En el Mas Can Mai, incluido en la selecta guía Rusticae, todo está pensado para el disfrute y el descanso de sus huéspedes. Por esa razón, de momento solo cuenta con dos habitaciones, para garantizar la máxima intimidad y exclusividad.
Esta masía tradicional catalana tiene sus orígenes allá por el siglo XVII, aunque es a finales del XVIII cuando pasó a manos de la familia de Jordi Figarolas, cuyo descendiente es el actual propietario junto a Eva, su pareja y compañera en este proyecto.
La rehabilitación de la masía comenzó en 2014, un camino de más de tres años en el que cada detalle ha sido pensado y meditado, siempre con el objetivo de aunar los elementos originales del edificio con el concepto de diseño delicado y vanguardista de Eva. El alma viajera de Jordi también está presente en el hotel, ya que por todas partes hay recuerdos y objetos que provienen de alguno de sus viajes por el mundo.
En el exterior, la piscina de agua salada y los jardines completan esta experiencia de alojamiento creada para el cliente. Además, en el ADN de este hotel está la sostenibilidad y el respeto por su zona. En el magnífico desayuno se podrá comprobar una muestra, ya que sus productos son siempre de proximidad.
La guinda es su fantástica ubicación en plena naturaleza pero a tan solo 20 minutos de la Costa Brava y a solo 10 de la ciudad de Girona. Un privilegio.
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