Un Ricardo III «entre Trump y el Joquer» inaugura la temporada del TEM

El teatro municipal acoge la versión libre de Miguel del Arco sobre la obra de Shakespeare, un retrato atemporal de la ambición desmedida y el abuso de poder.

El pasado junio, la adaptación del Ricardo III de William Shakespeare llevada a cabo por Miguel del Arco iba a ser uno de los platos fuertes de la programación del Teatre El Musical. Pero el confinamiento se llevó por delante todas las propuestas culturales y la representación quedó suspendida indefinidamente, al igual que muchas otras.

El próximo 15 de enero, todavía con la pandemia causando estragos y el sector luchando por recuperar el terreno perdido, Ricardo III inaugurará la nueva temporada del espacio del Cabanyal-Canyamelar (20 horas), la primera con Juanma Artigot al frente de la coordinación artística. No obstante, la compañía responsable del espectáculo -Kamikaze, establecida en el famoso Teatro Pavón Kamikaze de Madrid- no ha podido sobrevivir a la crisis y bajará el telón el 30 de enero tras cinco años convertida en un referente de riesgo y calidad escénica.

Dos de sus impulsores son el epicentro de Ricardo III. Por un lado está Miguel del Arco, uno de los dramaturgos y directores de escena más prestigiosos del país, capaz de llevar a su terreno piezas clásicas ya no solo de Shakespeare, sino de autores del calibre de Molière, Ibsen, Steinbeck o Calderón.

Por otro, el actor Israel Elejalde, presencia fundamental en anteriores montajes de la compañía y el encargado de dar vida a uno de los villanos más fascinantes que ha dado el teatro. Un personaje que, pese a ser descrito por primera vez a finales del siglo XVI, encaja perfectamente con el prototipo de malvado contemporáneo; de hecho, el propio Elejalde reconoce trazos de Donald Trump o Boris Johnson en su caracterización (“políticos perversos” que sorprendentemente fueron elegidos mediante un sistema democrático), y también de referentes cinematográficos como el Hitler encarnado por Bruno Ganz en El Hundimiento o el Joker inmortalizado por Heath Ledger en El Caballero Oscuro.

Una inesperada comedia

El Ricardo ideado por Del Arco convierte este contexto sobrecogedor y pesimista en el caldo de cultivo de una inesperada comedia. “Al comenzar, me preguntaba si, a pesar de todo, Ricardo III es una tragedia”, comenta. “Me arranca carcajadas, pero la risa tiene un regusto helado porque sé que el humor de Ricardo es el mismo que el de esa clase dirigente que mira sin empatía ninguna el mundo que pretende gobernar. El humor sobre el que se construye un mundo sin atisbo de bondad”.

Respecto a la atemporalidad de la historia, Del Arco señala que “poco importa que al parecer Ricardo no fuera históricamente ese ser malvado que describe Shakespeare, lo que importa es que el tipo viva. Esta es una función plagada de envidias, corrupción de uno y otro color, luchas de poder y fake news, y en vez de dejarlo pasar queríamos favorecer lo evidente”.

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