Un heterodoxo entre los heterodoxos. Así ha presentado el director del IVAM José Miguel G. Cortés la obra del artista francés Jean Dubuffet del que el museo valenciano acaba de inaugurar una retrospectiva. Jean Dubuffet. Un bárbaro en Europa’ reúne un total 150 obras del artista francés entre pinturas, dibujos, esculturas, grafitis, textos e, incluso, música. La exposición, organizada en colaboración con el MUCEM de Marsella y el MEG de Ginebra, muestra a un artista muy crítico con la cultura dominante que “dio voz a creaciones artísticas procedentes de otras culturas no occidentales y a sectores sociales como los niños, los prisioneros o los enfermos mentales”, ha comentado José Miguel G. Cortés.
Pintor, escultor, arquitecto, escritor y provocador, fue “un creador que puso en solfa el concepto de modernidad”, ha explicado el director del museo. En 1945 inventó el término ‘art brut’, un tipo de arte en el que prevalece la creación espontánea y en el que se valora el dibujo de un niño, de un enfermo mental o de un pintor ‘naïf’.
La exhibición, comisariada por Baptiste Brun, se divide en tres grandes secciones, pero no sigue un recorrido cronológico, sino que “contrapone todos sus periodos, colocando juntas creaciones tan dispares entre sí como un lienzo de la década de 1950 al lado de otro de más de veinte años después”, ha explicado el comisario.
En la primera sala, la obra ‘Desnudus’ (1945) recibe al visitante. Es un retrato de un hombre desnudo que trata de homenajear a un hombre cualquiera. Dubuffet entendía que “la pintura debe enfrentarse a la vida cotidiana para empezar de nuevo”, ha puntualizado el comisario. Esas huellas del hombre común también las buscará en los grafitis de los muros de la ciudad.
El recorrido avanza por las máscaras y marionetas que creó Dubuffet atraído por su “mezcla de miedo y risa” y objetos situados en los márgenes de la historia del arte occidental. “Dubuffet cuestionó la noción de arte primitivo”, ha subrayado Baptiste Brun, situando en el mismo plano de igualdad dibujos infantiles, objetos etnográficos, tradiciones del folclore u obras de ‘locos’, según la psiquiatría.
La exposición dedica un amplio apartado a mostrar los esfuerzos del artista por reunir y difundir la obra de autores ‘indemnes a la cultura artística’. En palabras del comisario, se muestra “el ejercicio de la mirada de Jean Dubuffet” a través de una completa documentación, sobre todo fotográfica y bibliográfica, que recopila sus investigaciones en museos de etnografía y de artes populares.
El pintor, en efecto, comenzó a reunir desde 1945 numerosas obras de ‘art brut’ incluidas en la muestra, como los dibujos de Aloïse Corbaz, descubiertos en Lausana, los de Adolf Woelfli en Berna, las pinturas del congolés Albert Lubaki, las esculturas que creaba Auguste Forestier en el psiquiátrico de Saint-Alban-sur-Limagnole o las obras del fontanero Fleury Joseph Crépin, que pintaba bajo la influencia de los espíritus.
Como colofón, la exposición da paso a sus años de “crítica radical de la cultura” invitando al visitante a que tome conciencia de su forma de mirar las cosas demostrando, en definitiva, que “el hombre occidental no está en el centro del mundo”.
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