“La pin­tu­ra por la pin­tu­ra” es uno de los tér­mi­nos con los que se ha defi­ni­do el tra­ba­jo de Manuel Rey Fue­yo (La Fel­gue­ra, 1950). “Un pin­tor de raza” lo cali­fi­ca Pilar Dolz, comi­sa­ria de su últi­ma expo­si­ción. El pin­tor astu­riano, afin­ca­do en Valen­cia, don­de ha desa­rro­lla­do toda su tra­yec­to­ria, for­ma par­te de ese gru­po de artis­tas que en los años 70 se ale­jó de la pin­tu­ra figu­ra­ti­va del momen­to y asu­mió el tér­mino ‘pin­tu­ra, pin­tu­ra’ refe­ri­do a la abs­trac­ción pic­tó­ri­ca, jun­to a otros de sus coe­tá­neos como Bro­to o Tei­xi­dor, cada uno en su pro­pio esti­lo.

El Con­sor­ci de Museus de la Comu­ni­tat Valen­cia­na y la Fun­da­ción Chi­ri­ve­lla Soriano le dedi­can la mues­tra Manuel Rey Fue­yo. Pin­tu­ra S.XXI, una expo­si­ción que reúne su crea­ción de los últi­mos 20 años, y que podrá ver­se en la sede de la Fun­da­ción, en el Pala­cio Joan de Vale­rio­la, has­ta el 29 de sep­tiem­bre.

El direc­tor del Con­sor­ci de Museus de la Comu­ni­tat Valen­cia­na, José Luis Pérez Pont, y el pre­si­den­te de la Fun­da­ción Chi­ri­ve­lla Soriano, Manuel Chi­ri­ve­lla, han pre­sen­ta­do esta maña­na la mues­tra, acom­pa­ña­dos por el artis­ta, Manuel Rey Fue­yo, y por la comi­sa­ria, Pilar Dolz.

Pérez Pont ha seña­la­do que “esta expo­si­ción rei­vin­di­ca la vigen­cia de la pin­tu­ra en el siglo XXI y está en la línea de cola­bo­ra­ción que man­te­ne­mos con la Fun­da­ción Chi­ri­ve­lla Soriano de reco­no­cer la figu­ra y la obra de artis­tas valen­cia­nos de una gene­ra­ción que aún sigue en acti­vo, tras una lar­ga tra­yec­to­ria, como es el caso de Manuel Rey Fue­yo”.

La expo­si­ción reúne 30 obras de gran for­ma­to que, como expli­ca su comi­sa­ria, “invi­tan a entrar den­tro del cua­dro”.

Esta es una expo­si­ción muy espi­ri­tual, casi mís­ti­ca. La pin­tu­ra abs­trac­ta es una pin­tu­ra ale­ja­da de anéc­do­tas que no nece­si­ta con­tar nada y que es todo emo­ción”, ha mani­fes­ta­do Pilar Dolz.

Según Dolz, “esta expo­si­ción es una reafir­ma­ción de la pin­tu­ra en la actua­li­dad. Lle­vo 45 años en la gale­ría Cànem, y en los últi­mos años hace­mos todo tipo de expo­si­cio­nes, de ins­ta­la­cio­nes, videoar­te, etc., pero la pin­tu­ra sigue emo­cio­nan­do, aun­que haya gen­te que diga que está murien­do”.

Manuel Rey Fue­yo. Pin­tu­ra S.XXI refle­ja a la per­fec­ción los últi­mos años y el actual momen­to crea­ti­vo de este artis­ta que, man­te­nien­do su ori­gen astu­riano, ha hecho toda su obra en Valen­cia.

Des­de su pri­me­ra expo­si­ción en 1973 has­ta hoy, los crí­ti­cos e intér­pre­tes de la obra de Manuel Rey Fue­yo se han encon­tra­do ante un enig­ma inson­da­ble. Todos, de una mane­ra u otra, han que­ri­do arran­car pala­bras de una obra y un autor que, con su acti­tud calla­da y reser­va­da, se resis­te a des­ve­lar lo que hay detrás de su pin­tu­ra. Se ha que­ri­do ver en él la pasión por el ocio pic­tó­ri­co, des­ta­can­do sus cua­li­da­des téc­ni­cas y su preo­cu­pa­ción por la for­ma, lo que tie­ne esta de noc­tur­ni­dad, por lo que es nece­sa­rio ejer­cer sobre ella una mira­da de pupi­la dila­ta­da.

Se le ha aso­cia­do al car­bón oscu­ro de la mina astu­ria­na, de ahí que Juan Manuel Bonet uti­li­za­ra la expre­sión ‘memo­ria del óxi­do’. La oxi­da­ción crea el pig­men­to ori­gi­na­rio, el de los pri­me­ros tra­zos pic­tó­ri­cos del ser humano en gru­tas recón­di­tas. Una pura mate­ria­li­dad san­guí­nea y negruz­ca que con­tras­ta con la lumi­no­si­dad mís­ti­ca de San Juan de la Cruz, uno de sus auto­res de refe­ren­cia. Se le ha aso­cia­do a un susu­rro inti­mis­ta y a la expan­sión explo­si­va, a la apa­ri­ción de la luz y a su sole­dad.

El crí­ti­co de arte Jesús Mar­tí­nez Cla­ra expli­ca que “en todos los casos se intu­ye que hay uni­ver­sos iné­di­tos no reve­la­dos, se le dice des­de el prin­ci­pio que es un maes­tro de la com­bi­na­to­ria entre el orden y el caos, de la pasión y la razón, algu­nos inclu­so lo han aso­cia­do con el movi­mien­to román­ti­co en el que la emo­ción pre­do­mi­na siem­pre, uni­da a un sen­ti­mien­to de nos­tal­gia de su ori­gen astu­riano, la bru­ma cel­ta con­vi­vien­do con la luz medi­te­rrá­nea”.

Los que lo cono­cen hablan de un carác­ter retraí­do, y eso inevi­ta­ble­men­te le con­du­ce a uti­li­zar el ‘menos es más’ de todo pro­ce­so mís­ti­co que se refle­ja en su per­so­na­li­dad, pero tam­bién en su obra y en todo.

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