El Tea­tro El Musi­cal aco­ge este fin de sema­na el estreno abso­lu­to del nue­vo espec­tácu­lo de la actriz, direc­to­ra y dra­ma­tur­ga valen­cia­na Eva Zapi­co. Frau­de (o las con­se­cuen­cias del fra­ca­so) se podrá ver el 7 y 8 de diciem­bre en fun­cio­nes de afo­ro redu­ci­do, don­de el públi­co sube al esce­na­rio para vivir de cer­ca esta his­to­ria con la men­ti­ra como tema cen­tral.

El espec­tácu­lo ha con­ta­do con la ayu­da del Con­sor­cio de Museos, a tra­vés de una resi­den­cia de inves­ti­ga­ción. Y, den­tro de la línea de apo­yo a la esce­na valen­cia­na, con la cola­bo­ra­ción del TEM. El tea­tro muni­ci­pal ha cedi­do un espa­cio de ensa­yos para la rec­ta final del mon­ta­je. En esta eta­pa, Zapi­co y su equi­po artís­ti­co han per­fi­la­do los deta­lles de la pues­ta en esce­na de una obra don­de la ima­gen cuen­ta tan­to como la pala­bra. “Cuan­do empe­cé a crear y diri­gir pie­zas tea­tra­les, esta­ba muy intere­sa­da en la dan­za y las artes plás­ti­cas, inves­ti­gué mucho. Y, poco a poco, he ido desa­rro­llan­do una ‘dra­ma­tur­gia de la ima­gen’, don­de se hibri­dan dife­ren­tes len­gua­jes”, expli­ca la crea­do­ra.

En sus espec­tácu­los, el cuer­po del intér­pre­te es una herra­mien­ta narra­ti­va más. “En mis espec­tácu­los hago uso tan­to de la pala­bra como de la ima­gen cons­trui­do a par­tir del movi­mien­tos de los intér­pre­tes. que se gene­ra cuan­do los acto­res se mue­ven en el esce­na­rio. Me gus­ta mucho que pasen de hacer una repre­sen­ta­ción natu­ra­lis­ta de los per­so­na­jes a inser­tar­se den­tro de una ima­gen que apor­ta otro plano de sig­ni­fi­ca­do. Me intere­sa inves­ti­gar en la narra­ción no con­ven­cio­nal. Lo que bus­co es ape­lar al espec­ta­dor des­de un lugar dife­ren­te al habi­tual”, seña­la Zapi­co. 

Rompe­dora en muchos aspec­tos, Zapi­co dis­fru­ta retán­do­se a sí mis­ma, al públi­co y a los acto­res a la hora de crear una pie­za tea­tral. “Por el tipo de espec­tácu­los que hago, nor­mal­men­te invo­lu­cro a intér­pre­tes que ten­gan un buen con­trol cor­po­ral y que estén acos­tum­bra­dos a tra­ba­jar con len­gua­jes con­tem­po­rá­neos e inter­dis­ci­pli­na­rios. Es muy impor­tan­te que sean crea­ti­vos, que no ten­gan mie­do a un pro­ce­so crea­ti­vo que no siem­pre sigue el camino de la lógi­ca”, comen­ta la auto­ra y direc­to­ra de Frau­de (o las con­se­cuen­cias del fra­ca­so).

Una investigación sobre la mentira

El nue­vo espec­tácu­lo de Zapi­co inves­ti­ga sobre el hecho de men­tir, cómo afec­ta al indi­vi­duo y su entorno. El pro­yec­to sur­gió a raíz de un hecho real, una noti­cia que impac­tó a la auto­ra, quien pasó un tiem­po a la espe­ra del momen­to idó­neo para lle­var­lo a cabo.

Aho­ra, con la ayu­da de los acto­res Mor­gan Blas­co, Ángel Fígols, Iña­ki Moral y Miguel Ángel Swee­ney, se da vida a esta obra que se pue­de ver como metá­fo­ra del capi­ta­lis­mo. “Es un sis­te­ma cons­trui­do sobre la far­sa de que podrás obte­ner el bien­es­tar a tra­vés del con­su­mo y de lo mate­rial. El fra­ca­so es que esa feli­ci­dad nun­ca lle­ga”, expli­ca la crea­do­ra, quien no quie­re apor­tar dema­sia­dos deta­lles sobre la tra­ma, que se pre­sen­ta des­com­pues­ta en pie­zas, como un puz­le que los espec­ta­do­res van cono­cien­do y enca­jan­do. Ade­más, la pro­pia repre­sen­ta­ción tea­tral no deja de ser una men­ti­ra, una fic­ción que apor­ta una intere­san­te lec­tu­ra de esta pie­za. 

Frau­de (o las con­se­cuen­cias del fra­ca­so) lle­ga cuan­do Zapi­co cum­ple 15 años como crea­do­ra, des­pués de haber pasa­do una déca­da en la esce­na como actriz. Un cuar­to de siglo que le apor­tan una tra­yec­to­ria artís­ti­ca e inves­ti­ga­do­ra que hace de su esti­lo uno de los más pro­pios y reco­no­ci­bles del tea­tro valen­ciano con­tem­po­rá­neo. 

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