Nos habéis pre­gun­ta­do por un correo elec­tró­ni­co, supues­ta­men­te del “Minis­te­rio de Sani­dad, Con­su­mo y Bien­es­tar Social”, en el que te noti­fi­can que has come­ti­do una infrac­ción por no lle­var el “cubre­bo­cas” (mas­ca­ri­lla) obli­ga­to­rio en esta cri­sis sani­ta­ria del coro­na­vi­rus y que han sido tus veci­nos quie­nes te han denun­cia­do por ello. Es un bulo. Es un correo mali­cio­so, según la Ofi­ci­na de Segu­ri­dad del Inter­nau­ta (OSI) y el Minis­te­rio de Sani­dad nos ha con­fir­ma­do que no es una comu­ni­ca­ción suya y que no tie­ne capa­ci­dad para san­cio­nar.

Des­de el Minis­te­rio de Sani­dad indi­can a Maldita.es que el correo del que os habla­mos no es suyo y que no tie­nen capa­ci­dad para san­cio­nar. Dicen que, en todo caso, corres­pon­de­ría al Minis­te­rio del Inte­rior o a las Comu­ni­da­des Autó­no­mas, a tra­vés de la Poli­cía Local.

Ade­más, la pri­me­ra vez que nos envias­teis este email fue el pasa­do mar­tes 9 de junio, pero como nos seña­lan des­de Sani­dad, el Real Decre­to Ley que con­tie­ne las nor­mas de la nue­va nor­ma­li­dad y el que esta­ble­ce las san­cio­nes de has­ta 100 euros por no usar mas­ca­ri­llas entró en vigor el 10 de junio.

Es más, el correo frau­du­len­to lo envían des­de la direc­ción “[email protected]”, que no lle­va nin­gu­na refe­ren­cia al Minis­te­rio de Sani­dad.

El correo te redirige a una web que te descarga malware 

El correo elec­tró­ni­co inclu­ye un enla­ce para que, supues­ta­men­te, te des­car­gues la noti­fi­ca­ción de la infrac­ción por no usar “cubre­bo­cas” (una pala­bra que ade­más no se usa nor­mal­men­te en Espa­ña). La cap­tu­ra que nos habéis hecho lle­gar vie­ne del correo “[email protected]”, y el mail que ha veri­fi­ca­do la OSI vie­ne del correo “[email protected]”, son muy simi­la­res.

Según expli­ca la OSI, cuan­do pin­chas sobre el enla­ce para des­car­gar la noti­fi­ca­ción, lo que ocu­rre es te redi­ri­gen a una web que te des­car­ga un fiche­ro mali­cio­so (malwa­re) en tu dis­po­si­ti­vo “bajo la excu­sa de tener que sol­ven­tar un pro­ble­ma”.

“El malwa­re tie­ne capa­ci­da­des no solo para enviar infor­ma­ción sen­si­ble del usua­rio que lo des­car­gue, sino tam­bién para cifrar la infor­ma­ción (ran­som­wa­re) del equi­po o detec­tar las pul­sa­cio­nes del tecla­do del usua­rio (key­log­ger). Ade­más, pue­de pro­ce­der a la des­car­ga de otros eje­cu­ta­bles den­tro del sis­te­ma, que podrán enviar infor­ma­ción per­so­nal del usua­rio a ser­vi­do­res exter­nos”, expo­ne la OSI.

Si te lle­ga un correo elec­tró­ni­co sos­pe­cho­so como este recuer­da que pue­des con­tac­tar con la Ofi­ci­na de Segu­ri­dad del Inter­nau­ta (OSI) del Ins­ti­tu­to Nacio­nal de Ciber­se­gu­ri­dad (INCIBE) o tam­bién pue­des uti­li­zar su línea de ayu­da en ciber­se­gu­ri­dad.

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