Este nuevo proyecto de Grupo Mercabanyal, que abre sus puertas el día 26 de mayo, acoge las nuevas apuestas de reconocidos hosteleros del barrio del Cabanyal: Tonyina Barra, Aldeaneta y Pescados Bianca.

Mer­ca­der des­cu­brió final­men­te su secre­to. El cui­da­do­so pro­yec­to de recu­pe­ra­ción patri­mo­nial y reha­bi­li­ta­ción lle­va­do a cabo duran­te más de un año sobre la anti­gua Tone­le­ría Soler del barrio de El Caban­yal ha dado lugar a un espa­cio de hos­te­le­ría y ocio úni­co en la ciu­dad, que per­mi­ti­rá al públi­co dis­fru­tar por pri­me­ra vez de un icó­ni­co ejem­plo de arqui­tec­tu­ra indus­trial de prin­ci­pios de siglo XX que nun­ca antes se había abier­to a la ciu­da­da­nía.

Jose Mira­lles y Hugo Sán­chez Cer­ve­rón, pro­pie­ta­rios de Gru­po Mer­ca­ban­yal, pre­sen­ta­ron hoy a los medios de comu­ni­ca­ción este nue­vo espa­cio, con el que el gru­po amplía su pre­sen­cia en los Pobla­dos Marí­ti­mos de Valèn­cia, com­pa­gi­nan­do la pues­ta en mar­cha de pro­yec­tos de hos­te­le­ría y ocio con la recu­pe­ra­ción de edi­fi­cios en desuso.

El encuen­tro con­tó ade­más con la pre­sen­cia de Mar­ta Moreno, repre­sen­tan­te de mar­ca de Cer­ve­za El Águi­la; Xiao Pujol, del estu­dio AX Arqui­tec­tu­ra que ha lle­va­do a cabo la inter­ven­ción sobre el edi­fi­cio; Mutan (Jose Luis Urban), res­pon­sa­ble del dise­ño y las accio­nes de reci­cla­je y arte­sa­nía en Mer­ca­der; Joa­quín Colla­do, direc­tor gas­tro­nó­mi­co de Mer­ca­ban­yal, ade­más de los maes­tros cer­ve­ce­ros Rafa Sán­chez y Juan Nava­rro.

A par­tir del vier­nes 26 de mayo, los valen­cia­nos y visi­tan­tes de la ciu­dad podrán acce­der a este sin­gu­lar mer­ca­do, situa­do en el últi­mo tra­mo de la Ave­ni­da Blas­co Ibá­ñez, jus­to en el arco de entra­da al barrio de El Caban­yal. Dota­do con cafe­te­ría, dis­tin­tos ser­vi­cios de barra y ven­ta direc­ta, ade­más de un res­tau­ran­te, Mer­ca­der cuen­ta con una ofer­ta gas­tro­nó­mi­ca amplia en la que caben pro­pues­tas popu­la­res y des­en­fa­da­das, pero tam­bién otras más sofis­ti­ca­das, como car­nes selec­tas y cor­tes difí­ci­les de encon­trar en otros espa­cios de la ciu­dad.

Juan Nava­rro, Rafa Sán­chez, Mar­ta Moreno, Miguel Mar­tí­nez, Jose Mira­lles y Hugo Sán­chez Cer­ve­rón.

Los sabores de mercader

Con el apo­yo de Cer­ve­za El Águi­la, Mer­ca­der reúne en un mis­mo espa­cio las nue­vas apues­tas de reco­no­ci­dos hos­te­le­ros valen­cia­nos que han desa­rro­lla­do con­cep­tos espe­cí­fi­cos para esta ilu­sio­nan­te aven­tu­ra. De la mano de Román Nava­rro, Mer­ca­der pre­sen­ta Ton­yi­na Barra, una para­da de tapas de autor con pro­duc­to de tem­po­ra­da, mien­tras que Alfon­so Gar­cía, de La Aldea­na 1927 y Malar­mat, ha crea­do Aldea­ne­ta, don­de se podrán almor­zar boca­di­llos con sello de la terre­ta.

Otros com­pa­ñe­ros de via­je de Mer­ca­der son Pes­ca­dos Bian­ca —fami­lia que lle­va cua­tro gene­ra­cio­nes ofre­cien­do el mejor pro­duc­to del mar que se pue­de encon­trar en el Mer­ca­do del Caban­yal—; la empre­sa valen­cia­na Jenkin’s, que ges­tio­na­rá el res­tau­ran­te Taller de car­nes; Michi­gan Detroit Piz­za, empre­sa de nue­vo cuño que trae­rá por pri­me­ra vez a la Comu­ni­tat Valen­cia­na una pecu­liar ver­sión de las piz­zas ame­ri­ca­nas, y Siba­ri­ta, cono­ci­dos por sus tor­ti­llas y cro­que­tas case­ras ela­bo­ra­das al momen­to.

En Mer­ca­der se ha ins­ta­la­do un sis­te­ma para ser­vir cer­ve­za El Águi­la Dora­da recién sali­da del tan­que. Se tra­ta de una cer­ve­za fres­ca que lle­ga a Mer­ca­der direc­ta­men­te des­de la fábri­ca, sin rom­per la cade­na de frío, y se sir­ve al clien­te des­de uno de los cua­tro tan­ques situa­dos en el alti­llo del Mer­ca­do de Coci­nas. Este tipo de cer­ve­za es más sua­ve en boca y pre­sen­ta mayor aro­ma y sabor.

Ade­más, Mer­ca­der será el pri­mer pun­to de ven­ta en Espa­ña que pone en mar­cha el sis­te­ma de Refill de Cer­ve­za El Águi­la, cuyo obje­ti­vo es tras­la­dar la expe­rien­cia de la cer­ve­za de barril al for­ma­to de bote­lla para com­par­tir. Así, los clien­tes de Mer­ca­der podrán pedir que su cer­ve­za se sir­va de la for­ma con­ven­cio­nal ‑en vaso‑, o en una de las bote­llas de litro per­so­na­li­za­das por Cer­ve­za El Águi­la para Mer­ca­der, acom­pa­ña­das de un cajón con vasos para com­par­tir con sus acom­pa­ñan­tes.

Inte­rior de Mer­ca­der.

Enseñar, no ocultar

Mer­ca­der quie­re ser algo más que un espa­cio gas­tro­nó­mi­co. Des­de los ini­cios del pro­yec­to, Jose Mira­lles y Hugo Sán­chez Cer­ve­rón, pro­pie­ta­rios de Gru­po Mer­ca­ban­yal e impul­so­res a su vez de Mer­ca­ba­ñal, Marino Jazz y el Meren­de­ro de La Pata­co­na, tuvie­ron cla­ro que la inter­ven­ción sobre este con­jun­to arqui­tec­tó­ni­co, situa­do en el núme­ro 16 de la calle Joan Mer­ca­der, debía mos­trar, rein­ter­pre­tar y poner en valor las hue­llas de su pasa­do, en lugar de ocul­tar­las. Los valo­res con los que han tra­ba­ja­do con­jun­ta­men­te el estu­dio AX Arqui­tec­tu­ra y el equi­po de dise­ño de Gru­po Mer­ca­ban­yal se resu­men en la pre­mi­sa «res­tau­rar, recu­pe­rar y reuti­li­zar».

Al tras­pa­sar la puer­ta de entra­da, el visi­tan­te se aden­tra en un lugar pin­to­res­co de sue­lo ado­qui­na­do que recuer­da a las calles de un peque­ño pue­blo cen­te­na­rio. Mer­ca­der está inte­gra­do por dis­tin­tos espa­cios conec­ta­dos entre sí a tra­vés de un patio y un jar­dín tra­se­ro. Allí el públi­co tie­ne a su dis­po­si­ción dis­tin­tas opcio­nes de aco­mo­da­mien­to en mesas, barras, con­tra­ba­rras y gra­das don­de dis­fru­tar de sus con­su­mi­cio­nes bajo techo, al sol o en semi­som­bra.

Ade­más de La Ofi­ci­na —peque­ño ultra­ma­ri­nos que debe su nom­bre a su anti­gua fun­ción como des­pa­cho del señor Soler—, el con­jun­to arqui­tec­tó­ni­co está inte­gra­do por dos naves lon­gi­tu­di­na­les: el Mer­ca­do de Coci­nas, don­de se encuen­tran las para­das gas­tro­nó­mi­cas, y El Taller, que da cobi­jo a la cafe­te­ría y al res­tau­ran­te de car­nes.

Sepa­ra­do ape­nas unos metros de la anti­gua fábri­ca de El Águi­la, este encla­ve arqui­tec­tó­ni­co de cer­ca de 900 metros cua­dra­dos de super­fi­cie se dedi­có entre 1930 y la déca­da de los noven­ta a la fabri­ca­ción de tone­les para el enva­se y trans­por­te de bebi­das. En este sen­ti­do, al valor patri­mo­nial del edi­fi­cio se le suma el inte­rés etno­grá­fi­co, pues­to que sus ins­ta­la­cio­nes alber­gan nume­ro­sos ele­men­tos deco­ra­ti­vos y de maqui­na­ria como tes­ti­mo­nio excep­cio­nal de la tra­di­ción indus­trial valen­cia­na.

El pro­yec­to de reha­bi­li­ta­ción lle­va­do a cabo ha pues­to espe­cial énfa­sis en la res­tau­ra­ción y reuti­li­za­ción de las estruc­tu­ras ori­gi­na­les y algu­nas pie­zas de mobi­lia­rio que per­ma­ne­cían intac­tas tras déca­das de aban­dono. Se ha res­pe­ta­do gran par­te de la mam­pos­te­ría y la car­pin­te­ría ori­gi­nal, y se le han dado nue­vos usos a algu­nas de las máqui­nas que se uti­li­za­ban para el ensam­bla­je de tone­les. Ade­más, pode­mos ver la obra de dife­ren­tes artis­tas loca­les que han rea­li­za­do para Mer­ca­der pie­zas orna­men­ta­les y de ilu­mi­na­ción a par­tir de mate­ria­les de dese­cho.

Mer­ca­der rin­de home­na­je al patri­mo­nio indus­trial valen­ciano acom­pa­ñan­do la belle­za rús­ti­ca de los fle­jes, las sol­da­du­ras y las oxi­da­cio­nes de la vie­ja tone­le­ría con la como­di­dad y la fres­cu­ra del dise­ño con­tem­po­rá­neo —pre­sen­te, por ejem­plo, en el mobi­lia­rio de Fran­cesc Rifé— y los mate­ria­les nobles como el már­mol y la made­ra maci­za. Una apues­ta res­pe­tuo­sa por la revi­ta­li­za­ción de un barrio genuino y lleno de per­so­na­li­dad. 

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