Un monumental libro de Miguel Ángel Montes Beltrán, Morera, y ya está, y el documental Mario Camus según el cine, dirigido por Sigfrid Monleón y programado el pasado domingo 2 de julio en la serie Imprescindibles de La 2, son notables logros de dos indiscutibles clásicos de la cartelera Turia en los años ochenta. Dos críticos con una reconfortante independencia y magnífico estilo literario. Siempre cultos y convincentes, y a menudo polémicos, lo que nunca está mal. El reencuentro con ellos, en esta ocasión a través de sus obras, han sido dos estupendos regalos culturales del Verano 2023.

El dra­ma­tur­go y exdi­rec­tor de la Mos­tra de Valèn­cia José María More­ra.

More­ra, y ya está (Shan­gri­la, junio de 2023) es un curio­so títu­lo cuya moti­va­ción la des­cu­bre el lec­tor al final de las 950 pági­nas del monu­men­tal libro). El libro nos des­cri­be, de modo por­me­no­ri­za­do, la his­to­ria vital y pro­fe­sio­nal de José María More­ra (Valen­cia, 1934-Onda­­ra, 2017), uno de los direc­to­res tea­tra­les más pres­ti­gio­sos de los años 60–80 (Pre­mio Nacio­nal en 1969 y 1973 y Pre­mio de la Crí­ti­ca de Bar­ce­lo­na en 1966 y de Madrid en 1973). More­ra fue asi­mis­mo direc­tor de la Mos­tra de Valen­cia en los años ochen­ta y miem­bro del Con­sell Valen­cià de Cul­tu­ra des­de noviem­bre de 1995 has­ta julio de 2011.

More­ra, y ya está, «es la his­to­ria de un niño soli­ta­rio y obser­va­dor que inven­tó un tea­tri­to en el bal­cón para pro­te­ger­se de la cruel­dad o la estu­pi­dez de los adul­tos en una ciu­dad devas­ta­da por la gue­rra, y de cómo, ya cre­ci­do, no supo o no qui­so aban­do­nar ese refu­gio, más ver­da­de­ro para él que la anti­pá­ti­ca reali­dad. De cómo, en fin, a base de tena­ci­dad y mucho tra­ba­jo, se con­vir­tió en un impor­tan­tí­si­mo direc­tor de tea­tro. Es una his­to­ria como la mayo­ría: feliz y des­di­cha­da, de triun­fo y de fra­ca­so, con sus heroi­ci­da­des y sus clau­di­ca­cio­nes, deseos cum­pli­dos y nece­si­da­des insa­tis­fe­chas, espe­cial y vul­gar (…) A tra­vés de la his­to­ria par­ti­cu­lar de un hom­bre, se tras­lu­cen muchas otras de per­so­nas poseí­das, como él, por una voca­ción, por excén­tri­ca que sea, y, más impor­tan­te, por una visión», comen­ta Mon­tes.

La idea ori­gi­nal era la de rodar un docu­men­tal sobre José María More­ra, según un pro­yec­to de Ángel Mar­tí­nez (pro­duc­tor inde­pen­dien­te), que le ofre­ce la direc­ción a Miguel Ángel Mon­tes Bel­trán. El 15 de noviem­bre de 2016, Ángel y Miguel Ángel via­jan a Onda­ra, don­de resi­de More­ra, que a sus 82 años sufre un Par­kin­son devas­ta­dor. Ángel y Miguel Ángel (con la cáma­ra) le hacen una entre­vis­ta de 43 minu­tos y 12 segun­dos, tiem­po máxi­mo «que resis­te este anciano tan frá­gil como la memo­ria del tea­tro en Espa­ña».

El 7 de junio de 2017, nue­vo via­je a Onda­ra para rodar lo que será el epí­lo­go del docu­men­tal, casi pre­mo­ni­to­rio: el final de More­ra lle­ga­rá en la maña­na del lunes 28 de agos­to. Hay que replan­tear­se el enfo­que del tra­ba­jo: «Por exce­so de entu­sias­mo, el resul­ta­do sale dema­sia­do lar­go para los cáno­nes impe­ran­tes en el sec­tor audio­vi­sual: equi­val­dría a una tri­lo­gía de docu­men­ta­les de 90 minu­tos cada uno».

Y se readap­ta todo el pro­yec­to: en vez de un audio­vi­sual, con el mate­rial al que se ha teni­do acce­so (las decla­ra­cio­nes de More­ra, sus manus­cri­tos, sus archi­vos, su corres­pon­den­cia, sus fotos pro­fe­sio­na­les…) se con­vir­tie­ron en los tex­tos de un libro de gran­des dimen­sio­nes (amplio for­ma­to, casi un millar de pági­nas) en el que apa­re­cen tes­ti­mo­nios, imá­ge­nes y recuer­dos de, ade­más del pro­pio More­ra, tam­bién de nume­ro­sos acto­res, actri­ces, pro­duc­to­res, auto­res y crí­ti­cos tea­tra­les (Agus­tín Gómez-Arcos, Gem­ma Cuer­vo, Arca­dio Baque­ro, Fran­cis­co Nie­va, María Lui­sa Pon­te, Enri­que Llo­vet, José María Pou, José Mon­león, Fran­cis­co Bri­nes, Fer­nan­do Colla­do, José Sacris­tán, María Lui­sa Mer­lo, Ana María Bar­bany, Gua­da­lu­pe Muñoz Sam­pe­dro, Ire­ne Dai­na, Car­men Mar­tín Gai­te, Anto­nio D. Olano, Vicen­te Parra, Lola Car­do­na, Ana Dios­da­do…).

En defi­ni­ti­va, el libro cuen­ta la his­to­ria del tea­tro espa­ñol, tan­to en los pro­pios esce­na­rios como entre bas­ti­do­res, en unos años difí­ci­les y siem­pre con el ambi­cio­so empe­ño de repre­sen­tar obras de gran­des auto­res, unas veces con éxi­to y otras con ines­pe­ra­dos pati­na­zos comer­cia­les. Este libro, reple­to de intra­his­to­rias, emo­cio­na­rá a todos los aman­tes del tea­tro.

A propósito de Camus

Abor­de­mos aho­ra el últi­mo tra­ba­jo (el últi­mo cono­ci­do por mí) de Sig­frid Mon­león. Hace un par de días vimos en La 2 Mario Camus según el cine (por cier­to, otro títu­lo curio­so). Las imá­ge­nes están gra­ba­das en el últi­mo año de vida de Mario Camus (San­tan­der, 1935–2021). Es un docu­men­tal sobrio y muy intere­san­te que enla­za frag­men­tos de las pelí­cu­las de Mario Camus con bre­ves comen­ta­rios de Sig­frid y del pro­pio Camus.

No es tarea fácil ana­li­zar de mane­ra ecuá­ni­me la tra­yec­to­ria de Camus: su pelí­cu­la Los san­tos ino­cen­tes (1984), basa­da en la nove­la homó­ni­ma de Miguel Deli­bes, es para muchos la mejor del cine espa­ñol. En ese pues­to de honor ha figu­ra­do en algu­nas encues­tas.

Otros títu­los suyos, per­so­na­les, arries­ga­dos y de resis­ten­cia anti­fran­quis­ta (¡en ple­na dic­ta­du­ra de Fran­co!) son Con el vien­to solano (1967) o La cóle­ra del vien­to (1971), tra­ba­jos que con­vi­ven con otros al ser­vi­cio de Raphael (Cuan­do tú no estás, 1966; Al poner­se el sol, 1967; Digan lo que digan, 1968: las tres fun­cio­na­ron muy bien en taqui­lla) o al de la mis­mí­si­ma y devo­ra­do­ra (cine­ma­to­grá­fi­ca­men­te hablan­do) Sara Mon­tiel (Esa mujer, 1969, con guion de Anto­nio Gala). Tra­ba­jos ali­men­ti­cios roda­dos con ele­gan­cia y en los que Camus acep­tó de mane­ra dis­ci­pli­na­da, como el buen super­vi­vien­te que fue, las seve­ras reglas del jue­go comer­cial.

Valiosas trayectorias

 Miguel Ángel Mon­tes (Valen­cia, 1958) escri­bió, ade­más de en la car­te­le­ra Turia, tam­bién en la revis­ta Con­tra­cam­po y en otras publi­ca­cio­nes. Autor del libro de rela­tos La vida entre otras cosas (Shan­gri­la, 2023), fue el ope­ra­dor de Cada ver es… (Ángel Gar­cía del Val, 1980–81) y de La bici­cle­ta (Sig­frid Mon­león, 2005), y diri­gió, entre otras pelí­cu­las, Cha­pao, cró­ni­ca de un reto (1996), Sur­vi­vir. Reta­zos cen­tro­ame­ri­ca­nos (1998) o Esce­nas de la lucha de cla­ses (2003). El catá­lo­go del II Mun­dial Cine­ma Film Fest se refie­re a él como «cineas­ta de insó­li­ta y majes­tuo­sa tra­yec­to­ria».

Una tra­yec­to­ria que pode­mos cali­fi­car de ‘alter­na­ti­va’ a los plan­tea­mien­tos empre­sa­ria­les al uso. El mun­do de Miguel Ángel es otro mun­do. Y nun­ca ha llo­ra­do por las esqui­nas. Es un gran resis­ten­te, ajeno a todo vic­ti­mis­mo.

Sig­frid Mon­león (Valen­cia, 1964), direc­tor de cine y direc­tor tea­tral, ha sido nomi­na­do al pre­mio Goya en varias oca­sio­nes. En 2002 lo fue por el guion de La isla del holan­dés, en 2005 por el docu­men­tal de varios auto­res Hay moti­vo, en 2008 por el docu­men­tal El últi­mo tru­co (sobre la vida y obra de Emi­lio Ruiz del Río, extra­or­di­na­rio crea­dor de efec­tos espe­cia­les) y en 2009 por la pelí­cu­la El con­súl de Sodo­ma, basa­da en la vida del poe­ta Jai­me Gil de Bied­ma (1929–1990).

Para el tea­tro, diri­gió en 2011 La ren­di­ción en el Tea­tro María Gue­rre­ro de Madrid, para iti­ne­rar pos­te­rior­men­te por Espa­ña, Bue­nos Aires, Nue­va York y Edim­bur­go, con adap­ta­ción e inter­pre­ta­ción de Isa­be­lle Stof­fel. En 2018 vol­vió a cola­bo­rar con Stof­fel para el mon­ta­je de En tie­rra, adap­ta­ción del monó­lo­go Groun­ded, de Geor­ge Brant. Esta obra se repre­sen­tó en el tea­tro del Barrio de Madrid y en el Rial­to de Valen­cia.

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