Los aforismos místicos de Libro del amigo pretenden adiestrar a los eremitas a amar a Dios. Para ello se nutren del Arte conciso de encontrar la verdad (un escueto catálogo de axiomas para resolver matemáticamente cualquier problema).

Rai­mun­do Lulio (Ramon Llull) nació en Mallor­ca en 1232, en el seno de una fami­lia  aris­to­crá­ti­ca. Fue paje de Jai­me I  y senes­cal de su hijo. Casó  con una dama de la cor­te. . El matri­mo­nio no le impi­dió lle­var un vida diso­lu­ta. En 1263 expe­ri­men­tó una con­mo­ción espi­ri­tual que cam­bió su vida por com­ple­to. La dedi­có  a con­ver­tir infie­les a la fe de Cris­to.  De esta épo­ca es el Libro del gen­til y los tres sabios -una dispu­tatio teo­ló­gi­ca entre un cris­tiano, un judío y un sarra­ceno. Y más tar­de El arte con­ci­so de encon­trar la ver­dad (un pron­tua­rio de su pen­sa­mien­to filo­só­fi­co).

Creó semi­na­rios para la for­ma­ción de misio­ne­ros des­ti­na­dos a la evan­ge­li­za­ción en leja­nos paí­ses. Años en los que escri­bió Libro de Evast y Blan­quer­na, nove­la que inclu­ye el Libro de ami­go y ama­do.

Via­jó por Euro­pa para con­ven­cer a prín­ci­pes y pre­la­dos sobre la nece­si­dad de con­ver­tir infie­les.

Ramón Llull.

En 1290 entra en con­tac­to con el mun­do islá­mi­co. Via­jó a Túnez en 1293. Fue dete­ni­do y expul­sa­do. Con­ti­nuó con su labor pro­pa­gan­dís­ti­ca y escri­bió  obras como el Libro de la con­so­la­ción de los vene­cia­nos.

En 1307 se encon­tra­ba en Bugía (Arge­lia) dis­cu­tien­do con alfa­quíes y teó­lo­gos musul­ma­nes. Vol­vió a ser expul­sa­do.

En 1315, de nue­vo en Túnez. Al pare­cer, lo lapi­da­ron en Bugía y regre­só mori­bun­do a Mallor­ca.

Fue ami­go del gran maes­tre de los Tem­pla­rios, Jac­ques de Molay, que­ma­do vivo en 1314.

Es uno de los pen­sa­do­res medie­va­les con mayor difu­sión  en la Euro­pa rena­cen­tis­ta y barro­ca. Influ­ye en la filo­so­fía de Gior­dano Bruno y en la cien­cia uni­ver­sal  y com­bi­na­to­ria de Gott­fried Leib­niz

Ars Com­bi­na­to­ria Ramon Llull.

Rai­mun­do Lulio fue decla­ra­do por la Igle­sia, Doc­tor ilu­mi­na­do.

Eduar­do Moga, tra­duc­tor de esta ver­sión al cas­te­llano del Libro de ami­go y ama­do, es tam­bién el autor de un exce­len­te pró­lo­go.

Moga ase­gu­ra que Llull no qui­so escri­bir un tex­to líri­co sino un opúscu­lo didác­ti­co para la edi­fi­ca­ción de las almas entre­ga­das la vida con­tem­pla­ti­va.

Los afo­ris­mos mís­ti­cos de Libro del ami­go pre­ten­den adies­trar a los ere­mi­tas a amar a Dios. Para ello se nutren del Arte con­ci­so de encon­trar la ver­dad (un escue­to catá­lo­go de axio­mas para resol­ver mate­má­ti­ca­men­te cual­quier pro­ble­ma).

Su públi­co poten­cial no era exper­to en suti­le­zas teo­ló­gi­cas sino sen­ci­llo y rús­ti­co. Esto tam­bién expli­ca que esté escri­to en cata­lán, len­gua vul­gar has­ta enton­ces inade­cua­da para expre­sar  ele­va­dos con­cep­tos filo­só­fi­cos.

El Libro es un manual de apren­di­za­je; evi­ta que la peri­cia expre­si­va dis­trai­ga al lec­tor ‑u oye­n­­te- del con­te­ni­do de la doc­tri­na.

Su con­ci­sión extre­ma adquie­re una poten­te sen­sua­li­dad.

Las fra­ses se agru­pan median­te con­jun­cio­nes copu­la­ti­vas ‑de evo­ca­ción bíbli­ca–  fre­cuen­tes en la pro­sa medie­val.

Como obser­va Moga: “Su pro­pó­si­to docen­te le impe­le a reite­rar lo esen­cial. Recu­rre a las mis­mas pala­bras obse­si­vas (…) esa repe­ti­ción tie­ne pro­pie­da­des hip­nó­ti­cas: per­cu­te en pupi­la y oído, como una melo­pea y nos atur­de con su rumor”

Algu­nos auto­res rela­cio­nan estos man­tras lulia­nos con las prác­ti­cas de giró­va­gos y sufíes que se aban­do­nan a dan­zas cir­cu­la­res has­ta obte­ner un éxta­sis refle­xi­vo. Los ver­sícu­los de Lulio ven­drían a ser su equi­va­len­te lite­ra­rio.

Cite­mos algu­nos ejem­plos: 

Can­ta­ban los pája­ros el alba y se des­per­tó el ami­go; es el alba. Y los pája­ros deja­ron de can­tar, y el ami­go murió por el ama­do en el alba. 26

El ama­do ena­mo­ra al ami­go y no lo com­pa­de­ce por su fati­ga, para que lo ame aún más inten­sa­men­te, y en la mayor fati­ga halle el ami­go res­ta­ble­ci­mien­to y pla­cer. 31

Des­de que vi a mi ama­do en mis pen­sa­mien­tos, ya no se ha ausen­ta­do de mis ojos cor­po­ra­les, por­que todo lo visi­ble me repre­sen­ta a mi ama­do. 67

Con ojos de pen­sa­mien­tos, fati­gas, sus­pi­ros y llan­tos mira­ba el ami­go a su ama­do; y con ojos de gra­cia, jus­ti­cia, pie­dad, mise­ri­cor­dia y libe­ra­li­dad el ama­do mira­ba a su ami­go. Y el pája­ro can­ta­ba esa mutua mira­da delei­to­sa  41

Dice el ami­go a su ama­do: ‑En ti están mi fati­ga y mi cura­ción: cuan­to más me sanas, mas cre­ce mi mal; cuan­to más me dañas, mas salud me das.

Res­pon­dió el ama­do: ‑Tu amor es el sello y la impron­ta con los que mues­tras mis hon­ras a la gen­te. 51

Iba el ami­go como loco por la ciu­dad, can­tan­do can­cio­nes de su ama­do, y le pre­gun­ta­ron las gen­tes si había per­di­do el jui­cio. Res­pon­dió que su ama­do le había arre­ba­ta­do la volun­tad, y que él le había entre­ga­do su enten­di­mien­to; por eso sólo le que­da­ba  la memo­ria, con la que recor­da­ba a su ama­do. 54 

Yacía el ami­go en un lecho de amor. Las sába­nas eran de pla­ce­res y la col­cha de fati­gas y la almoha­da era de llan­tos. Y se dis­cu­tía si la tela de la almoha­da era la tela de las sába­nas o la de la col­cha 127

Di, loco, ¿por qué defien­des al amor, si mal­tra­ta y ator­men­ta tu cuer­po y tu cora­zón?

Res­pon­dió: ‑Por­que mul­ti­pli­ca mis méri­tos y mi bien­aven­tu­ran­za. 174

Pre­gun­tó el ama­do a su ami­go si tenía pacien­cia. Res­pon­dió que todo le com­pla­cía y que por eso no nece­si­ta­ba de pacien­cia, por­que quien no era señor de su volun­tad no podía ser impa­cien­te. 214

El pro­lo­guis­ta se pre­gun­ta “Por qué un libro imper­fec­to, apre­su­ra­do, no caren­te de tor­pe­zas, y pri­va­do des­de hace mucho de su sos­tén ideo­ló­gi­co (…) nos habla y emo­cio­na a tra­vés de los siglos?

Al pare­cer ope­ra eso que los exper­tos en teo­ría de la comu­ni­ca­ción deno­mi­nan “deco­di­fi­ca­ción abe­rran­te”;  prác­ti­ca habi­tual y segu­ra­men­te  inelu­di­ble que facul­ta a con­ver­tir una ermi­ta romá­ni­ca en  exqui­si­to res­tau­ran­te de menú fra­n­­co-nipón,  una cate­dral góti­ca en dis­co­te­ca  para turis­tas  o ‑el caso que nos ocu­­pa- un tex­to de mís­ti­ca medie­val en fer­vo­ro­so can­to homo­eró­ti­co.


Por­ta­da de Libro de Ami­go y Ama­do.

Títu­lo: Libro de Ami­go y Ama­do

Autor: Ramon Llull

Edi­to­rial: Pre-tex­­to­­s/ Bar­cino.

Tra­duc­tor: Eduar­do Moga

Pági­nas: 263  

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