The Rubinoos

The Rubi­noos

La banda de Tommy Dunbar y Jon Rubin se subirá al escenario el domingo 29 de noviembre

Tommy Dun­bar, duran­te un con­cier­to.

Una de las prue­bas del tirón que tie­nen The Rubi­noos en Valen­cia es que, en su últi­ma visi­ta (2016), nece­si­ta­ron dos fechas para aten­der a todos sus segui­do­res (una, por la maña­na, para todos los públi­cos). Aho­ra, la ban­da for­ma­da en Ber­kley (Cali­for­nia) en 1970 por Tommy Dun­bar y Jon Rubin regre­sa el domin­go 29 de octu­bre (20 h.) al mis­mo esce­na­rio al mis­mo esce­na­rio (el Loco Club) para hacer un repa­so de su reper­to­rio. El pre­cio de las entra­das es de 24 euros (anti­ci­pa­da 20).

La eti­que­ta de ‘ban­da de cul­to’ les va al pelo. No fue un gru­po que cose­cha­ra gran­des éxi­tos —lo más lejos que lle­ga­ron en las lis­tas fue un núme­ro 45 con I Think We’­re Alo­ne Now, un cover del clá­si­co de Tommy Janes & The Shon­dells— ni que tuvie­ra una carre­ra exce­si­va­men­te lar­ga —su épo­ca dora­da se pro­lon­gó entre 1977 y 19848—, pero con el tiem­po se les ha rei­vin­di­ca­do como uno de los mejo­res ejem­plos de power pop, a la este­la de for­ma­cio­nes como The Byrds, The Who o The Beach Boys.

El naci­mien­to del com­bo fue casi casual. Un gru­po de sie­te ami­gos cali­for­nia­nos que se habían jun­ta­do para tocar en una fies­ta de su ins­ti­tu­to con el nom­bre de Jon Rubin and the Rubi­noos, repa­san­do temas de Chubby Chec­ker, Bill Haley and the Comets, the Dovells, the Troggs… Tras varios bolos, a los pocos meses, deci­den refun­dar­se y con­ver­tir­se en un cuar­te­to (con Donn Spindt y Tom Car­pen­ter), acor­tar su nom­bre a The Rubi­noos y empe­zar a com­po­ner sus pro­pios temas. Pese a todo, lo más que con­si­guen en gra­bar un sin­gle con el tema Gori­lla (una ver­sión de la can­ción de DeFran­co Family) en 1974. Mien­tas, los miem­bros van yen­do y vinien­do.

Su pri­mer LP se haría espe­rar has­ta 1977, cuan­do lan­zan el epó­ni­mo The Rubi­noos, con el que con­si­guen cier­to renom­bre gra­cias a que New York Roc­ker lo cali­fi­ca como «el mejor álbum de pop de la déca­da» y una invi­ta­ción para par­ti­ci­par en el con­cier­to tele­vi­sa­do del déci­mo ani­ver­sa­rio de la revis­ta Rolling Sto­ne. Aun­que la can­ción que más des­ta­ca es el cover de I think we’re alo­ne now, inclu­ye otros temas pro­pios tan dig­nos de men­ción como Would­n’t It Be Nice, Rock and Roll is Dead o I Never Thought It Would Hap­pen.

A The Rubi­noos le sigue, en 1979, Back to the dra­wing board —que inclu­ye I wan­na be your boy­friend, una de sus can­cio­nes más conocidas—y les da sufi­cien­te aire como para par­ti­ci­par en cali­dad de telo­ne­ros en los 56 con­cier­tos de Armed Funk Tour, la gira de Elvis Cos­te­llo por Esta­dos Uni­dos de 1979. Pese a todo, este sería su segun­do y últi­mo LP antes de la diso­lu­ción en 1984, año en el que par­ti­ci­pan en la ban­da sono­ra de La revan­cha de los nova­tos (Jeff Kanew), un tan ines­pe­ra­do como inme­re­ci­do éxi­to de taqui­lla que tuvo inclu­so una segun­da par­te.

Caída y auge de The Rubinoos

La ban­da se sepa­ra y hubo que espe­rar has­ta 1997 para vol­ver a ver­los jun­tos tras el lan­za­mien­to de Paleopho­nic (1999). Pero duran­te este tiem­po, sus dos pri­me­ros tra­ba­jos se vuel­ve a edi­tar y apro­ve­chan el tirón nos­tál­gi­co para lan­zar Base­ment Tapes y Gara­ge Sale, con can­cio­nes que nun­ca vie­ron la luz, y que les sir­vie­ron para ganar­se el títu­lo de «ban­da de cul­to».

En 2007 un jui­cio con Abril Lavig­ne, a la que acu­san de pla­giar I Wan­na Be Your Boy­friend en su tema Gril­friend (y que se sal­dó con un acuer­do extra­ju­di­cial a su favor). El caso les vie­ne al pelo, ya que un año antes habían publi­ca­do Twist Pop Sin con su pri­mer pro­duc­tor, Gary Phi­llips.

Des­de enton­ces, han publi­ca­do algún LP más con temas ori­gi­na­les (como Auto­ma­tic Toas­ter, en 2010, o From home, en 2019) y varias reco­pi­la­cio­nes.

Su visi­ta a Valen­cia es una oca­sión de lujo dar­se unos bai­les y un baño de nos­tal­gia a cos­ta de uno de los gru­pos ame­ri­ca­nos de los 70 con más sabor bri­tá­ni­co (nun­ca ocul­ta­ron su devo­ción por The Beatles o The Rolling Sto­nes), y que vie­nen con una for­ma­ción que, sal­vo por Al Chan (bajo) es prác­ti­ca­men­te la mis­ma que tocó en aquel con­cier­to del Bay High School en 1970 (el bate­ría Donn ‘Donno’ Spindt se unió unos meses des­pués, pero se le per­do­na).

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