Hoy en día, la intersección entre el mundo de los datos digitales y la economía es una de las claves del comercio global. Para que ese comercio se convierta en prosperidad para la mayoría, deben existir instituciones inclusivas. César Hidalgo nos da su visión sobre ello y nos explica su alfabeto infinito del conocimiento.
Actualmente, César Hidalgo es profesor e investigador de ciencia de datos en la Toulouse School of Economics, desde donde dirige el Centro de Aprendizaje Colectivo, un laboratorio de investigación multidisciplinar con oficinas en Toulouse (Francia) y Budapest (Hungría); y desde el que lidera Rankless, una plataforma experimental de visualización de datos directos que permite explorar interactivamente el impacto de miles de universidades sin necesidad de rankings. César es autor de tres libros: El atlas de la complejidad económica (Harvard Press), El triunfo de la información (Debate) y Cómo los humanos juzgan a las máquinas (MIT Press). Y ahora está en el trance publicar su cuarto libro: El alfabeto infinito, un libro del que tenía muchas ganas de hablar con él, ya que en el volumen intenta resumir las leyes que rigen la creación, difusión y valorización general del conocimiento productivo.
Las instituciones democráticas, sólidas e inclusivas, promueven la prosperidad
Adolfo Plasencia: César, en un paper reciente de tu grupo, reproducíais un resultado clásico sobre el comercio atlántico al validar vuestras estimaciones históricas del PIB per cápita procesadas mediante aprendizaje automático. Política y economía son ámbitos relacionados.
Los economistas del MIT Daron Acemoglu, Simon Johnson, y el politólogo James Robinson, de la Universidad de Chicago, han esclarecido la relación entre sistemas políticos y crecimiento económico y, por ello, han sido galardonados con el Premio Nobel 2024 de Ciencias Económicas. Estos científicos han demostrado empíricamente, en una investigación de dos décadas, que la estructura de las democracias liberales, con instituciones fuertes e inclusivas que respeten el Estado de derecho y los derechos individuales es una fórmula que bien estructurada, con separación de poderes, etc., ha generado una mayor actividad económica y de riqueza.
Según la Academia Sueca, en su argumentación del Premio, Acemoglu, Johnson y Robinson distinguen entre gobiernos políticos «inclusivos», que son los que amplían al máximo las libertades políticas y los derechos de propiedad, al tiempo que hacen cumplir las leyes, proporcionan infraestructuras públicas. En cambio, no ocurre igual en los sistemas políticos «extractivos», que son aquellos en los que el poder lo ejerce de facto una pequeña élite.
Por otra parte, consideran que, dado que el crecimiento económico depende en gran medida de la innovación tecnológica generalizada, los avances económicos sólo se mantienen en países que promueven una serie de derechos individuales, incluidos los derechos de propiedad, que dan a más personas el incentivo para inventar cosas. Las élites pueden resistirse a la innovación, el cambio y el crecimiento para aferrarse al poder, pero sin un Estado de derecho con formas estables de derechos, la innovación y el crecimiento se estancan.
«Tanto la inclusión política como la económica son decisivas y sinérgicas», afirmó Daron Acemoglu durante la conferencia de prensa del MIT que anunció su Premio. Pero hay quienes no están de acuerdo con esa fórmula. Por ejemplo, China, que discute que la democracia sea el mejor sistema para gobernar la sociedad.
¿Qué opinas tú en relación a estas ideas que han sido premiadas con el Premio Nobel de economía de 2024?
César Hidalgo: Por un lado, este Premio Nobel de economía, creo que tiene un mérito importante al reconocer la relevancia de las instituciones en el desarrollo de las economías. Es un punto que es muy válido y que no solo lo han investigado ellos sino también otras personas, pero parte del mérito de la investigación de Acemoglu, Johnson y Robinson es que la desarrollaron con las técnicas empíricas que se consideran válidas dentro de la econometría moderna y lo hicieron de una forma más o menos temprana, hace ahora 20 años.
Por otra parte, lo que quizás muchas veces se pierde en este mensaje y que en varios de sus textos no clarifican, es que cuando hablamos de instituciones estamos hablando de muchas cosas distintas. Este término contiene una gran bolsa de conceptos que quizá la podemos dividir en dos, o tal vez tres dimensiones, que son importantes. La primera, es que uno puede comprobar que existen instituciones formales, pero también informales. Estas últimas son las que nosotros asociamos a costumbres o a culturas concretas, ya que también hay reglas de comportamiento que no están codificadas por ley. Por otro lado, tenemos instituciones políticas y también económicas. Hoy hay países con gobierno autoritario y sistema económico capitalista, pero también los hay incluso con un gobierno democrático, quizá no muy favorable al capitalismo, pero esas instituciones son distintas, aunque se les llame igual.
Adolfo: ¿Qué quiere decir para ti que una institución es inclusiva y en qué contexto?
César: Eso es algo difícil definir en el contexto global. Creo que nosotros vemos hoy en día en el mundo, en esto, dos cosas. Una, que lo que motiva mucho a hacer esta investigación es que, después de la segunda Guerra Mundial, ocurrieron ciertos experimentos naturales bien conocidos de países que se dividieron en dos instituciones políticas distintas. Por ejemplo, Alemania Oriental y Occidental, Corea del Norte y de Sur, que son los dos casos emblemáticos… Y, en ambos, hubo una divergencia muy importante en el desarrollo de esas economías a futuro. Pero, por otra parte, esos experimentos mezclaban diferentes regímenes políticos y sistemas económicos. Más recientemente, se da el caso de algún país con sistema político ligado a un determinado contexto anterior, que ahora ha cambiado su sistema económico, lo cual ha generado grandes cambios. Y hay casos de gobiernos autoritarios que han tenido muy buen desempeño en lo que es crecimiento económico. Es el caso de China que tiene una misma institución política y una institución económica estatal que en 1978 cambia, preservando después de cierta manera su sistema político. Desde ese momento, su economía se modificó completamente.
Adolfo: La de China se ha vuelto una economía muy capitalista
César: Sí, claro. Hoy, China es un país extremadamente capitalista. Y, hoy en día gana una nueva visión de la República de China en el contexto de las instituciones económicas, preservando en ese país un poder político de partido único. En Asia es un ejemplo muy relevante, pero en ese continente, en general, hay una tradición de gobiernos fuertes que se han ido alineando con el sistema capitalista y han tenido buen desempeño en el desarrollo. Malasia también es un país que ha sido capaz de generar un enorme crecimiento desde los años 80, a través de un comportamiento capitalista hasta hoy en día.
Entonces, cuando hablamos de qué son las instituciones inclusivas, quizá hay una interpretación que quizá es más una ilusión que realidad al interpretar esas instituciones inclusivas como si fueran instituciones políticas de la democracia liberal. Pero lo que muestra lo que está sucediendo es que estas instituciones económicas son realmente las decisivas en su sociedad, y sus instituciones políticas se mantienen como marco siempre y cuando tengan un cierto nivel de funcionamiento con capacidad de gobierno lo cual es algo distinto a lo que en occidente entendemos por institución.
Uno puede tener una democracia incapaz o un gobierno autoritario incapaz también. O una democracia capaz, o un gobierno autoritario capaz, desde el punto de vista económico. Esta capacidad de gobierno que es algo distinto de la institución política y la económica, quizá son las que realmente están importando para la prosperidad general de esas sociedades según los datos que tenemos.
El equilibro en las economías entre lo público y lo privado
Adolfo: No quiero olvidarme de tratar contigo de otro tema importante. En general, en el gran Atlas de Complejidad Económica habláis de las economías de los países. En todos los países la economía tiene una parte pública y una parte privada. La profesora Mariana Mazzucato, a quien tú conoces, dice que la colaboración entre lo público y lo privado es esencial. En uno de sus últimos artículos, ella dice que la parte pública está siendo vaciada, desde el exterior, de lo mejor de su inteligencia que, por causas económicas y de otro tipo, se está desplazando a consultoras privadas. El ex-subdirector de la NASA dijo que eso está pasando con esa gran institución pública, la NASA, declarando que «…a este paso no quedará en la NASA nadie que sepa hacer ni siquiera un buen pliego de condiciones».
Pero, al tiempo sabemos que hay críticas bien fundadas sobre que lo público, se acaba volviendo muy burocrático ¿Cómo piensas que debe mantenerse para el bien de la sociedad en su conjunto el equilibrio en la economía entre lo público y lo privado?
César: Lo primero que debemos hacer es cuestionarnos si estamos de acuerdo sobre si ese diagnóstico está en lo cierto. En mi caso, hay una parte de ese diagnóstico con la que estoy de acuerdo. En una parte de occidente, si bien en unas áreas más que en otras, hay una pérdida de capacidad del Estado. Por ejemplo, yo me acuerdo de que en EE.UU. me impresionaba siempre lo que eran capaces de demorarse o tardar en resolverse los trabajos públicos. Arreglar una acera era algo que se podía demorar años y podía costar millones. Dicen que EE.UU. tiene tanta riqueza que es capaz de aguantar un nivel muy muy alto de ineficiencia. Pero ¿es la causa de esa pérdida de capacidad del Estado el hecho de que existan empresas consultoras o externas que los Estados contratan para resolver tantas cosas? Esa es una pregunta muy distinta.
Que exista una pérdida de capacidad del Estado y que existan las consultoras como mecanismo causal, es algo que en el caso de Mazzucato se argumenta de manera discursiva, pero no de manera estadística y empírica. Puede ser que el hecho de que las consultoras participen en proyectos para los gobiernos, es un síntoma de la pérdida de capacidad de ellos y no la causa de la pérdida de capacidad de los gobiernos y, con ello, del Estado. La causalidad inversa es muy probable en este caso y que, como los gobiernos la perdieron, buscan contratar más afuera porque no tienen esa capacidad interna, pero no es que por contratar afuera por lo que perdieron esa capacidad.
Adolfo: ¿Puede de ser por eso la pérdida de prestigio general de lo público y que, por ello, la mejor gente se va fuera de la función pública?
César: Puede ser, pero podría haber otras causas. Quizá el prestigio; quizá sea que los salarios no son competitivos; tal vez la carga burocrática es incómoda e inconveniente para las personas, porque les impide ser eficaces; o quizá la seguridad laboral es menor en un mundo en que la continuidad depende de las siguientes elecciones. Todas esas cosas pueden causar que las organizaciones vayan cambiando personas de manera muy frecuente y, a medida que las organizaciones son incapaces de mantener los equipos, muchas veces pierden conocimiento. En ese contexto, el público es un espacio típico con mucha rotación. Es frecuente en él que haya personas que pasan por muchos cargos técnicos distintos a lo largo de una carrera profesional larga.
Adolfo: ¿Pero el equilibrio entre lo público y privado está empeorando en su eficiencia?
César: No me queda claro que la causalidad sea la búsqueda de la solución en lo privado. Lo que he dicho puede ser un síntoma. Para saber si es causa o no, hay que tener un estudio estadístico empírico que permita aislar el mecanismo y estudiarlo. Averiguar la causa no es un ejercicio discursivo sino empírico que requiere aislar los factores causales para saber si es uno, o es otro. Y puede haber múltiples. Vivimos en un mundo muy complejo.
Creo que pensar de esa forma ese desequilibrio no es la manera correcta de pensar en ello por lo siguiente. La fracción de las labores o tareas que representan lo público y o privado no es un insumo que genera un cierto desempeño del sistema, sino que uno lo puede pensar como una consecuencia que viene dada por mecanismos que están tratando de buscar un mejor desempeño, para que sea más eficaz. Tenemos hoy un mundo muy complejo en el que el sector público no tiene ciertas capacidades. Si forzamos que esas tareas se hagan en el sector público vamos a tener un problema porque no se podrán hacer de la mejor manera. Y eso es muy importante porque esa manera incorrecta de pensar ocurre mucho en un contexto en el que los gobiernos tratan de imitarse los unos a los otros.
Por ejemplo, en Latinoamérica ocurre mucho y puedes oír «es que en Dinamarca el gobierno hace esto»… pero igual resulta que la capacidad del gobierno de Dinamarca es muy distinta a la del gobierno de Ecuador. Y puede ser que si, a personas del gobierno de Ecuador, les dices que hagan las mismas tareas que el de Dinamarca, aunque les pongas más dinero, es probable que no sean capaces de hacerlas. La misma mezcla de público y privado en Dinamarca es muy probable que funcione en el país europeo y no en Ecuador. Hay algo muy importante: eso no es un insumo, es un resultado. Si lo piensas como un insumo vas a estar copiando una fórmula para hacer algo para lo que no tienes los ingredientes.
La economía global de las plataformas
Adolfo: Hablemos de la economía global de las plataformas. En el Atlas de la Complejidad Económica del que tú eres co-autor, habláis de muchos detalles de las economías de los países y sobre cómo evolucionan. Pero hay una nueva capa de la economía, que es global: la economía de las plataformas que se superpone por encima de la de muchos países, a la vez, afectándola. Por ejemplo, extrayendo valor de las economías de los países sin pagar impuestos locales y, según la visión económica clásica, parece que sin dejar puestos de trabajo, ni apenas nada, a cambio. Y, gracias a la tecnología, son capaces de competir con los negocios locales por el consumo físico o virtual de las personas incluso en su contexto local, pero a distancia, gracias a la tecnología. Por ejemplo, Google compite con su publicidad por la atención y el tiempo de los clientes del barrio del quiosco de mi esquina, gracias a la conexión personal y ubicua. Parecería un sistema de tele-extracción económica.
César: Bueno, te digo mi forma de verlo. Hay que entender qué es lo que hacen los negocios ¿Qué es lo que hace un negocio? Las empresas satisfacen necesidades.
Ellas generan un valor a cambio de un intercambio. Tú no puedes como empresa extraer un valor que no generas. Estás en ese contexto de la generación de valor. Por ejemplo, si eres una empresa en un contexto publicitario. Por ejemplo, ahora Google es capaz de publicar anuncios de empresas locales con lo que éstas pueden llegar a nuevos clientes y eso les genera un ingreso. Eso generó un valor localmente a pesar de que no está generado por un empleado local de Google en ese sitio de la geografía, sino que la está generado porque Google y esas empresas locales se cruzaron en ese servicio. Esa empresa local, no generarían con los anuncios así ese valor, porque deberían poner esos anuncios en un sistema local, por ejemplo, contratar los anuncios en un diario local o en las paradas de autobús de su ciudad.
Adolfo: Pero no sé si sabes que Google ha prohibido en Alemania, Francia y España los anuncios de cerrajeros porque estaban abusando en emergencias del precio de abrir una puerta porque algunos de los cerrajeros cobraban burradas por ello, dando lugar al Timo del cerrajero. La justificación de cobrar tanto que ponían algunos profesionales es que para posicionarse agresivamente entre los primeros en las búsquedas de Google en el móvil tenían que pagar el precio de estar el primero en las búsquedas en su ciudad, porque debía pagar el enorme precio que alcanzaba su anuncio en la subasta dinámica de publicidad de Google para salir primeros o muy arriba en las búsquedas.
César: Hay situaciones muy apremiantes que son críticas en las que puede haber asimetrías o abusos, pero no se pueden decir que todas las situaciones sean equivalentes a eso. Por ejemplo, como el servicio de buscar un peluquero para lo que puedes esperar, a pasado del fin de semana.
Adolfo: En tus trabajos de ciencia de datos comparáis economías de diversos países y sus datos, pero ¿tú crees que la economía global de las plataformas virtuales, que se superpone a la todas las geografías, forma parte de la economía de los países?
César: Todas las economías están superpuestas, sea por productos físicos, sea por servicios o bien sea por bienes digitales. No hay ninguna ciudad que pueda existir sin comercio. Por eso el puerto de Valencia está lleno de contenedores. Importa aquello que no produce. La economía de las plataformas digitales es un sector que está muy orientado a la exportación. Ha nacido exportador. Y es una componente de la economía muy importante porque las exportaciones no son lo mismo que la actividad local, porque la actividad local no te permite importar porque tú solo eres capaz de importar lo mismo que eres capaz de exportar. Hay una cierta balanza comercial en importación y exportación. Entonces, si tu generas valor localmente en los restaurantes, peluquerías, etc., con solo productos de producción local, cuando quieres importar algo no puedes usar ese valor, porque ese valor no tiene valor afuera. O sea, que tú tienes que generar un valor fuera para poder comprar algo que también fue generado afuera.
Entonces, todos estos productos y servicios digitales los servicios SaaS (software como servicio), las plataformas digitales de suscripción son capaces de generar empresas que nacen exportando y por tanto, entran inmediatamente desde el principio en un mercado global es que muy atractivo desde el punto de vista económico porque las exportaciones tienen esa propiedad que la producción local no tiene. En ese contexto es un espacio extremadamente competitivo para la economía global. Por eso importa tanto ese comercio que no es lo mismo que la actividad local. Tú no puedes comprar con la producción local lo que compras a través del comercio internacional o interregional y si no tienes esa capacidad de exportar productos digitales pierdes parte de tu balanza comercial.
Adolfo: Tú, normalmente llevas puesta la chaqueta de científico de datos e investigador; pero en el MIT Media Lab, donde te conocí, en un momento dado te pusiste también la chaqueta de emprendedor y fundaste la empresa DATAWHEEL, cuya web obtuvo por su diseño el Premio Webby y el German Design Award, entre otros ¿Qué tipo de chip hay que cambiar mentalmente para pasar de un papel a otro, hasta llegar a actuar como emprendedor y empresario?
César: Es un cambio simple, pero a la vez muy profundo. Como investigador yo me debo a la curiosidad, me debo a pensar cuáles son las preguntas que debemos hacernos y debemos responder y a cómo hacerlo de la mejor manera. Como emprendedor uno no está ahí para satisfacer curiosidad personal o intelectual o social e iluminar al mundo. Uno actúa como emprendedor para satisfacer necesidades que existan en otras personas y que uno puede ser capaz de satisfacer de una mejor forma de las que ellos se las pueden satisfacer de manera individual o grupal. Y, uno, puede venderles esa mejor capacidad de satisfacer su necesidad. Ese cambio de pasar desde tratar de satisfacer una curiosidad científica a tratar de innovar en la generación de conocimiento para conseguir satisfacer las necesidades de otros, es lo que es para mí pasar a ser empresario.
Adolfo: Tratando de ser rentable y de que los ingresos sean más que los gastos.
César: Exacto, claro. Pero como empresario siempre resolviendo bien las necesidades.
Esto va siempre acerca de las necesidades. Y eso es muy importante porque hay mucho emprendimiento inocente que trata de avanzar a través de una tecnología sin saber qué necesidad satisface. Pero hasta que uno no sabe qué necesidad satisface realmente no tiene un verdadero modelo de negocio o una empresa rentable.
Adolfo: Pero cuando tú estás en DATAWHEEL analizando datos, ¿los miras de forma diferente a cuando estás guiado por tu curiosidad científica, en el laboratorio de la universidad?
César: En mi empresa DATAWHEEL, estoy tratando de pensar en cómo satisfago las necesidades de clientes. En su observatorio de complejidad económica pienso en cómo yo voy a satisfacer, por ejemplo, a las personas que usan datos de comercio internacional en sus operaciones. Qué datos y qué tipo de información necesitan, qué representación de ellos les sirve. Si necesitan datos de empresas, si datos del precio unitario de las exportaciones, o si de su volumen total. Si necesitan ver cómo estos cambian a lo largo del tiempo. Cuando hago trabajo de consultoría, desarrollamos plataformas como DataUSA, DataMéxico, DataSaudi, etc. que hacen disponibles datos a escala de país y nos enfocamos en cuál es la necesidad que tiene ese Ministerio de Economía y cómo podemos satisfacer su necesidad de mucho mejor manera que su propio departamento de inteligencia interno que ellos tienen.
Adolfo: Quería tratar ahora de algo provocativo, que está muy de actualidad. New Yorker ha publicado hace pocos días un artículo: El Estado artificial, cuyo subtítulo dice: “A medida que la vida cívica estadounidense se ha ido moldeando cada vez más mediante algoritmos, la confianza en el gobierno ha caído en picado. ¿Hay vuelta atrás?”. Tú ya te anticipaste al respecto. En una conferencia de TED de hace cuatro años hiciste una propuesta muy disruptiva sobre mejorar la interfaz del usuario de las democracias que, dijiste, ahora mismo son manifiestamente mejorables. Y dijiste que había que explorar el ‘automatizar’ a legisladores políticos sustituyéndolos por algorítmica. Y hablabas de una democracia aumentada, mucho más directa que la representativa tradicional que conocemos. Tiene que ver también ahora con un paper que has publicado en enero de 2024 titulado: “Los grandes modelos lingüísticos (LLM) como agentes de la democracia aumentada”, en el que explorais un sistema de democracia aumentada basado en grandes modelos lingüísticos (LLM). Dices que esto quizá hoy se vea provocativo y rupturista pero que, para la generación de tu hija, más adelante, no lo será tanto. ¿Qué piensas tras cinco años de darle vueltas a esta idea?
César: Como lo veo ahora, además de como científico, también lo complementa mi punto de vista como emprendedor, es decir, como alguien que va a intentar desarrollar una solución. Como científico tenemos la necesidad de explorar nuevas formas de tomar decisiones de manera colectiva a gran escala. La idea de democracia es bastante abstracta. Es la idea de que las personas son soberanas y que deben tomar parte en una decisión de manera colectiva. Pero cómo se implementa esa idea involucra a un gran número de simplificaciones. Involucra la elección de múltiples representantes que luego tomarán otras decisiones usando la soberanía que obtienen de los votantes que les eligieron, y eso, paulatinamente, se va separando de la idea de democracia a partir de particularidades de implementación de ella misma, que incluso son diferentes en distintos países.
Lo que pienso es que, a medida que cambian las tecnologías, vamos teniendo distintas maneras de implementar esa gran idea de la democracia, que creo, es independiente de la manera concreta para llevarla a la práctica, y que tal como ya ocurre tiene distintas formas de manifestarse. Yo creo que lo importante es que estemos siempre en una reflexión permanente sobre cómo debemos explorar la forma en la que tomamos decisiones de manera colectiva; cómo debemos usar los nuevos medios de comunicación y tecnología; cómo debemos usar la inteligencia artificial para mejorar ese proceso de decisión colectiva. Hay mil sistemas nuevos posibles. Creemos que la democracia es la implementación que tenemos ahora. Pero no es así, la democracia es mucho más grande que esta implementación concreta de ahora mismo.
Adolfo: ¿la democracia actual tiene una mala interfaz de usuario?
César: Sí, exacto. Podría mejorarse y mucho. Hay aún muy pocos explorando eso. De hecho, hay muchas personas que cuando piensa en la interfaz entre la democracia y la tecnología piensan en cómo la tecnología afecta a la interfaz actual y no en cómo nos podrían ayudar otras implementaciones que fueran capaces de corregir algunos de los errores que tenemos hoy en día en ello.
El alfabeto infinito
Adolfo: Por último. Ya sé que a ti no te gusta hablar de algo tuyo que esté en proceso de desarrollo. Pero creo que estás trabajando en un libro que se publicará en unos meses con un título muy atractivo. Se va a llamar El Alfabeto infinito. ¿Puedes contarme algo sobre su contenido?
César: Te adelanto algo. Es un libro en el que trato de describir y resumir las leyes que gobiernan el crecimiento del conocimiento, su difusión y la valoración del conocimiento. Lo que hago en el libro es explorar más de 100 años de historia que involucran a ciencias que vienen de la psicología, la ingeniería, la economía, o la física, etc. para ayudarnos a entender qué es el conocimiento, cómo cuantificarlo y cómo éste cambia a lo largo del tiempo. Hay muchas leyes muy interesantes que nos han ayudado a entender cómo cambian las tecnologías en el tiempo, cómo se difunden en el espacio y cómo ellas contribuyen a la generación de la riqueza.
Es un libro que, lo que trata de hacer, es tomar este concepto en el que hoy en día pensamos de una manera muy etérea y llamamos conocimiento y que cuando hablamos de ello de forma coloquial es como una idea vaga y difícil de definir… Pero yo muestro que muchas personas han hecho investigación cuantitativa en el último siglo sobre este tema y, hoy en día, tenemos muchos principios en eso en lo que ya estamos de acuerdo y que son desconocidos por el público en general e incluso también en ciertas áreas de la Academia. Entonces, lo que trato de analizar son cosas de estas investigaciones científicas y resumirlas en un volumen que te dice: estas son las tres leyes que rigen el conocimiento, y estas son las maneras en que se han aplicado en algunos lugares de forma incorrecta y cómo se debería aplicar, quizá, correctamente. Nosotros, ahora, con los datos podemos entenderlas y empezar a verlas en muchos procesos históricos. Es un libro que tiene también muchas narrativas que he ido recopilando de distintas fuentes, historias de emprendedores, de inmigrantes e historias de tecnologías.
Adolfo: Entonces ¿el alfabeto del conocimiento es el que es infinito?
César: La frase el alfabeto infinito viene del hecho de que el conocimiento productivo es un alfabeto ¿Por qué? pues porque el conocimiento tiene una propiedad que es la de que no es intercambiable en el sentido de como diríamos técnicamente, no es fungible. En el caso de un pianista y un cirujano, ambos tienen conocimiento, ambos son hábiles con sus manos, pero tú no puedes cambiar un pianista por un cirujano por más hábiles que sean. Lo que saben no es intercambiable. No es fungible. El mundo del conocimiento no es un enorme lugar donde hay una sola cantidad que crece, sino que es algo muy específico a las industrias, las ciencias, a las ocupaciones, a las actividades, a los lugares. Este gran alfabeto está hecho de muchos pedacitos pequeños de conocimiento que lo forman pero que son muy complementarios y que crecen a través de sus complementariedades e interacciones.
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