Ha lle­ga­do el momen­to. Des­pués de varios meses de pre­pa­ra­ción, de madru­go­nes, de bus­car un hue­co antes de comer o al lle­gar del tra­ba­jo, el domin­go te pre­sen­tas en la meta con el tra­ba­jo hecho. ¿Todo?, no. No olvi­des las ruti­nas de la vís­pe­ra y del día de la carre­ra. Una bue­na ges­tión de esas horas pre­vias te ayu­da­rán, sin duda, a correr con más garan­tías los 21,097 metros. Más que con­se­jos, recuer­da que son medi­das de pre­cau­ción para no estro­pear el exce­len­te tra­ba­jo que has hecho has­ta el momen­to de la sali­da. Te per­mi­ti­rán dis­fru­tar más de la expe­rien­cia y ara­ña­rás más segun­dos al crono. Lo dicen todos los exper­tos.

El día antes

Des­can­sa, no hagas esfuer­zos inne­ce­sa­rios e inten­ta no poner­te ner­vio­so por cual­quier ton­te­ría. No hace fal­ta que pases todo el día tum­ba­do, pero tam­po­co “es nece­sa­rio” que estés todo el día cami­nan­do. Un buen con­se­jo que nun­ca falla: ver una bue­na pelí­cu­la, o dos, por la tar­de. ¿Para comer? Se acon­se­ja que comas hidra­tos de car­bono y pro­teí­nas. Ya sabes: pas­ta y car­ne o pes­ca­do. Una bue­na pae­lli­ta valen­cia­na no es una mala suge­ren­cia, aun­que es la comi­da por exce­len­cia para la recu­pe­ra­ción des­pués de la carre­ra. Si quie­res dor­mir bien por la noche, que lo que­rrás, no duer­mas la sies­ta. Decán­ta­te por la pelí­cu­la. Des­pués, salir a tro­tar 20 minu­tos o pasear por la ciu­dad mode­ra­da­men­te, si eres de fue­ra, es un con­se­jo que no debes des­es­ti­mar. Y para cenar, preo­cú­pa­te espe­cial­men­te por ter­mi­nar de recar­gar los depó­si­tos de glu­có­geno. Un buen pla­to de pas­ta, pero sin sal­sas, que pue­des acom­pa­ñar con algu­na car­ne blan­ca a la plan­cha. Que sea antes de las 9 de la noche. No te olvi­des de la fru­ta para faci­li­tar el trán­si­to intes­ti­nal. Y a la cama pron­ti­to.

Antes de la carre­ra

Lo habrás oído mil veces, pero es nece­sa­rio recor­dar­lo. No expe­ri­men­tes con el desa­yuno y tóma­te lo que tu cuer­po ya cono­ce de sobra. Haz­lo al menos 2 horas antes de la carre­ra, 3 si pue­de ser. Si habi­tual­men­te te desa­yu­nas con unas tos­ta­das, no cam­bies. Si es con galle­tas, pues lo mis­mo. Lo impor­tan­te es que con­ten­ga hidra­tos de car­bono. Si son hue­vos fri­tos con bacon… espe­ra­mos que ya lo hayas cam­bia­do duran­te el entre­na­mien­to. El desa­yuno ha de ser sano y equi­li­bra­do. No comas más de lo nor­mal. ¿Café? Si lo tomas todas las maña­nas, dis­frú­ta­lo como siem­pre. La cafeí­na esti­mu­la los sen­ti­dos. Si no tomas café habi­tual­men­te, mejor que no lo hagas antes de la carre­ra. Pue­de jugar­te una mala pasa­da. Impor­tan­te: si pue­des ir al baño antes de salir de casa o el hotel, mejor. Si no, no te preo­cu­pes: hay WCs en la zona de la sali­da para “que­dar­te más tran­qui­lo”. Des­pués del desa­yuno y has­ta la hora de la carre­ra, hidrá­ta­te mode­ra­da­men­te con peque­ños sor­bi­tos de agua.

Des­pués de cru­zar la meta

Es el momen­to de dis­fru­tar del tra­ba­jo hecho y de relle­nar el depó­si­to: toma bebi­das iso­tó­ni­cas para recu­pe­rar el equi­li­brio elec­tro­lí­ti­co, pues habrás per­di­do muchas sales con el sudor. Las fru­tas caló­ri­cas como los ore­jo­nes o los plá­ta­nos tam­bién te ven­drán bien. Y a la hora de la comi­da, pues ya sabes. Lo ideal es una comi­da equi­li­bra­da, con muchos hidra­tos y algo menos de gra­sas y pro­teí­nas. Lo dicho: una bue­na pae­lla es un ali­men­to idó­neo para recu­pe­rar­te rápi­da­men­te.

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