Con moti­vo de la con­me­mo­ra­ción, este 15 de febre­ro, Día Mun­dial del Hipo­pó­ta­mo, ambos par­ques resal­tan el papel cru­cial que desem­pe­ñan en la pre­ser­va­ción de estos sin­gu­la­res ani­ma­les.

 

El 15 de febre­ro es un día espe­cial para aque­llos que, como BIOPARC Fuen­gi­ro­la y BIOPARC Valen­cia, tra­ba­jan incan­sa­ble­men­te en la pro­tec­ción de espe­cies fas­ci­nan­tes y vul­ne­ra­bles. En esta jor­na­da, estos dos par­ques se suman a la con­me­mo­ra­ción del Día Mun­dial del hipo­pó­ta­mo des­ta­can­do el papel fun­da­men­tal que jue­gan en la con­ser­va­ción de estos enor­mes y pecu­lia­res ani­ma­les.

En BIOPARC Valen­cia, el impo­nen­te hipo­pó­ta­mo común (Hip­po­po­ta­mus amphi­bius), que habi­ta las vas­tas lla­nu­ras afri­ca­nas, se encuen­tra bajo la mira­da aten­ta de los equi­pos de cui­da­do ani­mal. Esta espe­cie, que en su momen­to fue sím­bo­lo de la abun­dan­cia de los ríos afri­ca­nos, hoy está cata­lo­ga­da como “Vul­ne­ra­ble” a la extin­ción por la UICN (Unión Inter­na­cio­nal para la Con­ser­va­ción de la Natu­ra­le­za). La caza fur­ti­va y la des­truc­ción de su hábi­tat han redu­ci­do su pobla­ción de mane­ra alar­man­te. En el impre­sio­nan­te acua­rio que recrea los gran­des hume­da­les afri­ca­nos pue­de obser­var­se la úni­ca visión sub­acuá­ti­ca en Espa­ña de estos ani­ma­les y, ade­más, ver­los inter­ac­tuar en gru­pos fami­lia­res, una ima­gen que, lamen­ta­ble­men­te, es cada vez más rara en la natu­ra­le­za. A pesar de su tama­ño y aspec­to robus­to, el hipo­pó­ta­mo común se enfren­ta a un futu­ro incier­to, y para garan­ti­zar su super­vi­ven­cia es cru­cial el pro­gra­ma inter­na­cio­nal de cría con­tro­la­da cien­tí­fi­ca­men­te en la que par­ti­ci­pa BIOPARC.

Al sur, en BIOPARC Fuen­gi­ro­la, se encuen­tra un parien­te des­co­no­ci­do para la mayo­ría, pero igual­men­te atrac­ti­vo: el hipo­pó­ta­mo pigmeo (Choe­rop­sis libe­rien­sis), espe­cie que tam­bién cus­to­dia el par­que de con­ser­va­ción de ani­ma­les valen­ciano. Su natu­ra­le­za noc­tur­na y su habi­li­dad para mover­se silen­cio­sa­men­te entre la vege­ta­ción lo han con­ver­ti­do en un autén­ti­co fan­tas­ma de la jun­gla, tan difí­cil de avis­tar que duran­te siglos se pen­só que era una cria­tu­ra mito­ló­gi­ca.

Actual­men­te el per­so­nal espe­cia­li­za­do de Fuen­gi­ro­la apor­ta el máxi­mo bien­es­tar a una pare­ja de pig­meos: Libe­ria y Alban. Y en Valen­cia se encuen­tra Pan­chi­ta, quien con­vi­ve en un curio­so recin­to mul­ti­es­pe­cie jun­to a sita­tun­ga, tala­poin, dril y gan­so del Nilo. Este peque­ño gigan­te está cla­si­fi­ca­do como “En peli­gro crí­ti­co”. Según la Lis­ta Roja de la UICN, se esti­ma que su pobla­ción no supera los 2.500 indi­vi­duos. En ambos par­ques, el hipo­pó­ta­mo pigmeo dis­fru­ta de un espa­cio cui­da­do­sa­men­te dise­ña­do que recrea su hábi­tat natu­ral, mien­tras edu­ca sobre la impor­tan­cia de pre­ser­var la rica bio­di­ver­si­dad y las espe­cies menos cono­ci­das.

Estas dos espe­cies, tan dife­ren­tes en su tama­ño y com­por­ta­mien­to, tie­nen en común la nece­si­dad urgen­te de pro­tec­ción. El hipo­pó­ta­mo común, aun­que más visi­ble, se ve afec­ta­do por la caza y el dete­rio­ro de sus hábi­tats, mien­tras que el hipo­pó­ta­mo pigmeo, más dis­cre­to, enfren­ta una ame­na­za aún más gra­ve debi­do a la reduc­ción de su espa­cio vital.

Pro­mo­ción

Este mes de febre­ro BIOPARC cele­bra su 17º Ani­ver­sa­rio con la doble pro­mo­ción “con cau­sa” que ofre­ce a pre­cio úni­co la entra­da onli­ne a 20€+1€ y el Pase Anual B! a 50€+1€. Cada +1€ se des­ti­na­rá a tra­vés de la Fun­da­ción BIOPARC a la con­ser­va­ción del mur­cié­la­go, la espe­cie valen­cia­na más emble­má­ti­ca.

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