*Por su inte­rés, com­par­ti­mos esta entre­vis­ta de Manuel Anse­de a Este­ban Domin­go publi­ca­da en El País.

Dice el viró­lo­go Este­ban Domin­go que la huma­ni­dad no se da cuen­ta de has­ta qué pun­to vive inun­da­da de virus de todo tipo. Una per­so­na infec­ta­da por un deter­mi­na­do virus pue­de tener has­ta un billón de par­tí­cu­las vira­les infec­ti­vas en su cuer­po. Hay más virus den­tro de una sola per­so­na que per­so­nas han exis­ti­do en toda la his­to­ria. Domin­go, naci­do en Bar­ce­lo­na hace 77 años, se ente­ró el lunes por la noche de que su nom­bre figu­ra ya en uno de los olim­pos de la cien­cia mun­dial. Un cole­ga esta­dou­ni­den­se le comu­ni­có que le aca­ba­ban de nom­brar miem­bro de la Aca­de­mia Nacio­nal de Cien­cias de EE UU, fun­da­da por el pre­si­den­te Abraham Lin­coln en 1863. Solo nue­ve inves­ti­ga­do­res de ins­ti­tu­cio­nes espa­ño­las habían sido ele­gi­dos para este selec­to club a lo lar­go de este siglo y medio. Domin­go es el déci­mo.

El viró­lo­go, del Cen­tro de Bio­lo­gía Mole­cu­lar Seve­ro Ochoa, en Madrid, ha ayu­da­do a cam­biar el con­cep­to de virus ARN, un gru­po que inclu­ye el de la gri­pe, el del saram­pión, el del ébo­la y el nue­vo coro­na­vi­rus SARS-CoV‑2, entre muchí­si­mos otros. Estos virus son bási­ca­men­te un tex­to recu­bier­to de pro­teí­na con ins­truc­cio­nes para hacer copias de sí mis­mos. El tex­to está escri­to con com­bi­na­cio­nes de cua­tro com­pues­tos quí­mi­cos (a, g, c, u), así que la secuen­cia gené­ti­ca de un virus se pue­de leer así: gcug­guaaug­caaca­gaa… Cuan­do Domin­go comen­zó a inves­ti­gar en la déca­da de 1970, “la idea era que el mate­rial gené­ti­co era en cier­to modo inmu­ta­ble”, recuer­da. Su equi­po fue pio­ne­ro en demos­trar que, nada más entrar en un ser vivo, un virus con una secuen­cia gené­ti­ca defi­ni­da se mul­ti­pli­ca acu­mu­lan­do erro­res, de una letra por otra, has­ta for­mar “una nube de mutan­tes”, dis­tin­tos los unos de los otros pero agru­pa­bles en “cua­si­es­pe­cies vira­les”.

El des­cu­bri­mien­to fue revo­lu­cio­na­rio. No es lo mis­mo luchar con­tra un virus defi­ni­do que pelear con­tra innu­me­ra­bles mutan­tes, entre los que habrá algu­nos resis­ten­tes a un tra­ta­mien­to y otros insen­si­bles a la vacu­na. Domin­go, con­cen­tra­do has­ta aho­ra en la hepa­ti­tis C, pero ya con la vis­ta pues­ta en el nue­vo coro­na­vi­rus, tra­ba­ja para “matar a los virus con sus pro­pias armas”, fomen­tan­do con fár­ma­cos has­ta lími­tes insos­te­ni­bles su capa­ci­dad de mutar, en una estra­te­gia bau­ti­za­da muta­gé­ne­sis letal: “mutar al virus has­ta la muer­te”.

Pre­gun­ta. Usted ha ayu­da­do a cam­biar el con­cep­to de virus.

Res­pues­ta. La pri­me­ra con­tri­bu­ción de nues­tro gru­po fue enten­der, estu­dian­do varios virus, que su mate­rial gené­ti­co no era algo fijo que se pudie­ra escri­bir en un catá­lo­go, sino que cada virus con­sis­tía en nubes de mutan­tes. Y más toda­vía: la nube de mutan­tes del virus de la gri­pe que cir­cu­la en el orga­nis­mo de una per­so­na infec­ta­da es dis­tin­ta de la mía. Y lo que cir­cu­la en un indi­vi­duo infec­ta­do en Bra­sil es dis­tin­to de lo que cir­cu­la en un indi­vi­duo infec­ta­do en Corea del Sur. Los virus son nubes de mutan­tes. Este es el con­cep­to de cua­si­es­pe­cies.

P. ¿Qué impli­ca­cio­nes tie­ne esto?

R. Muchas, por­que quie­re decir que el virus es diver­so y está pre­pa­ra­do para res­pon­der a diver­sos ambien­tes que se le pue­dan pre­sen­tar. Es decir, un virus no sola­men­te está adap­ta­do en un momen­to dado a un ambien­te, sea una célu­la o un señor, sino que al tra­tar­se de una nube de mutan­tes tie­ne cier­to poten­cial para bus­car otros sitios para mul­ti­pli­car­se y adap­tar­se. La muta­ción no es un hecho extra­or­di­na­rio. La muta­ción es su modus viven­di. Es su mane­ra de funcionar.“Los virus son nubes de mutan­tes”

“Los virus son nubes de mutan­tes”

P. Usted pro­po­ne una nue­va mane­ra de com­ba­tir los virus, lla­ma­da muta­gé­ne­sis letal.

R. Esto sí que lo empe­za­mos noso­tros y aho­ra es un cam­po bas­tan­te impor­tan­te de tra­ba­jo en varios labo­ra­to­rios de viro­lo­gía por todo el mun­do. Muta­gé­ne­sis letal quie­re decir que, si encon­tra­mos la mane­ra de que el virus mute más de lo nor­mal, lo pode­mos extin­guir. El virus tie­ne como una de sus armas mutar, así que noso­tros hace­mos que mute más, se va dete­rio­ran­do por exce­so de muta­cio­nes y aca­ba muer­to. Muta­gé­ne­sis letal: mutar al virus has­ta la muer­te.

P. ¿Hay ensa­yos de fár­ma­cos que pro­duz­can muta­gé­ne­sis letal con­tra el nue­vo coro­na­vi­rus?

R. Sí, hay un tra­ba­jo que ha sali­do hace muy poco, en el que prue­ban un fár­ma­co que actúa como mutá­geno letal [es el fár­ma­co expe­ri­men­tal NHC/EIDD-2801, pro­ba­do en célu­las huma­nas en el labo­ra­to­rio del inves­ti­ga­dor esta­dou­ni­den­se Ralph Baric, de la Uni­ver­si­dad de Caro­li­na del Nor­te en Cha­pel Hill]. Noso­tros que­re­mos tra­ba­jar en la covid-19 en el futu­ro y espe­ra­mos que la muta­gé­ne­sis letal pue­da ser un pun­to de arran­que, por­que ya hay un pre­ce­den­te de que pue­de fun­cio­nar.

P. ¿El nue­vo coro­na­vi­rus tam­bién es una nube de mutan­tes?

R. Tam­bién. Por las inves­ti­ga­cio­nes pre­li­mi­na­res que están salien­do y por lo que sabe­mos de otros coro­na­vi­rus, todo apun­ta a que este virus no va a ser fun­da­men­tal­men­te dis­tin­to de los demás y ten­drá un com­por­ta­mien­to pare­ci­do en cuan­to a ser nubes de mutan­tes. Es un virus ARN y se está vien­do lo espe­ra­ble: cua­si­es­pe­cies y rápi­da evo­lu­ción en la natu­ra­le­za. No sola­men­te son nubes de mutan­tes, sino que si com­pa­ras el virus de Chi­na con el de Bra­sil o el de Espa­ña van sien­do todos dis­tin­tos, como es de esperar.“Si com­pa­ras el virus de Chi­na con el de Bra­sil o el de Espa­ña van sien­do todos dis­tin­tos, como es de espe­rar”

“Si com­pa­ras el virus de Chi­na con el de Bra­sil o el de Espa­ña van sien­do todos dis­tin­tos, como es de espe­rar”

P. Si dos per­so­nas están infec­ta­das por el nue­vo coro­na­vi­rus, ¿una per­so­na es una nube de mutan­tes dife­ren­te de la otra?

R. Sí, esto es lo que se pre­di­ce que ocu­rra. Esto es lo que ocu­rre con otros virus que se han estu­dia­do bien, por ejem­plo el de la hepa­ti­tis C y otros muchos. Las nubes de mutan­tes son todas dis­tin­tas. Y ade­más esta nube de mutan­tes es diná­mi­ca, cam­bia en fun­ción del tiem­po. Cuan­do estás infec­ta­do por el virus de la gri­pe, si te hacen un aná­li­sis de la nube de mutan­tes el pri­mer día y otro el segun­do día des­pués de la infec­ción los resul­ta­dos serán dis­tin­tos. Todo esto pare­ce una cosa revo­lu­cio­na­ria y muy nue­va, pero hay una expli­ca­ción: has­ta aho­ra no tenía­mos bue­nos méto­dos para secuen­ciar lo que hay en una nube de mutan­tes. Y aho­ra tene­mos téc­ni­cas de secuen­cia­ción masi­va, con capa­ci­dad de sacar miles y miles de secuen­cias gené­ti­cas, a veces millo­nes, de una mues­tra bio­ló­gi­ca.

P. ¿Las nubes de mutan­tes de una per­so­na infec­ta­da por el nue­vo coro­na­vi­rus tam­bién irán cam­bian­do con el tiem­po?

R. De este toda­vía no se sabe, cla­ro, hay que hacer más expe­ri­men­tos. Los estu­dios que han sali­do has­ta aho­ra mues­tran que hay nubes de mutan­tes. Lo que toda­vía no he vis­to es una com­pa­ra­ción de nubes de mutan­tes en un mis­mo indi­vi­duo en fun­ción del tiem­po. Creo que este tipo de expe­ri­men­to toda­vía no se ha hecho, entre otras cosas por­que hay cues­tio­nes más urgen­tes, como com­ba­tir la enfer­me­dad.

P. Pero sí pode­mos pen­sar que dos per­so­nas infec­ta­das en una mis­ma ciu­dad serían nubes de mutan­tes de SARS-CoV‑2 dis­tin­tas.

R. Yo estoy casi segu­ro de que sí. Y si resul­ta­ra que no sería un resul­ta­do más sor­pren­den­te que si resul­ta­ra que sí.

P. Pare­ce que, en una mis­ma cade­na de trans­mi­sión entre per­so­nas, el nue­vo coro­na­vi­rus tie­ne un rit­mo de alre­de­dor de dos muta­cio­nes al mes, o unas 25 al año, con un geno­ma de casi 30.000 letras. No es mucho.

R. Pero estas muta­cio­nes son las que se acu­mu­lan, no las que hay en un indi­vi­duo infec­ta­do. Una nube de mutan­tes quie­re decir que tie­nes un con­jun­to muy hete­ro­gé­neo. De eso, lo que sale ade­lan­te es una espe­cie de pro­me­dio que es el que infec­ta a otro señor. Y ese señor gene­ra su nube de mutan­tes. Y de ese señor sale otro pro­me­dio que sal­ta­rá a otro señor. Son dos cálcu­los muy dis­tin­tos: las dife­ren­cias den­tro de un espec­tro de mutan­tes y lo que se acu­mu­la en pro­me­dio en fun­ción del tiem­po. Por otro lado, yo recuer­do tra­ba­jos ini­cia­les con el virus de la hepa­ti­tis C, en los que tam­bién decían que la velo­ci­dad de muta­ción tam­po­co era muy alta, pero pasa­das déca­das de estu­dio se ha vis­to que la velo­ci­dad con la que cam­bia el virus de la hepa­ti­tis C es altísima.“Hay muchas muta­cio­nes en las nubes de mutan­tes. Y una muta­ción es como una lote­ría”

“Hay muchas muta­cio­nes en las nubes de mutan­tes. Y una muta­ción es como una lote­ría”

P. En cual­quier caso, exper­tos en coro­na­vi­rus como Luis Enjua­nes espe­ran que el SARS-CoV‑2 pier­da pato­ge­ni­ci­dad, no que la gane.

R. Sí, pue­de ser, pero las muta­cio­nes ocu­rren al azar. Esas muta­cio­nes pue­den hacer cosas real­men­te nega­ti­vas, como que de repen­te el virus encuen­tre una mane­ra de meter­se en el sis­te­ma ner­vio­so. Pue­des tener una pato­lo­gía atí­pi­ca por unas muta­cio­nes que le han ocu­rri­do al virus y que mira por dón­de te cau­san una pato­lo­gía tre­men­da e ines­pe­ra­da. Tam­bién pue­de haber muta­cio­nes debi­li­tan­tes, efec­ti­va­men­te. Las muta­cio­nes pue­den qui­tar viru­len­cia. Pero tú no pue­des decir que las muta­cio­nes van a ser bene­fi­cio­sas. Hay muchas muta­cio­nes en las nubes de mutan­tes. Y una muta­ción es como una lote­ría. ¿Va a salir un virus más o menos viru­len­to? Yo no me atre­ve­ría a anti­ci­par­lo. Hay mucha impre­de­ci­bi­li­dad en la evo­lu­ción de los virus.

P. Si se con­fir­ma el com­por­ta­mien­to de nube de mutan­tes del nue­vo coro­na­vi­rus, ¿cuá­les son las impli­ca­cio­nes para el tra­ta­mien­to o para el futu­ro de la enfer­me­dad?

R. Si ata­cas al virus con un solo fár­ma­co, es muy fácil que sur­ja un mutan­te resis­ten­te y que los anti­vi­ra­les dejen de fun­cio­nar. En los años ochen­ta y noven­ta esto resul­tó paten­te con el virus del sida. Si un virus real­men­te tie­ne este com­por­ta­mien­to de nube de mutan­tes, como lo tie­ne tam­bién el virus del sida, lo que tie­nes que hacer es ata­car­le a la vez al menos con dos fár­ma­cos o, si pue­des, con tres, por­que un mis­mo virus ten­dría que mutar en varios sitios a la vez para esca­par­se de esta mez­cla de fár­ma­cos. Esta­dís­ti­ca­men­te, las pro­ba­bi­li­da­des de fre­nar la infec­ción son mucho más altas si lo ata­cas con una com­bi­na­ción de anti­vi­ra­les que si lo ata­cas sim­ple­men­te con un anti­vi­ral. Las nubes de mutan­tes tam­bién tie­nen impli­ca­cio­nes para las vacu­nas. Cuan­do un virus cam­bia pue­de dar lugar a fra­ca­sos de vacu­nas. La vacu­na de la gri­pe se renue­va cada año por­que el virus va cam­bian­do. El virus de la hepa­ti­tis C tie­ne unos tra­ta­mien­tos exce­len­tes, pero no hay vacu­na. Yo no me atre­vo a decir dón­de esta­rá el coro­na­vi­rus, si habrá una vacu­na que ten­drá una efec­ti­vi­dad muy dura­de­ra o si habrá una vacu­na que reque­ri­rá una reno­va­ción cada año o dos. Esto es una gran incóg­ni­ta.

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