El barrio del Caba­n­­yal-Can­­ya­­me­­lar cuen­ta con un nue­vo espa­cio gas­tro­nó­mi­co con­ce­bi­do para el tapeo y el encuen­tro social. Los pro­duc­tos de tem­po­ra­da y pro­xi­mi­dad son la colum­na ver­te­bral de Mer­ca­ba­ñal, un espa­cio al aire libre de 1.200 metros cua­dra­dos con varias terra­zas en altu­ra, que ha sido remo­de­la­do con mate­ria­les reci­cla­dos y con­te­ne­do­res de bar­cos mer­can­tes, reves­ti­dos en su inte­rior con azu­le­jos y made­ra.

Den­tro de Mer­ca­ba­ñal encon­tra­mos varios espa­cios dife­ren­cia­dos: El Bar –don­de se pue­de dis­fru­tar de un ver­mú o una caña bien echa­da de la clá­si­ca cer­ve­za El Águi­la, cuya pri­me­ra fábri­ca se ubi­ca­ba pre­ci­sa­men­te en El Caban­yal–; La Frei­du­ría –pes­ca­do de la lon­ja y el Mer­ca­do de El Caban­yal, fri­to con arte y ser­vi­do en mesu­ras–; El Ultra­ma­ri­nos  embu­ti­dos arte­sa­nos, selec­ción de que­sos de la región, toma­tes y ensa­la­das con pro­duc­tos de tem­po­ra­da, etcé­te­ra–; La Para­eta –una des­pen­sa abier­ta que esté­ti­ca­men­te rin­de home­na­je a estos clá­si­cos esta­ble­ci­mien­tos– y Piz­za Lab –espa­cio ges­tio­na­do por Sor­si e Mor­si, que hace un gui­ño a nues­tros veci­nos medi­te­rrá­neos de Ita­lia y ofre­ce­rá una car­ta diná­mi­ca de piz­zas poco con­ven­cio­na­les y basa­das en pro­duc­tos autóc­to­nos–.

Este mer­ca­do gas­tro­nó­mi­co, que rei­vin­di­ca la tra­di­ción y la vida de barrio des­de una pers­pec­ti­va con­tem­po­rá­nea, abrió sus puer­tas al públi­co el vier­nes 31. Mer­ca­ba­ñal es un espa­cio de voca­ción popu­lar, por ello se ha dise­ña­do una ofer­ta gas­tro­nó­mi­ca sen­ci­lla, ase­qui­ble, pero de máxi­ma cali­dad. Cubri­rá ade­más un hora­rio muy amplio de coci­na abier­ta, que ser­vi­rá para el “esmor­za­ret”, las tapas del “tar­deo” y las pri­me­ras horas del ocio noc­turno. La expe­rien­cia se com­ple­ta­rá den­tro de unas sema­nas cuan­do se habi­li­ten las terra­zas cons­trui­das en altu­ra, con vis­tas al mar y a las espec­ta­cu­la­res pues­tas de sol de El Caban­yal.

Este espa­cio está vivo. Segui­rá cre­cien­do y amplian­do su ofer­ta. Toda­vía que­da mucho por des­ve­lar”, ha comen­ta­do José Mira­lles, uno de los impul­so­res de este espa­cio, duran­te la pre­sen­ta­ción a la pren­sa que ha teni­do lugar esta maña­na. “La deci­sión de ubi­car la puer­ta de entra­da en la calle Asti­lle­ros, 48  no es casual. Nos encan­ta tener el mar a 30 metros, pero que­re­mos mirar al barrio”, ha aña­di­do Mira­lles, pro­pie­ta­rio a su vez de otros res­tau­ran­tes cer­ca­nos a la pla­ya como Bras­sa de Mar. Detrás de Mer­ca­ba­ñal encon­tra­mos tam­bién a Hugo Cer­ve­rón y Nacho Medi­na, dos via­je­ros empe­der­ni­dos que han “impor­ta­do” intere­san­tes ideas a este pro­yec­to de res­tau­ra­ción. Por últi­mo, el dise­ño de ima­gen de Mer­ca­ba­ñal ha corri­do a car­go del artis­ta grá­fi­co Mutan, que se ha ins­pi­ra­do en la idio­sin­cra­sia de la arqui­tec­tu­ra de este dis­tri­to mari­ne­ro, con sus boni­tas facha­das recu­bier­tas de azu­le­jo tra­di­cio­nal.

Comparte esta publicación

amadomio.jpg

Suscríbete a nuestro boletín

Reci­be toda la actua­li­dad en cul­tu­ra y ocio, de la ciu­dad de Valen­cia