Sala Rus­sa­fa com­ple­ta esta sema­na la VIII edi­ción de su Ciclo de Com­pa­ñías Nacio­na­les con la come­dia Reglas, usos y cos­tum­bres en la socie­dad moder­na. El sába­do 8 y el domin­go 9 se estre­na este espec­tácu­lo, sumán­do­se a los otros seis estre­nos que des­de el 19 de octu­bre vie­ne ofre­cien­do el cen­tro cul­tu­ral de Ruza­fa.

El pro­pó­si­to es mos­trar una pano­rá­mi­ca sobre el tea­tro que se rea­li­za en otras comu­ni­da­des autó­no­mas, con pro­pues­tas veni­das de Madrid, Cas­ti­lla La Man­cha, Extre­ma­du­ra o Anda­lu­cía, fir­ma­das por com­pa­ñías de peque­ño y mediano for­ma­to, de con­tras­ta­da cali­dad artís­ti­ca, pero que rara vez acce­den a las pro­gra­ma­cio­nes públi­cas ni tie­nen opor­tu­ni­dad de ver­se en la car­te­le­ra valen­cia­na.

Esta sema­na es el turno de Ara­gón, con una de las for­ma­cio­nes más des­ta­ca­das de su esce­na. Tran­vía Tea­tro cele­bra su trein­ta ani­ver­sa­rio con un mon­ta­je de uno de los mayo­res éxi­tos de Jean-Luc Legar­ce, uno de los auto­res con­tem­po­rá­neos más repre­sen­ta­dos en Fran­cia.Reglas, usos y cos­tum­bres en la socie­dad moder­na data de 1994 y se basa en un manual homó­ni­mo edi­ta­do en 1889, fir­ma­do por una inexis­ten­te baro­ne­sa Staf­fe.

Con un fino e inci­si­vo uso del sen­ti­do del humor, se van hilan­do las indi­ca­cio­nes que deben regir los ritos socia­les que mar­can el desa­rro­llo de cual­quier per­so­na, como la pedi­da de mano, el matri­mo­nio, los ani­ver­sa­rios de boda o el fune­ral. Ya que, como indi­ca el manual: “nacer no es com­pli­ca­do, morir es muy fácil. Vivir entre estos dos acon­te­ci­mien­tos no es nece­sa­ria­men­te impo­si­ble. Bas­ta con seguir las reglas”.

La actriz Cris­ti­na Yáñez inter­pre­ta magis­tral­men­te este monó­lo­go que podría pare­cer com­ple­jo, pero que resul­ta natu­ral gra­cias a su sen­ti­do cómi­co, car­ga­do de sar­cas­mo, pero ele­gan­te y sutil.

La direc­ción corre a car­go de Aita­na Galán, con una pues­ta en esce­na retro-futu­­ri­s­­ta, que sitúa deli­be­ra­da­men­te a la pro­ta­go­nis­ta en un tiem­po inde­fi­ni­do, con tra­jes de cor­te deci­mo­nó­ni­co con­fec­cio­na­dos con telas de ano­rak, luces de neón, frag­men­tos de mani­quíes y pro­yec­cio­nes audio­vi­sua­les. Una mane­ra de adver­tir al espec­ta­dor sobre la corre­la­ción entre pasa­do y futu­ro que pue­de esta­ble­cer­se si se siguen obser­van­do las reco­men­da­cio­nes de este manual. Un regla­men­to que tam­bién pue­de leer­se como crí­ti­ca a la socie­dad, apa­ren­te­men­te civi­li­za­da, que con­tro­la a sus indi­vi­duos median­te una serie de con­se­jos y pau­tas, nor­mas que, obser­va­das des­de la dis­tan­cia, reve­lan todo su absur­do.

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