La muestra «Emilio Ros Benet. Retrats i paisatges» puede visitarse en la Diputación hasta el 30 de septiembre, los sábados y domingos de 10 a 14 y de 16 a 20 horas

La Dipu­tación de Valen­cia recu­pe­ra el lega­do artís­ti­co del pin­tor valen­ciano Emi­lio Ros Benet con la expo­si­ción Retrats i pai­sat­ges, que pue­de visi­tar­se en el Saló de Res­pec­te de la cor­po­ra­ción pro­vin­cial, en pla­za Mani­ses, has­ta el 30 de sep­tiem­bre.

En el cen­tro de la ima­gen, Estre­lla Ros Con­de, hija del artis­ta y comi­sa­ria de la expo­si­ción, duran­te la pre­sen­ta­ción.

La de Ros, pri­mer artis­ta beca­do por la Dipu­tación tras la Gue­rra Civil, está for­ma­da por temas cer­ca­nos plas­ma­dos con sen­ci­llez a tra­vés de sus pai­sa­jes y retra­tos. Dece­nas de ellos for­man par­te de una expo­si­ción orga­ni­za­da por la Ofi­ci­na de Res­tau­ra­ción y Difu­sión del Patri­mo­nio Artís­ti­co de la Dipu­tación (OFITEC), y comi­sa­ria­da por Arantxa Este­ban, la pro­fe­so­ra de la Uni­ver­si­tat Poli­téc­ni­ca de Valèn­cia, Mari­na Puyue­lo y Estre­lla Ros Con­de, hija del artis­ta.

El pre­si­den­te de la Dipu­tación, Toni Gas­par, ha acom­pa­ña­do a la fami­lia de Emi­lio Ros y el dipu­tado de Patri­mo­nio, Andreu Salom, en la aper­tu­ra de la mues­tra, una reco­pi­la­ción pic­tó­ri­ca que, en pala­bras del pro­pio Salom, «pre­ten­de devol­ver a muchos de los artis­tas pen­sio­na­dos de la Dipu­tación el reco­no­ci­mien­to que mere­cían y no siem­pre pudie­ron tener en vida, en el caso de Emi­lio Ros, como con­se­cuen­cia de una muer­te pre­ma­tu­ra que trun­có una carre­ra muy pro­me­te­do­ra en la que lle­gó a cose­char varios pre­mios nacio­na­les».

Ros Benet fue pen­sio­na­do por la cor­po­ra­ción pro­vin­cial entre 1942 y 1945, año en que pin­tó el retra­to del enton­ces pre­si­den­te de la ins­ti­tu­ción, Rin­cón de Are­llano, una de las pie­zas que ofre­ce la mues­tra, jun­to a pai­sa­jes de cam­po y ciu­dad, des­de la calle Xàti­va has­ta la Mal­va­rro­sa, el Vedat o los alre­de­do­res de Madrid; y una amplia selec­ción de retra­tos ins­ti­tu­cio­na­les, de artis­tas como Igna­cio Pina­zo y de ámbi­to fami­liar, con espe­cial pro­ta­go­nis­mo de su espo­sa y musa, Ampa­ro Con­de.

Duran­te la pre­sen­ta­ción de Retrats i pai­sat­ges, la hija del artis­ta se ha aden­tra­do en el uni­ver­so pic­tó­ri­co de su padre a tra­vés de un poe­ma escri­to por su madre Ampa­ro. «Tú la pin­tas­te y vivis­te en ella, ilu­mi­nán­do­nos con tus cua­dros», reco­no­ce a su espo­so Ampa­ro Con­de, ima­gen del car­tel de la expo­si­ción.

La pro­fe­so­ra de la UPV Puyue­lo ha agra­de­ci­do a la Dipu­tación su pro­gra­ma de recu­pe­ra­ción de pen­sio­na­dos, que en esta oca­sión per­mi­te «poner de nue­vo en car­tel a Emi­lio Ros, un artis­ta que tra­ba­jó muy duro para pin­tar más de 500 retra­tos de gran cali­dad, reco­no­ci­dos por ins­ti­tu­cio­nes públi­cas y pri­va­das y expues­tos en dis­tin­tas salas de Valen­cia y Madrid».

La exper­ta en arte de la Poli­téc­ni­ca coin­ci­de con Estre­lla Ros en la impor­tan­cia de la luz en la obra de su padre, y aña­de que el tra­ba­jo de Emi­lio Ros Benet «es una mues­tra des­ta­ca­da de la pin­tu­ra de caba­lle­te, de la calle; la visión tran­qui­la y sose­ga­da de un tipo de arte que hoy con­si­de­ra­mos clá­si­co pero que en su tiem­po fue de van­guar­dia».

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