so­na­les, sen­ti­men­ta­les, labo­ra­les… pero que tam­bién esce­ni­fi­ca el hecho escé­ni­co, invi­tan­do a los espec­ta­do­res a con­tem­plar ese ‘jue­go de niños’ que para algu­nos pue­de pare­cer la repre­sen­ta­ción tea­tral. Una dis­ci­pli­na artís­ti­ca que, ade­más del dis­fru­te para públi­co y artis­tas, per­mi­te trans­mi­tir men­sa­jes y vivir expe­rien­cias.

«La obra se estre­nó en el Fes­ti­val Sur­ge de Madrid en 2022 y la res­pues­ta del públi­co es bru­tal. Se les abre mucho la men­te por­que les pro­po­ne­mos una narra­ti­va no lineal, don­de se van sal­tean­do los ingre­dien­tes al tiem­po que avan­za la pre­pa­ra­ción de la pae­lla. Y van vien­do cómo las cosas cogen su sen­ti­do, su sabor», expli­ca el autor, para quien es todo un rega­lo sen­tir cómo la gen­te se embar­ca en esta aven­tu­ra con ellos.

Una esce­na de la obra.

Matrimonio, carrera y espectáculo

Una expe­rien­cia gas­tro­es­cé­ni­ca por­que una de las con­ven­cio­nes que dis­fru­ta de rom­per el espec­tácu­lo es que todo lo que pasa en el esce­na­rio es fal­so. En Pae­lla se coci­na y de ver­dad. «Me ima­gino que los espec­ta­do­res valen­cia­nos se lle­va­rán las manos a la cabe­za por­que no hace­mos una rece­ta autén­ti­ca y tra­di­cio­nal. Pre­ci­sa­men­te, ese ‘arroz con cosas’ que nos pasa­mos pre­pa­ran­do toda la obra es una elec­ción de uno de los per­so­na­jes y le defi­ne cla­ra­men­te. Tam­bién tie­ne un men­sa­je muy impor­tan­te sobre el sen­ti­do del espec­tácu­lo por­que, lo que cual­quie­ra podría pen­sar que va a saber fatal, está sor­pren­den­te­men­te bueno», ase­gu­ra ‘Fabu’, tras muchos comen­ta­rios del públi­co des­pués de las fun­cio­nes, cuan­do com­par­ten ese rati­to de encuen­tro con los espec­ta­do­res.

Pae­lla cuen­ta la his­to­ria de un matri­mo­nio, Ampa­ro y Fede­ri­co. Ambos tra­ba­jan en la mis­ma empre­sa, él en un pues­to de mayor remu­ne­ra­ción. Pero, como desean seguir su ascen­so social, invi­tan a una comi­da infor­mal a sus com­pa­ñe­ros para pre­sen­tar­les un pro­yec­to que él ha crea­do mien­tras les pre­pa­ran algo tan pro­pio y al mis­mo tiem­po tan uni­ver­sal como la pae­lla.

Sin embar­go, Fede­ri­co es un anti­hé­roe, con sus medio­cri­da­des. Y en vez de aga­sa­jar­le con un buen arroz de maris­co, por ejem­plo, se inven­ta una rece­ta con ingre­dien­tes a cada cual más absur­do. Ade­más, le pide a su mujer que sea ella quien pre­sen­te la idea. Por­que él está dis­pues­to a arries­gar el tra­ba­jo de su espo­sa que, al fin y al cabo, es una mujer. De esta mane­ra, si sale mal con­ser­van su mayor suel­do en la empre­sa y, si sale bien, ella le atri­bui­rá el méri­to y esca­la­rán jun­tos.

Temas como la posi­ción de la mujer en la pare­ja o en el mun­do del tra­ba­jo empie­zan a aso­mar en la his­to­ria de esta pare­ja que aún no se ha dado cuen­ta de que está en cri­sis. Pero entre las que sal­ta­rán chis­pas con­for­me se avi­ve el fue­go del gui­so.  

David Fer­nán­dez, duran­te la repre­sen­ta­ción.

Sal para todos los guisos

La refle­xión sobre la crea­ción y repre­sen­ta­ción de la obra trans­cu­rre sobre el esce­na­rio al tiem­po que avan­za Pae­lla, cons­ti­tu­yen­do una sim­pá­ti­ca y sin­ce­ra admi­ra­ción por las artes escé­ni­cas, por esa dis­ci­pli­na que a la que ‘Fabu’, autor del mon­ta­je, que­ría ren­dir home­na­je.

Siguien­do un esti­lo de cor­te con­tem­po­rá­neo, con una voz áci­da en oca­sio­nes, alo­ca­da en otras, tre­pi­dan­te y siem­pre diver­ti­da, esta come­dia pone de mani­fies­to las des­igual­da­des que se dan en todos los ámbi­tos, sin esca­par a la auto­crí­ti­ca de la que tam­bién ocu­rre en el mun­do del tea­tro.

Mez­clan­do len­gua­jes escé­ni­cos, invi­tan­do a tras­gre­dir las con­ven­cio­nes y rece­tas apren­di­das, Sala Rus­sa­fa con­clu­ye con esta pie­za su XII Ciclo de com­pa­ñías nacio­na­les de la tem­po­ra­da, una selec­ción de pie­zas crea­das en dife­ren­tes rin­co­nes de Espa­ña que ofre­ce una pers­pec­ti­va de la varie­dad de esti­los y la sol­ven­cia en la cali­dad de for­ma­cio­nes de mediano y peque­ño for­ma­to que encuen­tra en el cen­tro cul­tu­ral ruza­fe­ro un espa­cio don­de mos­trar sus pro­pues­tas al públi­co valen­ciano. 

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