Según la OMS cada 40 segundos se suicida una persona en el mundo, algo más de uno de cada tres estudiantes de entre 13 y 15 años son víctimas de Bullying. Según UNICEF, tenemos un 19.3% de la población adulta con síntomas de ansiedad severa, un porcentaje de 44% de los empleados sufren de estrés laboral según Global de Emociones 2021 de Gallup, y el indice de depresión aumenta a un 5% en todo el mundo según OMS. ¿Somos conscientes que la sociedad necesita una transformación moral, hacia el camino de la humanización?

Un gru­po de niños jugan­do.

En la actua­li­dad ya es coti­dia­ni­dad, que la socie­dad viva inmer­sa en una super­fi­cia­li­dad del hom­bre con res­pec­to a los demás, al medio ambien­te, a las cosas, a la injus­ti­cia social, al con­flic­to, al irres­pe­to, a la vio­len­cia, per­dien­do así el sen­ti­do de la vida, de las emo­cio­nes, del sen­ti­mien­to, de la empa­tía, com­pa­sión, per­dón, por­que el egoís­mo pri­va por enci­ma de los intere­ses per­so­na­les pro­vo­can­do una des­hu­ma­ni­za­ción social que debe aler­tar a la huma­ni­dad.

Vivi­mos en un vacío de valo­res que aumen­ta cada día, pro­duc­to de una fal­ta de cons­cien­cia por par­te de la fami­lia, la edu­ca­ción, orga­ni­za­cio­nes, empre­sas, exce­so de tec­no­lo­gia, ausen­cia de los padres, que son los que dan vida a esta socie­dad, y es don­de debe nacer el inte­rés de unir fuer­zas para sem­brar las semi­llas correc­tas que den los mejo­res fru­tos en este jar­dín mara­vi­llo­so lla­ma­do vida. Si todos abrié­ra­mos el camino con el “valor de los valo­res” en nues­tras manos, en nues­tros cora­zo­nes y men­tes, comen­za­ría­mos a cami­nar jun­tos con la brú­ju­la de los valo­res, que son los que nos dan la con­fian­za para mejo­rar, cre­cer, unir fuer­zas colec­ti­vas para vivir en paz, armo­nía, y aca­bar con el bullyng, deser­ción esco­lar, depre­sión, estrés, con­flic­tos fami­lia­res, dro­ga­dic­ción, etc.….

¿Y cuá­les son esas semi­llas que hay que sem­brar para mejo­rar?, Las semi­llas más peque­ñas lla­ma­das niños, jóve­nes, ado­les­cen­tes, que son los que nos emu­lan dia­ria­men­te, que apren­den no por lo que les deci­mos que hagan, sino por lo que hace­mos noso­tros los padres y edu­ca­do­res, ellos que serán los hom­bres y muje­res del maña­na y los encar­ga­dos de lle­var el cau­se correc­to para abrir cami­nos hacia la huma­ni­za­ción.

Por eso noso­tros los adul­tos tene­mos la gran labor y opor­tu­ni­dad de for­mar­los con valo­res, que si no actua­mos des­de hoy ponien­do la mira­da en las aulas de cla­se,  crean­do herra­mien­tas que nos ayu­den a desa­rro­llar­nos más per­so­nal­men­te, a tener una cone­xión de humil­dad y res­pe­to hacia los demás por un bien­es­tar común, no podre­mos hacer que la huma­ni­dad avan­ce, por­que  solo se logra,  si edu­ca­mos  a esta gene­ra­cion de cris­tal o ‘Z’, a  des­cu­brir quie­nes son,  cuál es su talen­to dife­ren­cial que se con­ver­ti­rá en el valor aña­di­do de sus pro­pias vidas, y si la ense­ñan­za va diri­gi­da en base a Valo­res, enton­ces serán más  con­sien­tes para cons­truir un  futu­ro lle­nos de opor­tu­ni­da­des.

Los valo­res, son las pre­dis­po­si­cio­nes de nues­tra con­duc­ta, que guían y diri­gen la vida y afec­tan las expe­rien­cias coti­dia­nas, son la esen­cia de lo que somos y sin ellos no seria­mos noso­tros, por­que son las herra­mien­tas y obje­ti­vos de la trans­for­ma­ción social, empre­sa­rial y fami­liar. Según Simón Dolan, doc­tor en Psi­co­lo­gía del RRHH, crea­dor de la meto­do­lo­gía Coaching por Valo­res Zin­quo, con más de 35 años de Inves­ti­ga­cion cien­tí­fi­ca en el cam­po de los valo­res dice: «el estrés es el resul­ta­do de la incon­gruen­cia en tu sis­te­ma de valo­res», que pode­mos mejo­rar si reco­no­ce­mos nues­tros valo­res fun­da­men­ta­les y los ali­neá­ra­mos con los obje­ti­vos, por­que alcan­zar la feli­ci­dad rela­ti­va y la satis­fac­ción per­so­nal, pasa por ser cohe­ren­te con lo que deci­mos y hace­mos. 

Enton­ces si los valo­res son el ADN de nues­tros com­por­ta­mien­tos ¿cómo estos pue­den ayu­dar a los niños y jóve­nes a ser exi­to­sos?, ¿cómo edu­car­los si la digi­ta­li­za­ción y la inte­li­gen­cia arti­fi­cial lle­ga­ron para que­dar­se? ¿Cómo aca­bar con el bull­ying, y los pro­ble­mas socia­les?

No es un mito, es una reali­dad que hay que afron­tar con res­pon­sa­bi­li­dad y com­pro­mi­so, enten­dien­do que solo el cul­ti­vo de una inte­li­gen­cia de valo­res equi­li­bra­dos, nos da las vita­mi­nas que curan todos estos pro­ble­mas socia­les, por­que cons­ti­tu­yen la base del desa­rro­llo del nue­vo lide­raz­go, nos hacen cum­plir los obje­ti­vos, mejo­ran las rela­cio­nes con noso­tros mis­mos y con los demás, conec­tan la  bue­na comu­ni­ca­ción, logran inte­grar a los equi­pos, mejo­ran la cali­dad de vida y la vida de las orga­ni­za­cio­nes, gene­ran emo­cio­nes, redu­cen el estrés, y hacen que se creen  nue­vos micro mun­dos huma­nos más cons­cien­tes tan­to en los cole­gios,  los des­pa­chos, las calles, las uni­ver­si­da­des, el par­la­men­to o juz­ga­do, o en cada  rin­cón de un hogar.

«Si nues­tras creen­cias están basa­das en valo­res, nues­tros com­por­ta­mien­tos serán los ade­cua­dos para tener como resul­ta­do una vida satis­fac­to­ria y feliz»

Y sí es ver­dad que la inte­li­gen­cia arti­fi­cial quie­re reem­pla­zar­nos, pues no podrá, solos nos ayu­da­rá, por­que siem­pre care­ce­rá de sen­ti­mien­tos, de inte­li­gen­cia emo­cio­nal, crea­ti­vi­dad, pen­sa­mien­to crí­ti­co, de habi­li­da­des blan­das, que solo noso­tros los seres huma­nos si tene­mos, siem­pre que for­ta­lez­ca­mos nues­tras almas con el poder de los valo­res, res­pe­tán­do­nos, cui­dán­do­nos, ayu­dán­do­nos, y unién­do­nos con el valor incon­di­cio­nal más gran­de que es el amor.

¿Pue­den los  valo­res hacer­nos más  feli­ces? Si, nos hacen más feli­ces por­que una de las cosas más impor­tan­te en la vida  se lla­man los valo­res, que son el prin­ci­pio del camino hacia la feli­ci­dad, y cómo esta se alcan­za de acuer­do al sen­ti­do que le demos a la vida, a la mane­ra cómo inter­pre­ta­mos lo que nos pasa, al arte de amar lo que hace­mos y de dis­fru­tar cada ins­tan­te, enton­ces, si nues­tras creen­cias están basa­das en valo­res, nues­tros com­por­ta­mien­tos serán los ade­cua­dos para tener como resul­ta­do una vida satis­fac­to­ria y feliz, por­que la  feli­ci­dad no hay que bus­car­la sino crear­la, cons­truir­la , desa­rro­llar­la , y uno de los ladri­llos fun­da­men­ta­les para lograr­la son los valo­res, que deben nacer de nues­tro inte­rior para así poder­los expan­dir a todo aquel que nos rodea.

Por eso en mi libro Son­ri­sas para niños con Valo­res (Euro­pa Edi­cio­nes), lo escri­bí para que los niños apren­dan y los adul­tos des­pier­ten, para que ambos sepan que cada día hay una nue­va opor­tu­ni­dad, que cada día los valo­res de vida son más impor­tan­tes para lograr gran­des cosas, y que estos, son la base del apren­di­za­je, que hemos nece­si­ta­do siem­pre para hacer de nues­tro mun­do uno mejor. En los 6 cuen­tos de valo­res, narró his­to­rias reales y de fic­ción, ayu­do a los niños a supe­rar el bull­ying, incen­ti­vo las rela­cio­nes inter­per­so­na­les con la téc­ni­ca del Hopo­no­pono para ser mejor.

Cada uno tie­ne una ense­ñan­za y una refle­xión que nos hace tomar cons­cien­cia de la impor­tan­cia de los valo­res en la vida como la gra­ti­tud, el amor, el res­pe­to, com­pro­mi­so, humil­dad y opor­tu­ni­dad, por­que quien es agra­de­ci­do expan­de su vida en amor cuan­do se enfo­ca en lo que tie­ne y no en lo que hace fal­ta, si  amas  pue­des ser gene­ro­so y cami­nar con  humil­dad, si eres humil­de de  cora­zón estas en la mejor esen­cia de la vida e incen­ti­vas el res­pe­to,  si res­pe­tas gene­ras la con­fian­za que se requie­re para que nos  com­pro­me­ta­mos y  gene­re­mos  una  gran opor­tu­ni­dad de ser  lide­res de exce­len­cia, de ges­tio­nar nues­tras emo­cio­nes, por­que  solo es posi­ble cre­cer si sabe­mos quié­nes somos,  y solo podre­mos vivir mejor cuan­do sin­ta­mos  una pro­fun­da voca­ción por ser­vir a todo aquel que nos rodea.

 

Cami­ne­mos con valo­res y ten­dre­mos el poder de ser feliz para lograr una con­vi­ven­cia efec­ti­va en la socie­dad.

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María Andrei­na Gar­cia es escri­to­ra y coach en valo­res

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