El Cen­tre del Car­me Cul­tu­ra Con­tem­po­rà­nia clau­su­ra el pró­xi­mo domin­go la expo­si­ción retros­pec­ti­va de la artis­ta Fuen­cis­la Fran­cés Pun­to de fuga. Para des­pe­dir la mues­tra este vier­nes, 28 de febre­ro, se ofre­ce­rá un con­cier­to de la mano de Amo­res Grup de Per­cus­sió, Llo­re­nç Bar­ber y Mon­tse­rrat Pala­cios.

La artis­ta Fuen­cis­la Fran­cés ha que­ri­do que, al igual que ocu­rre en su obra, ade­más del papel sean los soni­dos los que pro­ta­go­ni­cen la clau­su­ra de su expo­si­ción que, des­de el pasa­do mes de diciem­bre, se exhi­be en el Cen­tre del Car­me y en la que se reco­rren 50 años de crea­ción, a tra­vés de más de 200 pie­zas y varias ins­ta­la­cio­nes.

Así, el pró­xi­mo vier­nes a par­tir de las 20.00 horas la Sala Ferre­res ofre­ce­rá un con­cier­to a car­go de Amo­res Grup de Per­cus­sió, Llo­re­nç Bar­ber y Mon­tse­rrat Pala­cios, con un pro­gra­ma abier­to a la impro­vi­sa­ción, que inclui­rá el estreno de una obra com­pues­ta expre­sa­men­te para la oca­sión por Jesús Sal­va­dor Cha­pi, miem­bro de Amo­res, y que lle­va por títu­lo Pun­to de fuga. Por su par­te, Llo­re­nç Bar­ber y Mon­tse­rrat Pala­cios, ren­di­rán home­na­je a la artis­ta bajo el títu­lo Del mudo sonar en esta­lli­do.

En total, 1.000 metros cua­dra­dos de expo­si­ción por los que se expan­de una obra poten­te en con­tras­te con la apa­ren­te fra­gi­li­dad de Fuen­cis­la y en los que según su comi­sa­ria, Pilar Tébar, el gran pro­ta­go­nis­ta es el papel, que la artis­ta tra­ba­ja en dife­ren­tes tama­ños, gra­ma­jes y tex­tu­ras y que uti­li­za tan­to para dar for­ma a sus escul­tu­ras como para rea­li­zar los ‘colla­ges’ de gran par­te de sus tra­ba­jos o, inclu­so, en sus ins­ta­la­cio­nes que se modi­fi­can para adap­tar­se al espa­cio expo­si­ti­vo de las salas ofre­cien­do así una visión nue­va.

El direc­tor del Cen­tre del Car­me, José Luis Pérez Pont ha des­ta­ca­do que “la obra de Fuen­cis­la des­bor­da ener­gía. ‘Pun­to de fuga’ es una lec­ción de arte sobre la línea y el movi­mien­to en diá­lo­go con el espa­cio y la arqui­tec­tu­ra” y ha recor­da­do que “gra­cias a la con­vo­ca­to­ria ‘Tra­jec­tò­ries’ esta­mos dan­do visi­bi­li­dad y colo­can­do en el lugar que se mere­ce la obra de varias muje­res artis­tas como Tere­sa Cebrián y Ana Tere­sa Orte­ga, ade­más de Fuen­cis­la Fran­cés, sin cuyas apor­ta­cio­nes no se pue­de enten­der el desa­rro­llo del arte con­tem­po­rá­neo de las últi­mas déca­das, cons­ti­tu­yen­do asi­mis­mo tres cla­ros expo­nen­tes del arte valen­ciano más actual”.

La rela­ción de Fuen­cis­la con otras dis­ci­pli­nas ha sido una cons­tan­te en su obra. Sus obras com­par­ten len­gua­jes muy simi­la­res a la músi­ca, don­de “exis­te esa fusión imper­cep­ti­ble don­de el soni­do y las for­mas te rodean con sus dife­ren­tes acen­tos, las notas, los rit­mos, los silen­cios, es todo un jue­go de sen­sa­cio­nes”, des­ta­ca la artis­ta.

Ella se ha ins­pi­ra­do en la músi­ca y otros artis­tas lo han hecho en sus crea­cio­nes, como es el caso del chef Qui­que Dacos­ta, quien pre­sen­ta­ba hace unas sema­nas en la Sala Ferre­res sus pape­les comes­ti­bles ins­pi­ra­dos en el arte de Fuen­cis­la o el pro­pio Jesús Sal­va­dor Cha­pi, que se ha ins­pi­ra­do en ella para su com­po­si­ción musi­cal.

Ade­más, la sala en la que se ubi­can las obras de la artis­ta ha aco­gi­do en estos dos meses acon­te­ci­mien­tos sin­gu­la­res como el fes­ti­val gas­tro­cul­tu­ral FEST/N, con la par­ti­ci­pa­ción del men­cio­na­do Qui­que Dacos­ta; la mul­ti­tu­di­na­ria con­fe­ren­cia del expre­si­den­te de Uru­guay, Pepe Muji­ca; la mesa redon­da Viat­ge a Car­los Pérez‑L’home museu o la retrans­mi­sión en direc­to del pro­gra­ma de radio Car­ne Cru­da, even­tos que han favo­re­ci­do que nume­ro­so públi­co se acer­ca­ra a sus crea­cio­nes que se han suma­do, entre muchas otras, a las visi­tas guia­das o las visi­tas de estu­dian­tes.

Fuen­cis­la con­si­de­ra todo un lujo haber podi­do expo­ner su obra en un lugar como éste: “con­tar con un espa­cio de tan­ta belle­za es un rega­lo por­que las obras res­pi­ran en cada rin­cón y es como de ver­dad se ven, sobre todo las de gran for­ma­to”. Ade­más, aun­que algu­nas ins­ta­la­cio­nes las había exhi­bi­do en otros luga­res, ase­gu­ra que “cada expo­si­ción es una aven­tu­ra. La obra sufre una meta­mor­fo­sis y te sor­pren­de, la reco­no­ces como otra obra dis­tin­ta sien­do la mis­ma”.

La artis­ta, naci­da en Sego­via pero afin­ca­da en Valèn­cia des­de muy joven, está tam­bién muy agra­de­ci­da con la aco­gi­da que está reci­bien­do su tra­ba­jo. Tan­to la crí­ti­ca espe­cia­li­za­da como el públi­co en gene­ral han valo­ra­do muy posi­ti­va­men­te una mues­tra que le ha per­mi­ti­do reen­con­trar­se con obras anti­guas, algu­nas de las cua­les no veía des­de hacía mucho tiem­po. “El públi­co te ayu­da aso­mar­te a muchas ven­ta­nas y a ver mun­dos dife­ren­tes. No eres cons­cien­te de lo que tu obra va a gene­rar en la mira­da del otro. Inclu­so un crí­ti­co lle­gó a com­pa­rar las sen­sa­cio­nes vivi­das al con­tem­plar mis crea­cio­nes con el sín­dro­me de Stendhal, eso es mara­vi­llo­so”.

Pun­to de fuga cons­ti­tu­ye la mayor expo­si­ción rea­li­za­da sobre la obra de Fuen­cis­la Fran­cés, que se enmar­ca den­tro de la con­vo­ca­to­ria ‘Tra­jec­tò­ries’ del Con­sor­ci de Museus.

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