Elisa Escorihuela, dietista nutricionista

Eli­sa Esco­rihue­la está al fren­te de Nutt, un cen­tro don­de die­tis­tas nutri­cio­nis­tas y far­ma­céu­ti­cos cui­dan la salud de sus pacien­tes a tra­vés de la ali­men­ta­ción. Sin pas­ti­llas ni suple­men­tos, solo a tra­vés de comi­da sana, ayu­dan a cam­biar los malos hábi­tos nutri­cio­na­les con talle­res de coci­na don­de ense­ñan rece­tas salu­da­bles y deli­cio­sas.

La vuel­ta a la ruti­na que nos trae sep­tiem­bre sue­le venir acom­pa­ña­da de bue­nos pro­pó­si­tos en die­ta y ejer­ci­cio. Denos los tres con­se­jos que nos sal­va­rán el mes.

Es cier­to que sole­mos rela­cio­nar “la vuel­ta al cole” con la vuel­ta a la ruti­na y los bue­nos pro­pó­si­tos y así debe ser por­que en la épo­ca de verano nos rela­ja­mos y sole­mos come­ter más exce­sos. Mis con­se­jos para la vuel­ta: pacien­cia. Este el pri­me­ro y más impor­tan­te. No pode­mos que­rer lle­gar y des­ha­cer en una sema­na el “desas­tre nutri­cio­nal” que pode­mos haber hecho en la épo­ca de verano. El segun­do, si quie­res mejo­rar tu ali­men­ta­ción acu­de a un pro­fe­sio­nal que en este caso es un die­tis­ta nutri­cio­nis­ta titu­la­do. De esta mane­ra evi­ta­rás ries­gos. Un nutri­cio­nis­ta se adap­ta­rá a tu salud, tus cir­cuns­tan­cias fami­lia­res y socia­les, a tu tra­ba­jo y a tu gus­to. En ter­cer lugar, no dejes de visua­li­zar la fra­se: “Yo pue­do”. La moti­va­ción es fun­da­men­tal en cual­quier cam­bio de hábi­tos. Pien­sa que segu­ro has hecho cosas más difí­ci­les en esta vida. Tú pue­des.

Hay mucha con­tro­ver­sia en ali­men­ta­ción, inclu­so la gran indus­tria que ven­de pro­duc­tos muy poco salu­da­bles nos bom­bar­dea con lo de lle­var una die­ta equi­li­bra­da. ¿En qué debe con­sis­tir una ali­men­ta­ción salu­da­ble?

Una ali­men­ta­ción salu­da­ble con­sis­te en seguir una die­ta basa­da en ver­du­ras y en la que se inclu­yan ali­men­tos pro­tei­cos como son las legum­bres, car­nes bajas en gra­sas y pes­ca­dos, hue­vos y lác­teos. Ade­más tam­bién se deben incluir fuen­tes de hidra­tos de car­bono de absor­ción len­ta (inte­gra­les). Siem­pre habría que per­so­na­li­zar­lo pero como pre­mi­sa podría­mos uti­li­zar la pro­pues­ta del “pla­to per­fec­to de Har­vard”: 50% del pla­to serían fru­tas y ver­du­ras, 25% pro­teí­nas de cali­dad –recor­dad siem­pre que las legum­bres son una fuen­te de pro­teí­nas de ori­gen vege­tal exce­len­te ade­más de las car­nes, pes­­ca- dos, hue­vos y lác­teos. Tam­bién entran aquí deri­va­dos de la soja (tofu); y un 25% de hidra­tos de car­bono: arroz, pas­ta y pan inte­gra­les. Tam­bién inclui­ría­mos en este gru­po las pata­tas.

¿Qué debe­ría­mos aña­dir y/o eli­mi­nar en nues­tra ali­men­ta­ción para que sea bue­na sin vol­ver­nos unos his­té­ri­cos?

Debe­ría­mos aña­dir más pro­duc­tos de nues­tras huer­tas, solo con esta acción es- taría­mos des­pla­zan­do de nues­tra ces­ta de la com­pra gran can­ti­dad de pro­duc­tos mal­sa­nos que en nada bene­fi­cian a nues­tra salud y nues­tros bol­si­llos. Es impor- tan­tí­si­mo que vol­va­mos a los mer­ca­dos de nues­tros barrios.

¿Qué son los súper ali­men­tos? ¿Por qué están tan de moda?

Lo de los súper ali­men­tos ha exis­ti­do siem­pre y sue­le ir por modas. Pode­mos recor­dar las bayas de goji, la soja, el bró­co­li, el kale, el bimi y una lar­ga lis­ta. Todos los ali­men­tos por sepa­ra­do tie­nen una gran can­ti­dad de vita­mi­nas y mine­ra­les, inclui­do el toma­te, inclui­do el pepino. El peli­gro de hablar de súper ali­men­tos, cuan­do en reali­dad lo son todos, es que pode­mos lle­gar a pen­sar que comien­do este ali­men­to tu salud va a me- jorar o pue­des pen­sar que comes muy salu­da­ble. Si tu ali­men­ta­ción no es salu­da­ble glo­bal­men­te de nada sir­ve incluir estos ali­men­tos en tu die­ta. De todos modos, el he- cho de que exis­ta la moda de un ali­men­to salu­da­ble siem­pre pien­so que es posi­ti­vo. Y ade­más, con­vie­ne recor­dar que cuan­tos más colo­res ten­ga tu pla­to, más nutrien­tes ten­drá. Por lo que no vale poner­se de kale has­ta las cejas.

Como nutri­cio­nis­ta, ¿se decan­ta por acon­se­jar algún depor­te en con­cre­to?

Me lo sue­len pre­gun­tar mucho en la con­sul­ta. Para mi solo exis­te un depor­te ideal y es aquel con el cual te divier­tas. Si no hay diver­sión no hay moti­va­ción. Hacer algo por cas­ti­go u obli­ga­ción no con­ven­ce a nadie así que bus­ca aque­llo que te gus­te y a por ello. Tus endor­fi­nas harán el res­to.

¿Sal­tar­se la cena pue­de ser una herra­mien­ta para bajar de peso?

Pues depen­de. Y digo depen­de por­que exis­ten estu­dios en los que perio­dos cor­tos de ayuno pue­den ayu­dar a per­der peso. Pero, como todo, no pode­mos gene­ra­li­zar y hay que valo­rar si al pacien­te le va bien y no per­ju­di­ca a su salud. Si tuvié­ra­mos que dar una pau­ta gene­ral sería inten­tar siem­pre hacer una cena lige­ra, nos sir­ve una ensa­la­da de fru­tas con yogur y nue­ces o una tor­ti­lla de cham­pi­ño­nes con una ensa­la­da de toma­te.

Las legum­bres son muy ricas pero están un poco des­pres­ti­gia­das.

Las legum­bres son un ali­men­to mara­vi­llo­so en sí, en su inte­rior alber­ga pro­teí­nas de ori­gen vege­tal e hidra­tos de car­bono. Ade­más, estos hidra­tos de car­bono como están acom­pa­ña­dos de gran can­ti­dad de fibra son de absor­ción len­ta. Con­tie­nen mine­ra­les y vita­mi­nas. Son eco­nó­mi­cas y ade­más muy ver­sá­ti­les en la coci­na, un gran recur­so para los que tene­mos que lle­var­nos el tup­per al tra­ba­jo o la escue­la.

Las sema­nas de “depu­ra­ción”… ¿son efec­ti­vas? ¿Hacen daño a lar­go pla­zo? ¿Es usted par­ti­da­ria?

Yo soy más de “tomar­me las cosas con cal­ma” y de las “rela­cio­nes esta­bles”. Hacen daño si habla­mos de edu­ca­ción nutri­cio­nal. Con ellas se pier­de todo con­cep­to de una ali­men­ta­ción salu­da­ble (hábi­to). Pare­ce que diga­mos: “oye, como lo que quie­ro (y bebo lo que quie­ro) que lue­go ya me depu­ra­ré”. Esto no fun­cio­na. Aun­que sea menos cool hay que con­ven­cer­se de que la mayo­ría del tiem­po hay que hacer­lo bien y, de vez en cuan­do, dis­fru­tar de algún capri­cho gas­tro­nó­mi­co.

El ase­so­ra­mien­to es impor­tan­te. ¿Quién debe “vigi­lar” a la per­so­na que hace la die­ta y cómo?

El que debe pau­tar y seguir la die­ta de una per­so­na debe ser un die­tis­ta nutri­cio­nis­ta. Este es un pro­fe­sio­nal de la salud gra­dua­do en la uni­ver­si­dad y así está esti­pu­la­do en el BOE. Cuan­do habla­mos de pato­lo­gías, el espe­cia­lis­ta medi­co será quien se encar­ga­rá de diag­nos­ti­car, medi­car y deri­var al pacien­te a la con­sul­ta del nutri­cio­nis­ta para pau­tar una die­ta. Es cier­to que la pro­fe­sión de nutri­cio­nis­ta es rela­ti­va­men­te joven y que ha sido ocu­pa­da por otras pro­fe­sio­nes sani­ta­rias. Eso sí, es impor­tan­te poner en valor la tera­pia mul­ti­dis­ci­pli­nar en la que dis­tin­tos pro­fe­sio­na­les de salud: médi­cos, far­ma­céu­ti­cos, enfer­me­ros, fisio­te­ra­peu­tas, psi­có­lo­gos y nutri­cio­nis­tas tra­ba­jan en con- jun­to para obte­ner la mejor de las solu­cio­nes al pacien­te. A mi nun­ca se me ocu­rri­ría por ejem­plo des­con­trac­tu­rar a alguien u ofre­cer­le una tera­pia con­tra la ansie­dad. Ni hablar de los cien­tos de coaches que exis­ten en las redes socia­les que no tie­nen for­ma­ción algu­na y se dedi­can a la ven­ta de pro­duc­tos mági­cos y que for­man par­te de empre­sas pira­mida­les. Esto sí que nos saca de nues­tras casi­llas a los que ama­mos nues­tra pro- fesión y que esta­mos por y para mejo­rar la salud de nues­tros pacien­tes.

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