El covid-19 siembra de dudas la actividad recreativa en las playas y el futuro de las grandes aglomeraciones festivas.
Las calles de Alcoi amanecen estos días casi vacías, los ciudadanos que caminan por ellas no pueden evitar tararear alguna de sus marchas de moros y cristianos favoritas mientras observan, con pesar, el silencio de unas calles donde hoy, día 25 de abril, deberían estar desfilando las filàsdel bando cristiano por la mañana y las del moro, por la tarde, con el formidable estruendo de las bandas de música, de los aplausos de la gente desde las calles y balcones.
El aplazamiento de la fiesta de Moros y Cristianos por excelencia se suma así a otras tan importantes como las Fallas –que se han aplazado, en principio del 16 al 19 de julio pero cuya celebración es más que improbable–, la Magdalena de Castellón, la Semana Santa o, llegados al verano, les Fogueres de Sant Joan de Alicante –las cuales, en principio, se han aplazado del 2 al 6 de septiembre– y hasta la Fira de Xàtiva, por no hablar de las grandes aglomeraciones de los festivales musicales del verano en localidades como Benicàssim, Burriana o Cullera.
Ahora, queda por dilucidar cómo será la campaña turística por excelencia: el verano. A estas alturas, cuando faltan dos meses para que la temporada estival arranque oficialmente, resulta bastante evidente que el de este año será un verano atípico, marcado por las mascarillas, las medidas de distanciamiento social y de seguridad sanitaria, la restricción de los desplazamientos, sobre todo internacionales, así como por los propios temores de las personas. Todavía no está claro qué establecimientos podrán abrir y en qué condiciones, ni tampoco cuál será el impacto total de esta crisis para el turismo, en especial para aquellas ciudades eminentemente turísticas.
Caída de ingresos del 80,9 %
En la Comunidad Valenciana existen unas 250 localidades declaradas como Municipio Turístico por la Generalitat Valenciana. Varias de ellas, sobre todo las costeras, centran los ingresos de todo el año, prácticamente, en dos meses: julio y agosto. Todas ellas, viendo el complicado panorama, ya están planteando medidas para paliar los daños, en la medida de lo posible, así como para ayudar a las personas y empresas más afectadas y solicitar también ayudas e inversiones a otros organismos autonómicos, nacionales e internacionales. Según las previsiones de Exceltur, el sector turístico de la Comunitat Valenciana perderá este año al menos 13.540 millones de euros. Unas cifras muy elevadas que tal vez se entienden mejor si se tiene en cuenta que supondrían una caída de ingresos del 80,9 % respecto a 2019.
Gandía confía en sus anchas playas
En la provincia de Valencia, entre las localidades con mayor dependencia del turismo veraniego se encuentran algunas como Cullera, Oliva o Gandía. Tal vez, una de las ventajas de la costa de esta provincia para este verano será la anchura de sus playas, algo que, paradójicamente, en ocasiones ha sido criticado desde los bares y restaurantes de primera línea porque alejaba a los bañistas de ellos. Esta amplitud facilitará las medidas de distanciamiento y en localidades como Gandía ya trabajan intensamente en ver cómo aprovechar la anchura de playas como la del Nord, así como en el hecho de incrementar las medidas de higiene en los chiringuitos y en las zonas de hamacas. Todo dentro de su programa de “playas seguras”.
Cullera dará una ayuda de 100 euros por plaza hotelera
Uno de los primeros consistorios turísticos en aprobar medidas de ayudas para su sector fue Cullera. De este modo, el 6 de abril anunciaban que otorgarían una ayuda de 100 euros por plaza hotelera destinada a los hoteles, apartahoteles, hostales y pensiones de su localidad. Y aprobó un amplio paquete de medidas por 1,7 millones de euros titulado “recupera’t”.
Un plan de turismo consensuado en Oliva
Para hacer frente a los efectos de esta pandemia en un sector tan estratégico y relevante como es el turístico es necesario aunar esfuerzos e intereses. En este sentido, en Oliva han elaborado un plan de turismo coordinado entre empresarios, administración local, organismos públicos para afrontar esta situación extraordinaria. Este se centra en varios puntos, siendo uno de los más importantes el refuerzo de la comunicación para aumentar la visibilidad de los recursos turísticos de Oliva. También se van a centrar en dinamizar el sector para fomentar su desestacionalización, así como el apoyo a cualquier evento y actividad de ocio que implique a todo tipo de públicos.
Benidorm, una ciudad construida para el turismo
Sin lugar a dudas, la ciudad turística por excelencia en la Comunidad Valenciana es Benidorm. En 2019 fue la cuarta ciudad de España en número de pernoctaciones. Sus 113 hoteles y sus cerca de 40.000 camas afrontan un verano que se prevé desastroso. Una ciudad construida por y para el turismo, sobre todo el veraniego, pero que podría aliviar su caída, precisamente, porque es una de las pocas que consigue atraer a turistas durante, prácticamente, todo el año. Por el contrario, hay que tener en cuenta que muchos de ellos son personas mayores y turistas internacionales, precisamente, los dos sectores que más van a tardar en recuperar sus viajes turísticos. Desde la Asociación Independiente de Comerciantes de Benidorm (Aico) ya han presentado al Ayuntamiento de esta localidad una serie de medidas para paliar esta crisis. Entre ellas, como sucede en Oliva y tantos otros lugares, está impulsar la promoción, incidiendo en que se trata de una ciudad segura en materia sanitaria, pero también con recursos turísticos para todo tipo de personas.
El Covid-19 en el turismo de la Marina Alta
Una de las zonas valencianas que más turismo concentra en verano es la Marina Alta. Localidades como Dénia, Xàbia, Moraira, Teulada, Benissa o Pego afrontan el próximo verano con grandes temores, pero también con algunas esperanzas. De momento, se estima que la desescalada en esta zona podría ser más rápida que en otras por varios motivos. En primer lugar, allí la cifra de contagiados y muertos es inferior a la de otros puntos de la Comunitat Valenciana. Además, en general, se trata de localidades con una población relativamente pequeña, pues solo Dénia supera los 40.000 habitantes. Aún así, y como sucederá en el resto de territorios valencianos, los desplazamientos estarán bastante limitados, por lo que serán los propios residentes de la zona y alrededores los que tendrán que fomentar un turismo más local.
Peñíscola, un 2020 desastroso
En Peñíscola ya empezaron este 2020 con pésimos augurios. La fuerte tormenta que arrasó varias partes de la Comunidad Valenciana en enero destruyó toda su costa y obligó, ya entonces, a inyectar dinero extra para recuperarla. Luego, el Covid-19 se llevó por delante una de sus temporadas más fructíferas, la Semana Santa, y ahora prevé un verano nefasto. Desde el consistorio y su sector turístico ya plantean medidas como importantes descuentos, que en principio irán destinados al sector sanitario así como a los miembros de las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado que ahora están trabajando para combatir el coronavirus, pero que también podrían hacerse extensivos a otros sectores. Mientras tanto, han puesto en marcha la campaña “Peñíscola te esperará” para mantener la visibilidad turística de la localidad y animar a la ciudadanía a visitarla lo más pronto posible.
Benicàssim, grandes festivales afectados
Otra ciudad que centra gran parte de sus ingresos durante el verano es Benicàssim. La ciudad de los festivales por excelencia ya empieza a asumir que ni el FIB ni el Rototom ni otros similares podrán llevarse a cabo este verano, con la consecuente caída de ingresos que ello supondrá. Aunque cabe matizar que, de momento, ambos mantienen las fechas intactas. Por otra parte, como sucede con ciudades como Gandía, sus anchas playas pueden ser una forma de aliviar la situación. Desde el ayuntamiento ya han modificado los presupuestos de 2020 para hacer frente al Covid-19 y ha destinado 3,5 millones de euros a combatir sus efectos.
Morella, el turismo interior en riesgo
El turismo interior tampoco se salva de los efectos negativos del Covid-19. Ya fue uno de los más perjudicados durante la campaña de Semana Santa y también lo será en verano, aunque con la salvedad de que al tratarse, en muchos casos, de localidades pequeñas, de alojamientos turísticos más o menos aislados, los problemas derivados de las aglomeraciones no les afectarán tan directamente, aunque sí lo harán medidas como la restricción de desplazamientos. Morella es, junto con Alcoi o Requena, una de las ciudades turísticas más importantes del interior de la Comunitat Valenciana, y ya está tomando medidas contra el Covid-19.
Redescubrir nuestras ciudades y paisajes
Tal y como comentaba la concejala de Empleo de Valencia, Pilar Bernabé, en una entrevista concedida a Valencia City hace unos días, cuando esta crisis pase, una de las formas de reactivar la economía será fomentar el turismo local y regional, se tendrán que redescubrir nuestras ciudades, paisajes, centros culturales y de ocio… porque seremos nosotros, los residentes, los primeros que podremos visitarlos. Además, las restricciones en los desplazamientos, sobre todo internacionales, propiciarán que sea mucho más complicado hacer turismo en otros lugares, por lo que, sí o sí, tendremos que hacerlo y deberemos hacerlo, en nuestro entorno. Tal vez así, juntos, contribuiremos a que los efectos para un sector tan primordial en la Comunidad Valenciana como es el turístico sean los menos posibles.
Comparte esta publicación
Suscríbete a nuestro boletín
Recibe toda la actualidad en cultura y ocio, de la ciudad de Valencia