Infi­ni­tos y dimi­nu­tos pape­les des­bor­dan la Sala Ferre­res del Cen­tre del Car­me Cul­tu­ra Con­tem­po­rà­nia como infi­ni­tas son las pers­pec­ti­vas y los pun­tos de vis­ta des­de los que apre­ciar la obra de Fuen­cis­la Fran­cés que envuel­ve al espec­ta­dor. La expo­si­ción Pun­to de Fuga que pre­sen­ta el Cen­tre del Car­me más que una retros­pec­ti­va es una pues­ta a pun­to de más de 200 pie­zas que resu­men 50 años de tra­yec­to­ria artís­ti­ca o, como expli­ca su comi­sa­ria, Pilar Tébar “de inten­sa y exten­sa crea­ti­vi­dad”.

La secre­ta­ria auto­nó­mi­ca de Cul­tu­ra i Esport, Raquel Tama­rit y el direc­tor del Cen­tre del Car­me, José Luis Pérez Pont, acom­pa­ña­dos por la artis­ta, Fuen­cis­la Fran­cés, y la comi­sa­ria de la mues­tra, Pilar Tébar, han pre­sen­ta­do esta maña­na la expo­si­ción que se podrá ver has­ta el 1 de mar­zo de 2020. Se tra­ta de la mayor expo­si­ción rea­li­za­da sobre la obra de Fuen­cis­la Fran­cés, que se enmar­ca den­tro de la con­vo­ca­to­ria Tra­jec­tò­ries del Con­sor­ci de Museus de la Comu­ni­tat Valen­cia­na.

Raquel Tama­rit ha expli­ca­do que “Fuen­cis­la Fran­cés es del tipo de crea­do­ras que engran­de­cen el arte. El carác­ter inquie­to y trans­gre­sor de sus pie­zas pare­ce más pro­pio de una artis­ta más joven, sin embar­go su obra con­ser­va la fres­cu­ra de alguien que pese a lle­var más de 50 años en la pro­fe­sión sigue tan acti­va y tan vivaz como el pri­mer día”. En esta línea, el direc­tor del Cen­tre del Car­me ha des­ta­ca­do que “la obra de Fuen­cis­la des­bor­da ener­gía. ‘Pun­to de fuga’ es una lec­ción de arte sobre la línea y el movi­mien­to en diá­lo­go con el espa­cio y la arqui­tec­tu­ra”. Por su par­te Pilar Tébar ha seña­la­do que “Fuen­cis­la Fran­cés es un per­so­na­je impres­cin­di­ble den­tro del arte valen­ciano de los últi­mos 50 años y por ello debía tener un hue­co en el pro­gra­ma Tra­jec­tò­ries”.

Fuen­cis­la es des­cen­dien­te de una de las sagas artís­ti­cas más impor­tan­tes de la Comu­ni­tat Valen­cia­na, que tuvo su ori­gen a media­dos del siglo XIX con los alco­ya­nos Plá­ci­do Fran­cés y Emi­lio Sala Fran­cés.

Esta crea­do­ra plás­ti­ca, doc­to­ra en Bellas Artes, se for­mó en las anti­guas aulas de la facul­tad valen­cia­na que se ubi­ca­ban, pre­ci­sa­men­te, en el actual Cen­tre del Car­me por lo que, en cier­ta medi­da, esta pro­pues­ta supo­ne un retorno a un espa­cio cono­ci­do y lleno de recuer­dos. 

Fuen­cis­la Fran­cés ha seña­la­do que “esta expo­si­ción es un reen­cuen­tro tan­to con el lugar don­de me for­mé, un espa­cio muy vivi­do, como con mis anti­guas obras. A lo lar­go de mi tra­ba­jo voy toman­do y reto­man­do ideas, como en esta mues­tra en la que he desa­rro­lla­do nue­vas pie­zas a par­tir del estu­dio de las ante­rio­res. Tam­bién hay pie­zas como ‘Sobre negro’ en la que ven­go tra­ba­jan­do des­de 1984”.

La mues­tra pre­sen­ta una revi­sión de la pro­duc­ción de esta artis­ta con una cui­da­da selec­ción de su obra, repre­sen­ta­ti­va de todas sus eta­pas crea­ti­vas: des­de la figu­ra­ción de sus pri­me­ras obras has­ta la abs­trac­ción, ten­den­cia que domi­na­rá la mayor par­te de su pro­duc­ción.

“El eje cen­tral del pro­yec­to es la gran site spe­cí­fic de la nave cen­traltitu­la­da Pun­to de fuga y rea­li­za­da con cen­te­na­res de plan­chas rec­tan­gu­la­res de made­ra que, uni­das con hilo de nylon, rea­li­zan un intere­san­te jue­go de tama­ños y volú­me­nes, modi­fi­can tan­to la pers­pec­ti­va como el plano de la sala y dotan de movi­mien­to a la pie­za” ha seña­la­do Pilar Tébar.

Así, se efec­tua­rá una pri­me­ra lec­tu­ra que par­te de la monu­men­ta­li­dad de sus tra­ba­jos actua­les, en los que pre­do­mi­nan las ins­ta­la­cio­nes y la obra de gran for­ma­to, como la inter­ven­ción sobre los muros de la Sala Goer­lich de más de 200 metros cua­dra­dos com­pues­ta por su colla­ge Des­com­po­si­ción de lugar. La obra fina­li­za en sus pri­me­ras obras de temá­ti­ca figu­ra­ti­va, óleos o dibu­jos de menor tama­ño, rea­li­za­dos en los años 70. 

Pos­te­rior­men­te, se gene­ra­rá una segun­da lec­tu­ra, des­de sus ini­cios artís­ti­cos a la abs­trac­ción de las obras recien­tes, lo que per­mi­ti­rá al visi­tan­te ir des­cu­brien­do, con obras cla­ves de su pro­duc­ción, cómo reali­zó la artis­ta ese impor­tan­te sal­to a tra­vés de la sim­pli­fi­ca­ción de ele­men­tos. “Había una nece­si­dad de abar­car el espa­cio tri­di­men­sio­nal. El encor­se­ta­mien­to de las for­mas con el mar­co era una limi­ta­ción muy fuer­te” ha expli­ca­do la artis­ta quien ha seña­la­do que “es fas­ci­nan­te jugar con la arqui­tec­tu­ra”.

Sin duda, el pro­ta­go­nis­ta abso­lu­to de esta expo­si­ción es el papel, que Fuen­cis­la Fran­cés tra­ba­ja en dife­ren­tes tama­ños, gra­ma­jes y tex­tu­ras y que uti­li­za tan­to para dar for­ma a sus escul­tu­ras, como para rea­li­zar los colla­ges de gran par­te de sus tra­ba­jos o inclu­so en sus ins­ta­la­cio­nes, que se modi­fi­can para adap­tar­se al espa­cio expo­si­ti­vo de las salas ofre­cien­do así una visión nue­va. Es intere­san­te sub­ra­yar las com­po­si­cio­nes sono­ras rea­li­za­das para las ins­ta­la­cio­nes Sobre NegroReso­nan­cia, con un bor­dón de voces de Fáti­ma Miran­da, y para la obra Sobre Blan­co, de colo­res fríos que jue­ga con el calor que apor­ta el can­to de chi­cha­rras com­pues­to por Pep Llo­pis. 

Fuen­cis­la Fran­cés, naci­da en Sego­via en 1944 aun­que afin­ca­da des­de su juven­tud en Valèn­cia, for­ma par­te del pano­ra­ma artís­ti­co valen­ciano des­de el últi­mo ter­cio del siglo pasa­do. Cin­co déca­das de pro­duc­ción artís­ti­ca con casi sesen­ta expo­si­cio­nes indi­vi­dua­les, más de un cen­te­nar de par­ti­ci­pa­cio­nes en colec­ti­vas y obra en diver­sas colec­cio­nes artís­ti­cas. “Tra­ba­ja­do­ra meticu­losa, en con­ti­nua inves­ti­ga­ción y expe­ri­men­ta­ción, cons­tru­ye pri­me­ra­men­te su obra en óleo sobre papel o lien­zo para, des­pués, decons­truir­la frag­men­tan­do la obra en innu­me­ra­bles tro­zos de medi­das des­igua­les que vuel­ve a emplear de nue­vo, expan­dién­do­los sobre dife­ren­tes sopor­tes, en un colla­ge que apli­ca con minu­cio­si­dad y pul­cri­tud a obras de dife­ren­tes for­ma­tos. De esta for­ma, logra un armó­ni­co jue­go com­po­si­ti­vo que iden­ti­fi­ca una poé­ti­ca muy per­so­nal y la hue­lla artís­ti­ca que impri­me Fuen­cis­la Fran­cés a su pro­duc­ción, de enor­me ener­gía crea­ti­va y sen­si­bi­li­dad” ha seña­la­do Pilar Tébar

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