Esce­na de «Una luz tími­da»

El Teatre Talía acoge hasta el próximo 25 de febrero esta obra basada en hechos reales.

Esce­na de «Una luz tími­da»

El Tea­tre Talia trae a Valen­cia una obra que tal vez debe­ría haber­se pre­sen­ta­do en los esce­na­rios valen­cia­nos hace ya tiem­po, pues­to que la his­to­ria que cuen­ta suce­dió en bue­na par­te en Valen­cia.

«Una luz tími­da» es la his­to­ria de dos maes­tras de escue­la que se ena­mo­ran… duran­te el fran­quis­mo. Una his­to­ria que Àfri­ca Alon­so desa­rro­lló basán­do­se en hechos reales y que bajo la direc­ción de Mari­lia Sam­per y la músi­ca de Andrea Puig puso sobre los esce­na­rios.

La com­bi­na­ción de tex­to y músi­ca en una obra que pre­ten­de rom­per con el silen­cio, y rei­vin­di­car las vidas de las les­bia­nas como lo que son: la memo­ria his­tó­ri­ca de nues­tro país.

Isa­bel es una joven pro­fe­so­ra de his­to­ria de una escue­la en los años del fran­quis­mo en Espa­ña y está pro­fun­da­men­te ena­mo­ra­da de Car­men, la pro­fe­so­ra de lite­ra­tu­ra. Sin que­rer, pero sin poder evi­tar­lo, nace una his­to­ria de amor entre las dos que pare­ce­rá que aca­ba cuan­do la fami­lia de Car­men, de idea­les fuer­te­men­te con­ser­va­do­res, la obli­ga a inter­nar­se en un hos­pi­tal de enfer­mos psi­quiá­tri­cos para curar­se de este amor que no pue­de ser y que no está bien vis­to.

Tiem­po des­pués, Car­men regre­sa a casa con Isa­bel, dejan­do atrás fami­lia, hos­pi­tal y tra­ba­jo, tenién­do­se que enfren­tar aho­ra a las secue­las que los ele­c­­tro-shocks que ha esta­do reci­bien­do en el hos­pi­tal le han cau­sa­do. Isa­bel inten­ta­rá ayu­dar­la a sobre­vi­vir has­ta las últi­mas con­se­cuen­cias.

Esta his­to­ria de amor que las une, en un con­tex­to de mie­do y opre­sión, se con­vier­te en una lucha entre lo que la socie­dad espe­ra de las muje­res y su volun­tad de vivir en liber­tad y sin com­ple­jos.

La historia real

Este musi­cal está ins­pi­ra­do en una his­to­ria real, que trans­cu­rrió en Espa­ña fran­quis­ta. Isa­bel y Car­men se cru­za­ron en una escue­la en Cas­­ti­­lla-La Man­cha, don­de tra­ba­ja­ban como maes­tras. Ambas habían teni­do una infan­cia difí­cil, Isa­bel sufrió abu­sos sexua­les por par­te de un miem­bro de su fami­lia y Car­men vivió con una fuer­te pre­sión fami­liar debi­do a su con­di­ción sexual.

La pre­sión fami­liar de Car­men ante su con­di­ción sexual fue deri­van­do en pro­ble­mas psi­quiá­tri­cos. La pare­ja se ins­ta­ló en la loca­li­dad valen­cia­na de Cata­rro­ja, don­de Car­men fue empeo­ran­do con los años de su enfer­me­dad, has­ta que le pidió a su pare­ja que aca­ba­ra con su vida y su sufri­mien­to. Isa­bel, según el jui­cio que se cele­bró en su día, mató a Car­men e inten­tó sui­ci­dar­se. Fue con­de­na­da a cár­cel por asis­ten­cia al sui­ci­dio.

La obra que aco­ge con deli­ca­de­za esta his­to­ria real se pue­de ver en el Tea­tre Talia des­de este miér­co­les 14 de febre­ro has­ta el 25 de este mis­mo mes. Pue­de con­sul­tar los hora­rios y com­prar entra­das des­de 18 euros aquí.

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