El comer­cio mino­ris­ta cam­bia cons­tan­te­men­te con las últi­mas ten­den­cias, y por lo tan­to no cono­ce des­can­so. Los com­pra­do­res de hoy en día están más infor­ma­dos, conec­ta­dos y son más selec­ti­vos que nun­ca, lo que ha pro­vo­ca­do un cam­bio radi­cal en la for­ma de ima­gi­nar y reuti­li­zar los espa­cios comer­cia­les.

En un mun­do en el que el comer­cio mino­ris­ta gira en torno a las expe­rien­cias, la inno­va­ción y las prác­ti­cas empre­sa­ria­les sos­te­ni­bles, este artícu­lo exa­mi­na algu­nas de las ten­den­cias y estra­te­gias más intere­san­tes que están dan­do for­ma a la pró­xi­ma ite­ra­ción de las ven­tas en per­so­na.

Adopción de experiencias omnicanal

A medi­da que des­apa­re­ce la línea que sepa­ra las com­pras offli­ne de las onli­ne, los mino­ris­tas de todo el mun­do están adop­tan­do un enfo­que omni­ca­nal para poder lle­gar a sus clien­tes des­de más ángu­los.

Por ejem­plo, muchas tien­das físi­cas han adop­ta­do los ser­vi­cios de «cli­car y reco­ger» como una nue­va nor­ma­li­dad en el comer­cio mino­ris­ta. La idea es que los com­pra­do­res bus­can pro­duc­tos, com­pran en línea y lue­go reco­gen in situ lo que han pedi­do. Ade­más de enviar a los clien­tes a sus tien­das físi­cas, esto da a los mino­ris­tas la opor­tu­ni­dad de inter­ac­tuar con ellos cara a cara y poten­cial­men­te ven­der­les otros pro­duc­tos o ser­vi­cios.

Introducción del comercio minorista de experiencias

Una nue­va ten­den­cia en las ven­tas mino­ris­tas es el comer­cio expe­rien­cial, que con­sis­te en crear entor­nos que per­mi­tan al con­su­mi­dor expe­ri­men­tar real­men­te las mar­cas y entrar en con­tac­to con ellas.

Y esta ten­den­cia está remo­de­lan­do los espa­cios comer­cia­les, dan­do lugar a des­ti­nos que los con­su­mi­do­res visi­tan no sólo para com­prar, sino por el valor de entre­te­ni­mien­to que ofre­cen.

Esta ten­den­cia está remo­de­lan­do por com­ple­to la for­ma en que las empre­sas usan sus espa­cios. Así, muchos retai­lers esco­gen guar­dar su stock en car­pas indus­tria­les para alma­ce­na­je o en un lugar externo, y dejar sus tien­das sim­ple­men­te como lugar para conec­tar con sus poten­cia­les clien­tes.

Eventos en persona para promocionar las marcas

Otra nue­va ten­den­cia es la crea­ción de even­tos con varias mar­cas en los que lle­gan al con­su­mi­dor. Esto per­mi­te a las empre­sas pro­mo­cio­nar sus pro­duc­tos y ser­vi­cios de una mane­ra más inter­ac­ti­va y per­so­na­li­za­da.

Así, es muy común que varias mar­cas se jun­ten y creen un even­to pre­sen­cial, ya sea al aire libre en una car­pa como las de https://www.tenttrading.com/es/, en una sala de con­fe­ren­cias o en un lugar más crea­ti­vo como una gale­ría de arte o un estu­dio de dise­ño. Estos even­tos sue­len incluir acti­vi­da­des y expe­rien­cias que ayu­dan a los con­su­mi­do­res a inter­ac­tuar con los pro­duc­tos y ser­vi­cios de las mar­cas par­ti­ci­pan­tes.

¿Cómo podría ser el sector minorista en el futuro?

Lo más pro­ba­ble es que los espa­cios mino­ris­tas del futu­ro segui­rán reno­ván­do­se por com­ple­to gra­cias a los avan­ces tec­no­ló­gi­cos, el com­por­ta­mien­to cada vez más cam­bian­te de los con­su­mi­do­res y otras ten­den­cias que aún no cono­ce­mos. Si nues­tras pre­dic­cio­nes son cier­tas, el resul­ta­do será una com­pra más per­so­na­li­za­da y expe­rien­cial diri­gi­da a con­su­mi­do­res diver­sos.

Así, pro­ba­ble­men­te habrá una ten­den­cia hacia el comer­cio híbri­do que per­mi­ta com­bi­nar los pun­tos fuer­tes de ambos mun­dos: las com­pras onli­ne y offli­ne. Estos for­ma­tos ofre­ce­rán a los clien­tes la posi­bi­li­dad de ele­gir y la como­di­dad de cómo y dón­de com­prar. Los mino­ris­tas que pue­dan com­bi­nar a la per­fec­ción estas expe­rien­cias serán los gana­do­res en el futu­ro.

Ade­más, el futu­ro de los espa­cios comer­cia­les físi­cos evo­lu­cio­na­rá. Muy pro­ba­ble­men­te, las tien­das se con­ver­ti­rán más en salas de expo­si­ción de mar­cas y cen­tros comu­ni­ta­rios que en meros pun­tos de tran­sac­ción. Pero en cual­quier caso, los mino­ris­tas tie­nen que ir más allá de las tran­sac­cio­nes y empe­zar a ofre­cer un valor que fije a los clien­tes en una rela­ción con sus mar­cas.