Dice la contraportada de este libro: “Hace casi 35 años empezó a publicarse el Salón de pasos perdidos, una de las obras más ambiciosas e influyentes de la narrativa en español. Desde el primer diario, El gato encerrado, hasta hoy, ha habido veinticuatro entregas y miles de páginas que son al mismo tiempo diarios y una novela apasionante y adictiva”.
Durante años, esta copiosísima producción ha estado a cargo la editorial valenciana Pre-textos.
Andrés Trapiello (Manzaneda de Torío, León, 1953) suscita una sincera admiración en sus entrevistas en radio, televisión o redes sociales por su erudición ‑sin los tediosos réditos de la historiografía académica‑, sus observaciones y puntos de vistas agudos e inteligentes, su elegante saber estar. También suscita nuestra admiración Las armas y las letras, obra en la que utiliza materiales e información de primera mano sobre un periodo tan decisivo de la historia española como es la Guerra Civil; libro que supuso una revisión y reinterpretación de los escritores, poetas y movimientos literarios de esa época, realizadas con una valentía, independencia de criterio, excelente documentación y oportunidad, con lo que ha logrado, en notable medida, alterar el canon literario establecido durante décadas en los manuales de historia.
En cuanto a Fractal, viene a ser un posible florilegio del Salón de los pasos perdidos.
No son infrecuentes formas aforísticas que se muestran a lo largo del texto y que suelen tener un ingenioso aire de greguerías a la manera de Gómez de la Serna:
La decadencia de Occidente empezó el día en que la gente dejó de hacer ayuno para hacer régimen.
La sombra es el alma visible de las cosas.
A los artistas se les caza como a las alondras, con un espejo.
Lo más hermoso de una mariposa cuando la vemos volar, es que ni va ni viene.
El pie es una mano pensada por un académico.
Otros apotegmas tienen un tono más lacerante:
Sería bonito para la literatura que las putas llevaran diarios como los nuestros. Se vería que tampoco hay tanta diferencia.
Ir a firmar libros en el Feria del Libro es como ir a fregar escaleras. Y digo lo que las mujeres de pueblo: yo iría si me hiciese falta para comer.
Se murió la portera. Pobre mujer, era un monstruo.
Buen conocedor de la obra de Benito Pérez Galdós, El Salón de los pasos perdidos – y por tanto el propio Fractal- tienen, en cierto modo, como modelo subyacente, hogareño, solipsista, a los Episodios nacionales del eminente escritor.
En ese ciclo, Galdós se ocupa de la historia de España del siglo XIX mediante diversos sucesos y localizaciones, cambios de focalización y de protagonistas. Trapiello hace lo suyo con la España del siglo XX y lo que se lleva del XXI, pero de modo que los conflictos políticos, las escenas costumbristas, las diatribas en el mundo de las artes y las letras, las consideraciones morales, los excursus liricos… tienen como centro unitivo a Trapiello-narrador.
Galdós dispuso de guerras carlistas; Trapiello, de Guerra civil y Transición. Uno produce Episodios Nacionales; el otro, Personales. El proyecto del Salón de los pasos perdidos (y, por tanto, de Fractal) está a medio camino entre la audaz innovación y la laboriosísima ocurrencia.
Muchos de sus pasajes tienen un tono que recuerda los libros de memorias de Rafael Cansinos Asens, escritor admirado por Trapiello. Su actitud moral es muy cercana: el mundo está lleno de incompetentes, gente envilecida, desagradecidos, vanidosos insoportables, perversos polimorfos, poetas ridículos, escritores mediocres noticiados por instituciones…a excepción de quien sobre eso escribe.
Título: Fractal (del Salón de pasos perdidos)
Autor: Andrés Trapiello
Editorial: Alianza
Páginas: 807
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