10 de junio de 2020.
La rodilla de Colin Kaepernick sobre el cuello de George Floyd se ha convertido en un potente símbolo contra el racismo. “No puedo respirar” (“I can’t breathe”), repitió Floyd varias veces antes de morir a causa del rodillazo opresor de un policía.
La Historia avanza a más velocidad que nunca debido a la rapidez comunicativa e influencia de la revolución tecnológica y las redes sociales. Las consecuencias, incluso en la cultura más arraigada popularmente, están siendo inmediatas y provocará innumerables y duras polémicas. La recién inaugurada plataforma de streaming HBO Max ha retirado de su catálogo Lo que el viento se llevó (Victor Fleming-David O. Selznick, 1939), la película más popular de la historia, al haber sido acusado el film en el diario Los Angeles Times de glorificar la esclavitud durante la Guerra de Secesión en Estados Unidos y de perpetuar “los estereotipos más dolorosos para las personas de color”.
Me llama la atención esa frase, “para las personas de color”. Es racista. Todos tenemos un color u otro. Pieles rojas, pieles amarillas, pieles rosas, pieles negras, pieles blancas. Pero ese es un tema menor (aunque revelador del racismo inconsciente en el lenguaje). Lo más preocupante es que la lucha contra el racismo, una batalla con la que me solidarizo (detesto el racismo desde mi pre-adolescencia), lo preocupante, digo, es que esa universal reivindicación democrática desemboque en un nuevo tipo de censura, con efectos retroactivos además. Por ese camino se prohibirían en las plataformas –y en los cines, y en las librerías, y en la tele, y en la radio– multitud de novelas, películas o canciones acusadas de glorificar la pederastia, el tabaco, el alcohol… Pienso, por ejemplo, en Lolita, Casablanca, ¿Quién teme a Virginia Woolf?, Bajo el volcán, Eva al desnudo, Fumando espero…
¿Por qué no aprovechar la cultura del pasado para debatir sobre sus respectivos contextos históricos? Saber por qué las cosas eran así es mucho más interesante (y por supuesto más complejo) que prohibir todo lo que no nos gusta.
No al racismo, no al neofascismo, no al neoestalinismo. Tenemos mucha faena por delante.
DIARIO UN CINÉFILO
«Que la vida iba en serio / uno lo empieza a comprender más tarde”
Jaime Gil de Biedma
DIARIO DE UN CINÉFILO Es una sección dedicada al mundo de las Series de TV, a todos sus aspectos cinéfilos pero también a sus derivaciones sociológicas y relativas a la vida cotidiana de las personas. La construcción de roles, las relaciones familiares, la actualidad, la comedia y el drama, la épica histórica, dragones y mazmorras… Todo cabe en el mundo de las series, y cualquier perspectiva del mundo puede ser vista desde la óptica de un cinéfilo, de un seriófilo inteligente y perspicaz. La sección está personalizada en Rafa Marí, uno de los últimos grandes cinéfilos españoles. La periodicidad es aleatoria, y la longitud de cada entrada, también. Puede ser tanto muy corta: un aforismo, como un extenso miniensayo, o entrevista, o diálogo interior.
Pese a ser un periodista tardío, Rafa Marí (Valencia, 1945) ha tenido tiempo para trabajar en muchos medios de comunicación: Cartelera Turia, Cal Dir, Valencia Semanal, cartelera Qué y Donde, Noticias al día, Papers de la Conselleria de Cultura, Levante-EMV, El Hype… Siempre en las páginas de cultura. En 1984 fichó por Las Provincias, diario donde actualmente es columnista y crítico de arte.
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