21 de abril de 2021.
Dentro de unos días se celebrarán elecciones autonómicas en la Comunidad de Madrid. Cita polarizada al máximo. Dos líderes de la izquierda, Pedro Sánchez y Pablo Iglesias, provocan una radical animadversión en las filas de la derecha. Y dos líderes de la derecha, Isabel Díaz Ayuso y Santiago Abascal, son virulentamente cuestionados por la izquierda. Pero no hablemos de política. Este diario, que busca el placer cultural, se refugia en el sentido del humor, la erudición y el cotilleo ingenuo. Tratemos el asunto en clave cinéfila. He realizado una encuesta preguntando a varios cinéfilos, muy conocidos míos, cuáles son sus tres «malos» o «malas» preferidos en la historia del cine. Preferidos en el sentido de haber sido encarnados por intérpretes magníficos/as. Malos y malas tenebrosos/as, implacables en su capacidad destructora, ambiciosos/as, sin escrúpulos, engañosos/as, siempre preparados/as para humillar o aniquilar, con tiempo por delante y sin necesidad de utilizar pistolas o armas blancas, a quienes envidian, desean, temen o admiran desde la frustración. El paisaje de la mezquindad. Hay respuestas inesperadas y brillantes (¡HAL 9000!, el garrote vil, Chuki…). He respetado al cien por cien los textos recibidos vía email o por mensaje de Facebook. Algunos encuestados han elegido cinco, seis o siete encarnaciones de lo diabólico en vez de tres. Acepté de buen grado la desobediencia a las normas del juego. Este es el resultado de la amistosa consulta.
Natalia Álvarez, deportista: “Joaquín Phoenix en Gladiator (Ridley Scott, 2000); Ralph Fiennes, encarnando a lord Voldemort en varias películas de Harry Potter; y Josh Brolin, como Thanos, en Los vengadores (Anthony y Joe Russo, 2019).”
Mike Ferri, asistente social, ajedrecista y uno de los mejores jugadores valencianos de dominó: “Mrs. Danvers (Judith Anderson) en Rebeca (Alfred Hitchcock, 1940). Hans Beckert (Peter Lorre) en M, el vampiro de Düsseldorf (Fritz Lang, 1931) y el sargento Hartman (R. Lee Emey) en La chaqueta metálica (Stanley Kubrick 1987).”
Javier Baixauli, ingeniero agrónomo: “1, Mercedes McCambridge, rabiosa y reprimida en Johnny Guitar; 2, Mercedes McCambridge, más destroyer que nunca en Sed de mal, y 3, Mercedes McCambridge en El exorcista (1973: en la versión original, es suya la voz del demonio; el director William Friedkin supo elegir muy bien ese aspecto de la película).”
Elena Ripoll Martínez, poeta, empresaria y colaboradora de Javier Baixauli: “1, Carlos Casaravilla en Muerte de un ciclista (Juan Antonio Bardem, 1955); 2, el machista, agresivo y homófobo Antonio David Flores en la docuserie Rocío. Contar la verdad para seguir viva, y 3, el garrote vil, como símbolo repulsivo de un Estado que se arroga el derecho a matar, en El verdugo (Luis García Berlanga, 1963). Espero que el coordinador-jefe me acepte recurrir a un objeto inanimado y letal. He optado por películas y docuseries españolas. De hace décadas y de la actualidad.”
Constanza Soriano, artista visual: “La despiadada enfermera Ratchel (Louise Fletcher en Alguien voló sobre el nido del cuco, Milos Forman, 1975); el siniestro Alex (Malcolm McDowell en La naranja mecánica, Stanley Kubrick, 1971); y Paul y Peter (Michael Pitt y Brady Corbet, respectivamente, en Funny Games, Michael Haneke, 1997).
Juan Carlos Valera, poeta, artista visual y empresario: “Si tuviera que elegir entre los malísimos del celuloide escogería, así de pronto y por este orden, a Chuki (el muñeco diabólico), seguido de Paul Naschy (nuestro hombre-lobo) y a la infame Cruella de Vil, la principal protagonista de la película de animación de Disney 101 dálmatas (Clyde Geronimo, 1961) y más tarde, en 1997 y con actores de carne y huesos, encarnada maligna y convincentemente por Glenn Close.
Javier Pitarch, médico y exigente cinéfilo: “Ellas: Bette Davis, en La loba; Mercedes McCambridge en Johnny Guitar (Nicholas Ray, 1954); Katharine Hepburn en De repente, el último verano (Joseph L. Mankievicz, 1959). Ellos: Richard Widmark en El beso de la muerte (Henry Hathaway, 1947); Tyrone Power en Testigo de cargo (Billy Wilder, 1957) y Joseph Cotten en La sombra de una duda (Hitchcock, 1945). Si se me permite, citaré otra mala total: Anne Baxter en Eva al desnudo (Joseph L. Mankiewicz, 1950). Siempre aborrecí a Eva Harrington, tan taimada, astuta y tenaz, rematadamente mala y manipuladora.”
Miguel Uris, prestigioso problemista de ajedrez: “Mi selección: Robert Mitchum (Max Cady) en El cabo del terror (J. Lee Thompson, 1962). Título original: Cape fear; HAL 9000 en 2001: Odisea en el espacio (Stanley Kubrick, 1968). Título original: 2001: A spacey odissey; Bette Davis (Jane Hudson) en ¿Qué fue de Baby Jane? (Robert Aldrich, 1962). Título original: What ever happened to Baby Jane?”.
Pepe Catalán, cinéfilo, melómano y coleccionista: “Mis malos son malos que dan mucho miedo: Robert Mitchum en La noche del cazador (Charles Laughton, 1955), Kathy Bates en Misery (Rob Reiner, 1990) y Gert Fröbe en El cebo (Ladislao Vajda, 1958). ¿Puedo poner dos malos más? Entonces añado a Javier Bardem en No es país para viejos (Joel Coen y Ethal Coen, 2007) y Anthony Hopkins en El silencio de los corderos (Jonathan Demme, 1991). Supongo que esta última opción la habrán elegido ya varios cinéfilos en la encuesta.
Juan Lagardera, editor y periodista. Tres malos de ultimísima hornada en tv: Rosamund Pike (I Care a Lot, de J. Blakeson, 2020), Rufus Sewell (El hombre en el castillo, de Frank Sponitz y otros, 2015), Sean Penn (Mystic River, de Clint Eastwood, 2003). Y tres clásicos: Jack Palance (Raíces profundas, de Georges Stevens, 1953), Robert Mitchum (La noche del cazador, de Charles Laughton, 1955), Lee Marvin (El hombre que mató a Liberty Valance, de John Ford, 1962).
Miquel Navarro, escultor y pintor: “Anne Baxter en Eva al desnudo; Orson Welles en Sed de mal (Orson Welles, 1957); Terele Pávez en La Comunidad (Alex de la Iglesia, 2000), muy peligrosa, ávida y excitada, persiguiendo a Carmen Maura –que lleva una maleta llena de dinero– dando saltos fantasiosos por azoteas y cúpulas de conocidos edificios de Madrid.”
Rafa Marí, periodista: “Me desobedezco y elijo cuatro malos/as en vez de tres: Burt Lancaster en Chantaje en Broadway (Alexander Mackendrick, 1957); Mercedes McCambridge en Johnny Guitar; Ann Blyth en Alma en suplicio (Michael Curtiz, 1945: te entran unas ganas tremendas de entrar en la pantalla y abofetearla) y Gene Tierney en Que el cielo la juzgue (John M. Stahl, 1945: imposible ser más odiosa y estúpida. La estupidez es una de las formas más zafias de la maldad; sí. zafias, pero capaz también de arruinarlo todo a su paso).”
DIARIO UN CINÉFILO
«Que la vida iba en serio / uno lo empieza a comprender más tarde”
Jaime Gil de Biedma
DIARIO DE UN CINÉFILO Es una sección dedicada al mundo de las Series de TV, a todos sus aspectos cinéfilos pero también a sus derivaciones sociológicas y relativas a la vida cotidiana de las personas. La construcción de roles, las relaciones familiares, la actualidad, la comedia y el drama, la épica histórica, dragones y mazmorras… Todo cabe en el mundo de las series, y cualquier perspectiva del mundo puede ser vista desde la óptica de un cinéfilo, de un seriófilo inteligente y perspicaz. La sección está personalizada en Rafa Marí, uno de los últimos grandes cinéfilos españoles. La periodicidad es aleatoria, y la longitud de cada entrada, también. Puede ser tanto muy corta: un aforismo, como un extenso miniensayo, o entrevista, o diálogo interior.
Pese a ser un periodista tardío, Rafa Marí (Valencia, 1945) ha tenido tiempo para trabajar en muchos medios de comunicación: Cartelera Turia, Cal Dir, Valencia Semanal, cartelera Qué y Donde, Noticias al día, Papers de la Conselleria de Cultura, Levante-EMV, El Hype… Siempre en las páginas de cultura. En 1984 fichó por Las Provincias, diario donde actualmente es columnista y crítico de arte.