La reseña de Ballester Añón: «El evangelio según d’Ors»

El escritor y sacerdote Pablo D´Ors, doctor en teopoética, fundador de una fraternidad de meditadores denominada Amigos del Desierto, y de proveniente de un célebre círculo familiar, logró que “Biografía del silencio, un libro de meditación, escueto, sencillo y de una impecable calidad literaria, se convirtiera en un best seller. A modo de continuación de esa obra, ha publicado recientemente Biografía de la luz”.

 

Cuatro tipos de lectura

 

En el prólogo de este último libro explica su propósito: “Todo lo que se cuenta en los evangelios, y que creía saber de memoria, comenzó a resonar en mí de forma distinta hace unos años. En mi infancia, los escuchaba o leía como cuentos o mitos; de joven, aprendí a leerlos en clave teológica e histórico-crítica; más tarde convencido de su inmensa riqueza, lo hice desde una perspectiva moral y pastoral. Siendo útiles y necesarios, estos tres tipos de lectura del texto sagrado admiten y hasta piden una cuarta. La simbólica, sapiencial o mística. Quiero decir que leer desde el interior es lo que de verdad nos alimenta. Esta es la razón por la que he escrito este libro: una interpretación muy personal de la figura y el mensaje de Jesús de Nazaret”.

Esa clasificación en cuatro formas de lectura es una modalidad actualizada de los tipos de interpretación de los textos sagrados que proponía Dante Alighieri en su tratado El Convivio: literal, alegórico, moral y anagógico.

 

Oscuridad hacia la luz

Este libro de D´Ors propone, con intensidad y modestia, una relectura de los evangelios y de su figura central. Y lo define como una suerte de “manual poético de la interioridad”, en el que se presentan diversas imágenes y símiles que proponen los evangelistas y que vienen a ser espejos de la identidad humana.

Junto a la calidad literaria y probidad intelectual de “Biografía de la luz”, hay un admirable componente de franqueza personal. Asegura que empezó a escribir este libro sobre la luz en una época en la que estaba abrumado por sus propias oscuridades y dudas. Y afirma: “Quizá debe ser así. La luz nace en medio de la oscuridad. No deja de sorprenderme, sin embargo, que el caldo de cultivo de lo luminoso es precisamente lo sombrío (aunque el evangelio -como la vida misma- lo demuestra una y otra vez) “

También cuenta que mientras sus anteriores libros se vendían muy bien y ganaba dinero y celebridad y firmaba contractos de traducción con prestigiosas editoriales, y el colectivo de meditadores que había creado se expandía por todas partes y cientos le lectores le escribían y le manifestaban su afecto y admiración, él se escondía en su cuarto para llorar. Tenía dolores intensos y crecientes de espalda que le impedían una vida normal y por supuesto practicar sus dos disciplinas dilectas: la poética y la mística.

El dolor fue diagnosticado como «artrosis facetaria» que comienza en el hueso sacro y se extiende a lumbares y piernas. Pero el “tu dolor es, en gran medida, el castigo que te infliges porque no sabes ser”.

Y concluye con otra paradoja: “Tener éxito -hoy lo sé- es perseverar en el fracaso. De donde se sacan fuerzas para ello es un misterio”.

 

Ficción moderna y contemporánea

La destreza de D´Ors para la interpretación mística (o anagógica, por emplear la terminología de Dante) se advierte en sus hermosas e instructivas traslaciones. Por ejemplo, y a propósito de un conocido pasaje del Evangelio de San Lucas sobre el nacimiento de Jesús: “De modo que el espíritu (El Niño) es el inesperado fruto de un trabajo contemplativo con el cuerpo (María) y de un trabajo contemplativo con la mente (José). María, José y el Niño, son, por tanto, cuerpo, alma y espíritu, lo que significa que la sagrada familia es nuestra permanente aventura interior”.

Y escoliando otro pasaje del mismo evangelista, escribe “para experimentar algo tan grande como lo que vivió el anciano sacerdote Zacarias hay que entrar a diario en el templo; hay que soportar la visita de un ángel -es decir, la irrupción de nuestra identidad más profunda-, hay que fastidiarse quedándose mudo -incomunicado, incomprendido, señalado…-y, sobre todo, hay que correr el riesgo de ser fecundo y tener un hijo. Un hijo: una misión, un futuro”

Pablo D´Ors ha conformado un corpus homilético que retoma y de algún modo renueva la ilustre tradición de la literatura piadosa.

La acreditada editorial que ha publicado “Biografia de la luz” recoge este libro en su apartado de “ficción moderna y contemporánea”; lo cual viene a ser una encantadora e involuntaria grosería teológica. Aunque, a fin de cuentas, quizá haya que redefinir en la actualidad el propio concepto de ficción.

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