Ay, el verano. Inclu­so en este año 2020 tan raro que esta­mos vivien­do, su lle­ga­da ha sido impa­ra­ble y ya lo tene­mos aquí. Con su calor sofo­can­te, sus mos­qui­tos y sus acci­den­tes pla­ye­ros. Y sus mon­to­nes de bulos sobre cómo solu­cio­nar estos pro­ble­mas que siem­pre creí­mos y no son ver­dad. En Mal­di­ta Cien­cia que­re­mos ayu­da­ros a aban­do­nar solu­cio­nes inú­ti­les, así que aquí va, una edi­ción vera­nie­ga para cuan­do, por suer­te y ape­sar de pan­de­mias, estás a pun­to de irte de vaca­cio­nes (en otras pala­bras: te hue­le el culo a pla­ya).

Orina para las picaduras de medusa

Este bulo se lo debe­mos sin duda a los guio­nis­tas de Friends, que en un capí­tu­lo hicie­ron a Chand­ler ori­nar sobre Moni­ca para ali­viar­le una pica­du­ra de medu­sa. ¿Y fun­cio­na? Pues depen­de. Uno de los com­po­nen­tes de la ori­na, el amo­nia­co, pue­de ali­viar el esco­zor de la pica­du­ra, pero tam­bién pue­de empeo­rar­lo rápi­da­men­te.

Según la Ame­ri­can Che­mi­cal Society, de hecho ori­nar sobre una pica­du­ra de medu­sa es una terri­ble idea. El moti­vo es que al picar­te, una medu­sa te deja sobre la piel unas célu­las lla­ma­das nema­to­cis­tos, capa­ces de seguir libe­ran­do veneno inclu­so cuan­do ya se han des­pren­di­do del ani­mal. Cual­quier cam­bio o pre­sión que reci­ban pue­de aumen­tar su acti­vi­dad, y la ori­na es uno de esos cam­bios, al no pre­sen­tar ni la mis­ma sali­ni­dad ni la mis­ma tem­pe­ra­tu­ra que el agua del mar.

Así que si a ti o a un cono­ci­do os pica una medu­sa en la pla­ya, olví­da­te del incó­mo­do momen­to de suge­rir lo de la ori­na… En vez de eso, opta por las solu­cio­nes más efi­ca­ces según las evi­den­cias cien­tí­fi­cas: el pro­pio agua del mar (esta vez sin medu­sas) y el vina­gre.

Las famosas dos horas de digestión

A muchos nos lo gra­ba­ron a fue­go en el cere­bro cuan­do éra­mos peque­ños, tan­to que toda­vía de mayo­res nos da repa­ro sal­tar­nos la regla de espe­rar dos horas des­pués de comer antes de vol­ver a bañar­nos para que no se nos cor­te la diges­tión. Bien, pues aquí hay una mez­cla de bulo y ver­dad.

via GIPHY

Es un bulo que por bañar­te des­pués de comer se te vaya a cor­tar la diges­tión y te vayas a aho­gar. Pri­me­ro, por­que la diges­tión no siem­pre dura lo mis­mo, y los ali­men­tos pue­den estar en nues­tro estó­ma­go has­ta 4 o 5 horas, así que ese perio­do impues­to de 2 horas de mora­to­ria para los baños es algo arbi­tra­rio. Y segun­do, por­que aun­que las diges­tio­nes sí pue­den cor­tar­se por un sobre­sal­to, nor­mal­men­te des­pués, o bien se reanu­dan y no pasa nada, o bien se vomi­ta (que es algo des­agra­da­ble, pero no gra­ve, y tam­po­co pasa nada).

En reali­dad, a lo que los padres se refie­ren con un “cor­te de diges­tión” es lo que se lla­ma sín­co­pe de hidro­cu­ción y no está rela­cio­na­do con haber comi­do antes, sino con un cam­bio brus­co de la tem­pe­ra­tu­ra cor­po­ral: cuan­do nues­tro cuer­po está a una tem­pe­ra­tu­ra alta y nos mete­mos de gol­pe en el agua fría. Pue­de ocu­rrir con el estó­ma­go lleno o vacío, des­pués o antes de comer… De hecho tam­bién pue­de ocu­rrir sin meter­nos en el agua, si esta­mos muy aca­lo­ra­dos y bebe­mos de gol­pe mucho líqui­do frío.

Eso no quie­re decir que bañar­se jus­to des­pués de comer sea una gran idea. Nor­mal­men­te son las horas de mayor inten­si­dad solar y el ries­go de inso­la­ción es muy alto. Si aun así te lo pien­sas, las reco­men­da­cio­nes médi­cas son entrar en el agua poco a poco, moján­do­se pri­me­ro las pier­nas, los bra­zos y la cabe­za para ate­nuar el cho­que tér­mi­co.

Ultrasonidos contra los mosquitos y el bulo de la sangre dulce

Todos hemos teni­do uno en casa en algún momen­to: un apa­ra­to de ultra­so­ni­dos que nos pro­me­tía librar­nos de los moles­tos mos­qui­tos sin tener que untar­nos potin­gues prin­go­sos de olor des­agra­da­ble. ¡Bien­ve­ni­das esas ven­ta­nas abier­tas al refres­car la tar­de si vie­nen libres de pica­du­ras pica­jo­sas!

Pero no tan rápi­do por­que en reali­dad esos apa­ra­tos no sir­ven para nada: en un estu­dio con­tro­la­do, los auto­res con­clu­ye­ron que entre una casa con apa­ra­to de ultra­so­ni­dos y una casa sin él, no hay dife­ren­cia en cuan­to a las pre­fe­ren­cias de los mos­qui­tos para entrar y pico­tear.

via GIPHY

No es el úni­co bulo. ¿Cuán­tas veces te han dicho que los mos­qui­tos te pican más por­que tie­nes la “san­gre dul­ce”? La ver­dad es que el azú­car no tie­ne nada que ver en esto. Los mos­qui­tos (de hecho, las mos­qui­tas, ya que solo nos pican las hem­bras) lo que bus­can no es el azú­car, sino las pro­teí­nas de nues­tra san­gre.

Sobre por qué pican a unas per­so­nas más que a otras, la res­pues­ta no está cla­ra. Pare­ce que a los mos­qui­tos les atraen varias cosas de noso­tros: el CO2 que expul­sa­mos al res­pi­rar, nues­tro calor y nues­tro olor cor­po­ral. Eso pue­de expli­car sus pre­fe­ren­cias, aun­que no hay un patrón úni­co y cada ani­mal de cada espe­cie pare­ce decan­tar­se por per­so­nas dis­tin­tas.

Y una vez que te han picado…

Si eres de los ele­gi­dos como dia­na, al día siguien­te sen­ti­rás la ten­ta­ción de ras­car­te has­ta casi des­pe­lle­jar­te. ¡No lo hagas! Al ras­car­te la pica­du­ra tu cuer­po libe­ra­rá his­ta­mi­na, una sus­tan­cia que for­ma par­te de la res­pues­ta inmu­no­ló­gi­ca de tu cuer­po y que hará que te pique aún más.

Si estás moreno no necesitas protector solar

No es ver­dad. El color que tu piel coge con el sol es una res­pues­ta a la pro­pia agre­sión que supo­ne la radia­ción solar en la piel, así que el pro­tec­tor solar sigue sien­do una bue­na for­ma de cui­dar­la, tan­to antes de coger color como des­pués. Esto tam­bién se apli­ca a las per­so­nas que tie­nen la piel más oscu­ra de naci­mien­to.

via GIPHY

El moti­vo es que si bien la piel cla­ra tie­ne un mayor ries­go de que­ma­du­ra, daño solar y cán­cer de piel, el ries­go tam­bién exis­te para todos los demás, así que nadie debe­ría des­cui­dar su pro­tec­ción ante el sol. De hecho, expli­ca la Aca­de­mia Ame­ri­ca­na de Der­ma­to­lo­gía, en per­so­nas de piel más oscu­ra un cán­cer de piel gene­ral­men­te se diag­nos­ti­ca en eta­pas más avan­za­das, lo cual difi­cul­ta el tra­ta­mien­to y empeo­ra el pro­nós­ti­co.

Para combatir el calor, ¿bebida fría o caliente?

Pues aun­que parez­ca raro, calien­te. No es lo que más ape­te­ce cuan­do aprie­ta el sol en verano y a la som­bra supe­ra­mos los 35 gra­dos, pero según un estu­dio, beber algo calien­te es una for­ma más efi­cien­te de hacer fren­te al calor que beber algo frío.

via GIPHY

El razo­na­mien­to de los inves­ti­ga­do­res es que al beber algo calien­te se esti­mu­lan las célu­las ter­mo­sen­so­ras de la boca y la gar­gan­ta, con lo que se esti­mu­lan las glán­du­las sudo­rí­pa­ras, y al sudar y eva­po­rar­se el sudor eli­mi­na­mos más calor que el que nos ha apor­ta­do la bebi­da, de for­ma que al final hemos con­se­gui­do refres­car­nos.

Por el mis­mo moti­vo pue­de ser una bue­na idea comer ali­men­tos pican­tes. Este tipo de comi­da esti­mu­la los mis­mos ter­mo­sen­so­res de la boca, hacien­do que sin­ta­mos calor, favo­re­cien­do que sude­mos y así ayu­dan­do a refres­car­nos. 

Comparte esta publicación

amadomio.jpg

Suscríbete a nuestro boletín

Reci­be toda la actua­li­dad en cul­tu­ra y ocio, de la ciu­dad de Valen­cia