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Nos ha gus­ta­do tan­to el Alto Maes­traz­go que nos hemos que­da­do a cono­cer más esta zona. Hoy reco­rre­mos Benas­sal y El Rivet.

Pano­rá­mi­ca des­de Font d‘en Segu­res

Benas­sal, Benas­sal… Te sue­na este nom­bre ¿a qué sí? Es cono­ci­do por su agua, que en 1928 fue decla­ra­da mine­ro medi­ci­nal. Des­de 1915 se ven­de embo­te­lla­da, sien­do los pri­me­ros pun­tos de ven­ta las far­ma­cias debi­do a su valor tera­péu­ti­co. Median­te cita pue­des visi­tar la fábri­ca de embo­te­lla­do. La visi­ta dura una hora y te rega­lan una bote­lla de 33cl de agua.

Gri­fos Font d‘en Segu­res

No debes dejar de ver su pun­to de naci­mien­to, La Font d‘en Segu­res. Se la cono­ce como la “plaça i font dels xorros”. Los tres gri­fos de los que mana el agua están en una cons­truc­ción muy lla­ma­ti­va, con esti­lo moder­nis­ta de prin­ci­pio del siglo XX. Ten en cuen­ta que solo per­mi­ten que te lle­ves a casa dos litros de esta valio­sa agua, cata­lo­ga­da entre las tres mejo­res del mun­do.

La Font d‘en Segu­res

Vamos a cono­cer el pue­blo, ¿estás de acuer­do? Comen­ce­mos nues­tro reco­rri­do extra­mu­ros, que es don­de podre­mos dejar nues­tro coche.

Lo pri­me­ro que encon­tré y me sor­pren­dió fue  el mural de la Car­ta Pobla, que se encuen­tra ubi­ca­do en la pared de la igle­sia de la Asun­ción de la Vir­gen. Es un con­jun­to escul­tó­ri­co de hie­rro for­ja­do que con­me­mo­ra el 750 ani­ver­sa­rio de la Car­ta Pue­bla de Benas­sal otor­ga­da por el rey Blas­co de Ala­gón. Las figu­ras más rele­van­tes repre­sen­tan a la Vir­gen de la Asun­ción, San Cris­tó­bal y San Roque, el escu­do de la pobla­ción y sus bie­nes más pre­cia­dos, su agua y las ave­lla­nas. 

Mural de la Car­ta Pobla

A su espal­da encon­tra­rás la Igle­sia de la Asun­ción de la Vir­gen. Su facha­da es barro­ca, del 1677, y su inte­rior góti­co. En el 1699, trans­for­ma­ron­la torre medie­val en el actual cam­pa­na­rio. 

Facha­da Igle­sia de la Asun­ción de la Vir­gen

Antes de entrar en su cas­co his­tó­ri­co, y rodean­do por la dere­cha el ayun­ta­mien­to, encon­tra­rás una pla­za un tan­to par­ti­cu­lar con for­ma de media cir­cun­fe­ren­cia y pin­ta­da de gra­na. Es la pla­za de toros, cuan­do hay even­tos, adquie­re su for­ma com­ple­ta por medio de gra­das móvi­les.  

Pla­za de Toros 

Aho­ra sí, nos aden­tra­mos en su peque­ño, pero intere­san­te, cas­co his­tó­ri­co. Man­tie­ne el entra­ma­do medie­val de sus calles, aun­que no sus casas.

Casa en el cas­co his­tó­ri­co

Lla­ma­rá tu aten­ción el Por­tal de la Mola. Se encuen­tra ubi­ca­do en uno de los lien­zos que se con­ser­van de la mura­lla de épo­ca medie­val. Lo lla­ma­ti­vo de esta puer­ta es la com­bi­na­ción de esti­los arqui­tec­tó­ni­cos, entre el arte góti­co y musul­mán. Es el úni­co que hoy se con­ser­va de los cin­co que tenía la mura­lla. 

Por­tal de la Mola

Lin­dan­do con la mura­lla, se encuen­tra el Cas­ti­llo de La Mola. Su nom­bre pro­vie­ne de encon­trar­se en el pun­to más alto de la mue­la. En sus orí­ge­nes fue la casa seño­rial de Beren­guer de Cala­ta­rrá. Se la con­si­de­ra el ori­gen de esta villa. Su facha­da tie­ne tres arcos escar­za­nos sobre pila­res poli­go­na­les. 

Cas­ti­llo de La Mola

A lo lar­go de sus ocho siglos de anti­güe­dad ha teni­do múl­ti­ples usos, pri­me­ro fue el pun­to de reu­nión de los ben­sa­len­ses para tra­tar temas sobre cose­chas, gana­do, pos­te­rior­men­te su sala capi­tu­lar fue ayun­ta­mien­to, lue­go aula esco­lar. En la actua­li­dad, se encuen­tra la Ofi­ci­na de Infor­ma­ción y Turis­mo, un Museo Arqueo­ló­gi­co del Alto Maes­traz­go  y el Aula Museo de Car­les Sal­va­dor.

Museo Arqueo­ló­gi­co Comar­cal

En tu visi­ta al Forn de Dalt, verás uno de los hor­nos más gran­des de toda la Comu­ni­dad Valen­cia­na. Gra­cias a sus pane­les infor­ma­ti­vos, cono­ce­rás cómo se hace el pan, sus carac­te­rís­ti­cas y su his­to­ria. Des­de su cons­truc­ción, en el siglo XIV,  has­ta la déca­da de los 70, los veci­nos lo uti­li­za­ban para ama­sar y cocer el pan mien­tras man­te­nían ani­ma­das con­ver­sa­cio­nes.

Forn de Dalt

Un poco más ale­ja­da se encuen­tran la Torre de la Pre­só y la Casa Seño­rial de Sán­chez – Cotan­da. En la actua­li­dad es de pro­pie­dad par­ti­cu­lar y, a pesar de lo aban­do­na­do de su exte­rior, pue­des adi­vi­nar la gran­dio­si­dad que encie­rra. En 1722 la fami­lia Mira­lles man­dó cons­truir este pala­cio de esti­lo góti­co cata­lán como casa de vera­neo. En su facha­da pue­des ver el escu­do fami­liar de los Mira­lles y un espe­jo, en refe­ren­cia a su ape­lli­do (mirall: espe­jo en cata­lán).  La car­pin­te­ría está rica­men­te orna­men­ta­da y posee, ado­sa­da, una capi­lla y entra­da para carrua­jes. Te pre­gun­ta­rás, ¿por qué se la cono­ce como Casa De Sán­chez – Cotan­da si la cons­tru­yó la fami­lia Mira­lles? Muy sim­ple, al no haber des­cen­dien­tes varo­nes, las here­de­ras  se casa­ron con los hijos de la fami­lia Sán­chez — Cotan­da y con este nom­bre pasó a deno­mi­nar­se la casa y la calle.

Facha­da Casa de Sán­­chez-Cota­n­­da

La Torre de la Pre­só, es una de las tres torres que pue­des ver, for­ma par­te de la mura­lla. Es de base cua­dran­gu­lar, con cua­tro altu­ras y está alme­na­da. En el sótano tie­ne una maz­mo­rra y en la casa que hay adya­cen­te se encuen­tra la pri­sión. Si te aso­mas entre sus alme­nas podrás ver el lava­de­ro y un boni­to pai­sa­je del Maes­traz­go.

Torre de la Pre­só

Antes de dejar Benas­sal, cabe des­ta­car que Car­les Sal­va­dor desa­rro­lló aquí su carre­ra de maes­tro. Pue­des ver los mue­bles de su des­pa­cho y cono­cer más sobre su vida y obra en el Aula Museo, que ante­rior­men­te te comen­té que se encuen­tra en el Cas­tell de la Mola.

Aula Car­les Sal­va­dor

Vamos hacia mi gran des­cu­bri­mien­to, las 16 hec­tá­reas que con­for­man El Rivet de Benas­sal. En 2005 fue decla­ra­do Para­je Natu­ral Muni­ci­pal. Pero no solo eso, dos años antes, 2,40 hec­tá­reas, fue­ron decla­ra­das micro­rre­ser­va de flo­ra.

Pra­do flo­ri­do en El Rivet

Entre los teso­ros que escon­de se encuen­tran ocho varie­da­des de orquí­deas, algu­nas de ellas en serio peli­gro de extin­ción, ello se debe, no solo a las esca­sas zonas ver­des que tene­mos,  sino a que muy pocos insec­tos pue­den poli­ni­zar­las y su perío­do fér­til es muy cor­to.

Orquí­dea Dacty­lorhi­za Ela­ta

Está situa­do a 900 metros de alti­tud, sien­do unos de los pocos bos­ques húme­dos medi­te­rrá­neos de media y alta mon­ta­ña de nues­tra comu­ni­dad. Duran­te años el gana­do ha pas­ta­do en él, y esto ha favo­re­ci­do el gran tama­ño y la can­ti­dad de robles que posee.

Cas­ta­ños y robles

En este gran roble­dal adehe­sa­do encon­tra­rás, rodea­do de espi­nos blan­cos, rosas sil­ves­tres, hepá­ti­cas o vio­le­tas, cua­tro ejem­pla­res con­si­de­ra­dos monu­men­ta­les. Son una hie­dra, una carras­ca y dos robles valen­cia­nos (o que­ji­gos). Y todos ellos dan cobi­jo a una gran can­ti­dad de ani­ma­les como car­bo­ne­ro común, el herre­ri­llo, el águi­la cule­bre­ra, jaba­líes o zorros. 

Rin­cón de El Rivet 

Podrás pasar un día muy agra­da­ble en la zona recrea­ti­va, con pis­ci­na, meren­de­ros y pae­lle­ros o si lo deseas con­ti­nuar cono­cien­do la zona acer­cán­do­te has­ta las dis­tin­tas ermi­tas que tie­nen la pobla­ción. 

Entra­da a El Rivet

Recuer­da que tan­to Benas­sal como El Rivet se encuen­tran a una alti­tud mayor a 900 metros, en lo que pode­mos deno­mi­nar media y alta mon­ta­ña, así que su cli­ma­to­lo­gía es muy extre­ma y en un momen­to pasas de dis­fru­tar del cáli­do sol a tener que cobi­jar­te de una intem­pes­ti­va llu­via. 

Les dejo el reco­rri­do y la dis­tan­cia que hemos rea­li­za­do noso­tros.

Nos vemos en nues­tro pró­xi­mo des­tino.

Fotos, Dron, Vídeo: Cor­va­mar

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