El direc­tor del IVAM, José Miguel G. Cor­tés, y el con­se­ller Vicent Mar­zà.

El pasa­do lunes el IVAM, coin­ci­dien­do con el Día Inter­na­cio­nal de los Museos, reabría sus puer­tas tras dos meses clau­su­ra­do por las res­tric­cio­nes impues­tas por la pan­de­mia del coro­na­vi­rus. Solo unos días más tar­de aque­lla reaper­tu­ra se ha trans­for­ma­do en un por­ta­zo a su actual direc­tor, José Miguel G. Cor­tés, a quien el con­se­ller de Cul­tu­ra, Vicent Mar­zà, ha deci­di­do no reno­var­le su actual con­tra­to que ven­ce­rá el pró­xi­mo sep­tiem­bre.

Gar­cía Cor­tés fue nom­bra­do direc­tor del IVAM en sep­tiem­bre de 2014, el pri­me­ro ele­gi­do median­te con­cur­so públi­co diri­gi­do por exper­tos museís­ti­cos de pres­ti­gio. Su con­tra­to era por seis años, reno­va­bles. Su lle­ga­da a la direc­ción del museo coin­ci­dió con la eta­pa más difí­cil para una ins­ti­tu­ción que, des­pués de haber sido refe­ren­te inter­na­cio­nal, se vio sumi­da en una pro­fun­da cri­sis duran­te la direc­ción de Con­sue­lo Cis­car mar­ca­da por el des­cré­di­to y la pér­di­da de cali­dad.

En estos años, Gar­cía Cor­tés ha con­se­gui­do devol­ver el pres­ti­gio al IVAM, resi­tuar­lo en el pano­ra­ma museís­ti­co inter­na­cio­nal y dotar­lo de una per­so­na­li­dad pro­pia. Pese a ello, el museo ha segui­do arras­tran­do gra­ves pro­ble­mas pre­su­pues­ta­rios, sin ter­mi­nar de impli­car­se el Minis­te­rio de Cul­tu­ra en su finan­cia­ción. Del mis­mo modo, la aspi­ra­ción de Cor­tés de ampliar las ins­ta­la­cio­nes, o al menos recu­pe­rar espa­cios per­di­dos, no han ter­mi­na­do de con­cre­tar­se. Y otros pro­yec­tos, como el Jar­dín Escul­tó­ri­co o la aper­tu­ra de la sede en Alcoi, están empan­ta­na­dos o no han dado los resul­ta­dos pre­vis­tos.

En cual­quier caso, si nadie pone en duda los logros de Gar­cía Cor­tés al fren­te de la ins­ti­tu­ción, tam­po­co nadie des­co­no­ce los des­en­cuen­tros del actual direc­tor con el con­se­ller Mar­zà. Esas dife­ren­cias se remon­tan a su pro­pio nom­bra­mien­to, muy cues­tio­na­do en su día por Com­pro­mís por con­si­de­rar­lo una per­so­na here­de­ra de Con­sue­lo Cis­car, con quien había tra­ba­ja­do duran­te la ante­rior eta­pa. De hecho, su nom­bra­mien­to, toda­vía con el PP en el Con­sell, fue reci­bi­do con duras crí­ti­cas del enton­ces por­ta­voz de Cul­tu­ra de Com­pro­mís, Josep Maria Pañe­lla.

Esa des­con­fian­za ha sido la tóni­ca des­de que Vicent Mar­zà asu­mió la Con­se­lle­ria de Cul­tu­ra. Uno de los últi­mos des­en­cuen­tros entre ambos fue, pre­ci­sa­men­te, la deci­sión de José Miguel G. Cor­tés de reabrir el museo el pasa­do lunes, fren­te al cri­te­rio del con­se­ller de pri­mar la pru­den­cia en la reaper­tu­ra de los espa­cios públi­cos ante la actual pan­de­mia. En este sen­ti­do, fue lla­ma­ti­vo que en esta reaper­tu­ra del museo no par­ti­ci­pa­ra ni el con­se­ller, ni la secre­ta­ria auto­nó­mi­ca de Cul­tu­ra, Raquel Tama­rit. En el acto, solo acom­pa­ñó a Cor­tés la edil socia­lis­ta de Cul­tu­ra, Mai­te Ibá­ñez.

Críticas a la decisión “política” del conseller

El pro­pio Gar­cía Cor­tés deja­ba paten­te estas dife­ren­cias al acu­sar al con­se­ller, a tra­vés de su cuen­ta en Face­book, de atri­buir­se com­pe­ten­cias del Con­se­jo Rec­tor del museo al anun­ciar su “deci­sión polí­ti­ca” de no reno­var­le en el car­go, al tiem­po que le res­pon­sa­bi­li­za­ba de abrir “una pro­fun­da cri­sis en el IVAM”.

Sin embar­go, la posi­bi­li­dad de que Cor­tés fue­ra apar­ta­do de su car­go se bara­ja­ba des­de hace tiem­po, pese a que has­ta el últi­mo momen­to la Con­se­lle­ria había opta­do por el silen­cio. Ante ello, el direc­tor de la Aso­cia­ción de Direc­to­ras y Direc­to­res de Arte Con­tem­po­rá­neo, Juan Anto­nio Álva­rez Reyes, había envia­do una car­ta, según infor­ma el dia­rio Leva­n­­te-EMV, res­pal­dan­do la reno­va­ción de Gar­cía Cor­tés para con­so­li­dar el pro­yec­to del museo. La car­ta fue envia­da al pre­si­dent Ximo Puig, a la vice­pre­si­den­ta Móni­ca Oltra, al con­se­ller Mar­zà y a los miem­bros del Con­se­jo Rec­tor.

No obs­tan­te, la car­ta no logró cam­biar el pare­cer de Con­se­lle­ria que ha opta­do por pre­ci­pi­tar los acon­te­ci­mien­tos des­car­tan­do la reno­va­ción. Cul­tu­ra jus­ti­fi­ca su deci­sión en los cam­bios nor­ma­ti­vos que se han intro­du­ci­do en el IVAM y que supues­ta­men­te harían invia­ble aho­ra la medi­da. La alter­na­ti­va será poner en mar­cha un nue­vo con­cur­so públi­co, diri­gi­do por un comi­té eva­lua­dor de exper­tos inde­pen­dien­tes, que debe­ría ace­le­rar­se para estar resuel­to en sep­tiem­bre.

José Miguel G. Cor­tés y Ser­gio Rubi­ra, sub­di­rec­tor de Colec­ción y Espo­si­cio­nes del IVAM.

Jun­to con José Miguel G. Cor­tés, sal­drá tam­bién el sub­di­rec­tor de Colec­ción y Expo­si­cio­nes, el crí­ti­co y pro­fe­sor Ser­gio Rubi­ra. De esta for­ma, el museo se que­da sin los dos pila­res que mar­ca­ban su pro­yec­to has­ta la fecha. Y lo hace en un momen­to en que el museo esta­ba pen­dien­te de regu­la­ri­zar la mayor par­te de su estruc­tu­ra de per­so­nal, un pro­ce­so que se ace­le­ró con el nom­bra­mien­to el pasa­do verano de Ser­gio Pérez como nue­vo geren­te del museo. De hecho, está en mar­cha todo el pro­ce­so de selec­ción de per­so­nal que afec­ta a unas sesen­ta pla­zas ocu­pa­das has­ta aho­ra de for­ma inte­ri­na.

La incóg­ni­ta aho­ra es saber cuál será el nue­vo pro­yec­to que pon­ga en mar­cha el IVAM a par­tir del pró­xi­mo cur­so en que Gar­cía Cor­tés deja­rá el car­go para rein­cor­po­rar­se a su pla­za en la facul­tad de Bellas Artes de la Uni­ver­si­dad Poli­téc­ni­ca. El encar­ga­do de dise­ñar­lo será el can­di­da­to que sal­ga ele­gi­do en el pro­ce­so de selec­ción del nue­vo direc­tor.

En el ante­rior pro­ce­so de selec­ción se bara­ja­ron nom­bres como los de Nuria Engui­ta, actual direc­to­ra de Bom­bas Gens; Emma­nuel Gui­gon, fugaz miem­bro del equi­po de Juan Manuel Bonet y actual direc­tor del Museo Picas­so de Bar­ce­lo­na; Rosa­rio Pei­ró, direc­to­ra de colec­cio­nes del Rei­na Sofia; Bar­to­meu Marí, ex direc­tor del MACBA y anti­guo cola­bo­ra­dor de Vicent Todo­lí en el pri­mer IVAM, o José Lebre­ro.

La duda aho­ra será saber cuán­tos de ellos están dis­pues­tos a vol­ver a pre­sen­tar­se al con­cur­so y cuán­tos nue­vos can­di­da­tos pue­den aña­dir­se al pro­ce­so. Otros nom­bres empie­zan a sonar tam­bién en los círcu­los artís­ti­cos, como el de la pro­pia Mai­te Ibá­ñez, ex pro­gra­ma­do­ra de expo­si­cio­nes en el cen­tro de La Nau, el de su pro­pio com­pa­ñe­ro uni­ver­si­ta­rio y peda­go­go Ricard Huer­ta, o el crí­ti­co de arte Álva­ro de los Ánge­les, pri­mer sub­di­rec­tor de la eta­pa de Cor­tés, así como otro reco­no­ci­do crí­ti­co y exvi­ce­rec­tor de Cutu­ra de la Uni­ver­si­dad Poli­téc­ni­ca, Joan Bau­tis­ta Pei­ró.

Por lo pron­to, se abre para el IVAM un tiem­po de incer­ti­dum­bres y de qui­nie­las. Y su reso­lu­ción será cla­ve para saber cómo el museo, que había recu­pe­ra­do par­te de su pres­ti­gio en los últi­mos años, se enfren­ta­rá a par­tir de sep­tiem­bre a su “nue­va nor­ma­li­dad”.

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