Fotos: Sara Azo­rín (Estu­dio Están­dar)

 

José Glo­ria y su mujer, Ana, tras el éxi­to de su Taque­ría La Llo­ro­na, deci­die­ron abrir Casa Amo­res sin irse muy lejos, en la mis­ma ace­ra de Ruza­fa.

En Casa Amo­res ense­ñan el Méxi­co menos vis­to, don­de se pue­den pro­bar los cevi­ches (cru­dos de pes­ca­do en jugo de ají), los agua­chi­les (cama­ro­nes cru­dos con chi­les) y las tos­tas de maris­cos que comen los autóc­to­nos, todo ello rega­do por una amplia selec­ción de cóc­te­les, en la que des­ta­ca la lla­ma­ti­va ofer­ta de tequi­las y mez­ca­les. El pes­ca­do con ado­bo de chi­les secos lo coci­nan dán­do­le un sabor muy pecu­liar.

Como expli­can, en la calle Amo­res de Méxi­co DF esta­ba ubi­ca­da la pri­me­ra casa de la fa- milia Glo­ria, que fue tes­ti­go de la niñez de José y en ella trans­cu­rrie­ron sus momen­tos más feli­ces. El nom­bre de Casa Amo­res es un dis­cre­to home­na­je a esa eta­pa y a la fami­lia Glo­ria López. Casa Amo­res repre­sen­ta un Méxi­co dife­ren­te pero tam­bién muy actual, con colo­res lla­ma­ti­vos pero en con­jun­to dis­cre­tos, sabo­res fres­cos que evo­can a los vera­nos en el vie­jo Aca­pul­co. Pes­ca­di­llas, agua­chi­les y pes­ca­do a la talla baña­dos en cilan­tro, agua­ca­te y, por favor, que no fal­te el chi­le.

 

 

 

 

 

Casa Amo­res > Pin­tor Sal­va­dor Abril, 35 > www.casaamores.com 

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