Hoy es jue­ves, 16 de enero de 2025

“La poesía es la manifestación más grande de lo verbal en una cultura”

Reconocido como uno de los mejores poetas españoles vivos, autor de novelas, libros de aforismos, ensayos, articulista y hasta escritor taurino, Carlos Marzal afirma entender la escritura como una vocación global en la que la poesía es la base y el principio de lo demás. Es, sin duda, uno de esos valencianos cuyo trabajo merece ser más conocido.

Poe­ta, narra­dor, afo­ris­ta, arti­cu­lis­ta, ensa­yis­ta, nove­lis­ta, teó­ri­co tau­rino… ¿Lo que antes algu­nos lla­ma­ban un hom­bre del Rena­ci­mien­to?

Los escri­to­res damos para mucho y nor­mal­men­te esta­mos obli­ga­dos por voca­ción, y al mis­mo tiem­po por ofi­cio, a tocar muchos palos. La ver­dad es que a mí me gus­ta escri­bir en todos los géne­ros: escri­bir colum­nas, dar con­fe­ren­cias, escri­bir rela­tos, nove­las… un poco de todo. Entien­do la escri­tu­ra como una voca­ción glo­bal.
¿Pero al prin­ci­pio fue la poe­sía?
Al prin­ci­pio, duran­te y des­pués. Creo que la base y la raíz de mi escri­tu­ra es la poe­sía. Para mí es el gene­ro de géne­ros, tam­bien como lec­tor, la mani­fes­ta­ción más gran­de de lo ver­bal en una cul­tu­ra. Creo que soy nove­lis­ta y cuen­tis­ta, o lo inten­to, por­que inten­to ser poe­ta. La poe­sía es la base de todo lo que hago.
¿Cómo le ha dado por espe­cia­li­zar­se en afo­ris­mos?
Los afo­ris­mos tam­bién son una pasión de lec­tor, una for­ma de orde­nar el pen­sa­mien­to pro­pio, lo poco que uno tie­ne de pen­sa­mien­to lo ordeno median­te esa dis­ci­pli­na y ese ejer­ci­cio de los afo­ris­mos, que te obli­gan a sin­te­ti­zar, a pro­cu­rar jugar alre­de­dor de las ideas.
¿El afo­ris­mo sur­ge o se bus­ca?
Creo que toda la escri­tu­ra nace del pro­pó­si­to de que naz­ca. Uno tie­ne ideas, tie­ne ocu­rren­cias, tie­ne… pero lue­go está el des­cu­bri­mien­to de la escri­tu­ra a medi­da que va escri­bien­do. Lo ante­rior, los pla­nes, las ano­ta­cio­nes…, no es la escri­tu­ra, es tra­ba­jo pre­vio que que­da en el aire, se difu­mi­na. El afo­ris­mo es un des­te­llo del pen­sa­mien­to, pero hay que sen­tar­se, hay que dar­le for­ma, vol­ver­lo del revés, limar­lo, para que al final sea lo que es.
¿Todos los días un afo­ris­mo, como con los plá­ta­nos?
A lo que cuel­go en Face­book le lla­mo afo­ris­mo del día, como el pla­to del día. Me gus­ta que parez­ca que es algo ali­man­ta­rio y ali­men­ti­cio al mis­mo tiem­po.
¿Es pre­cur­sor en echar el tra­ba­jo a rodar en las redes socia­les antes de publi­car­lo?
Con los afo­ris­mos sí. Me pare­ce que es un géne­ro que está casi casi hecho, pen­sa­do, para ser difun­di­do en las redes; de con­su­mo rápi­do, ins­tan­tá­neo casi, muy por­tá­til. Se trans­por­ta muy bien, tan­to en Face­book como en Twit­ter, como en Goo­gle Chro­me… pare­ce que via­je muy bien.
¿Y tie­ne más feed back que la poe­sía?
Bueno, creo que es un géne­ro bas­tan­te simi­lar, en el sen­ti­do de que tra­ta de expli­car lo máxi­mo con lo míni­mo, tra­ta de con­den­sar mucho, y debe­ría estar hecho para releer­se, para pen­sar­se. Pro­ba­ble­men­te la úni­ca for­ma de cono­ci­mien­to de lo que hay al otro lado del mun­do de la lite­ra­tu­ra son las redes. Dan la medi­da, y muchas veces tam­bien para mal, de lo que hay al otro lado. A veces te das cuen­ta de que la gen­te no entien­de lo que uno que­rría que enten­die­ra, sino lo que le da la gana.
¿Pero los poe­tas debe­rían estar con­ten­tos con las redes, don­de cir­cu­la más poe­sía que nun­ca?
Es un méto­do mara­vi­llo­so para difun­dir, pero sin jerar­qui­za­cio­nes ni fil­tros. La red igua­la y equi­pa­ra todo, por­que todo es una entra­da, el mis­mo tipo de men­sa­je, de bote­lla lan­za­da al mar. Ahí cabe todo, lo bueno, lo malo y lo malí­si­mo. Cada vez se difun­de más, pero pro­ba­ble­men­te cada vez sea más difí­cil selec­cio­nar y acce­der a lo bueno. Sigo cre­yen­do en la abso­lu­ta nece­si­dad del fil­tro, del criterio,de la edi­ción. Un edi­tor es alguien con cri­te­rio que selec­cio­na y da a su públi­co un pro­duc­to ya puli­do.

¿Algunos poetas se pasan a la narrativa para vender más?

Nos pasa­mos a la narra­ti­va por­que nos gus­ta la narra­ti­va. Sería un dis­pa­ra­te hacer­lo con volun­tad eco­nó­mi­ca. Al menos en mi caso no me ha saca­do de pobre, y son tan­tí­si­mas horas las que uno tie­ne que dedi­car a una nove­la, a docu­men­tar­se, a tra­ba­jar, que no mere­ce­ría la pena sino es por voca­ción y por gus­to.

¿Toda su lite­ra­tu­ra es hija de la expe­rien­cia?
Es una eti­que­ta que me gus­ta, pero ¿qué no es expe­rien­cia? Arte es igual a expe­rien­cia. Cual­quier moda­li­dad artís­ti­ca, cual­quer mani­fes­ta­ción en el ámbi­to del arte, es una mani­fes­ta­ción de la expe­rien­cia del autor, enten­dién­do­lo de for­ma muy amplia y muy gene­ro­sa. Son los sue­ños, lo que uno ha leí­do, lo que uno ha vivi­do y todo lo que se le ocu­rre. La expe­rien­cia es todo, y no hay nada que se pue­da con­tar, ni saber ni pen­sar al mar­gen de la expe­rien­cia.
¿Mejor la vida de uno que las vidas dis­tan­tes?
Bueno, una mez­cla de las dos cosas. El arte lo que hace es, a tra­vés de la expe­rien­cia de la pro­pia vida, inven­tar otras, enri­que­cer la vida pro­pia, tra­tar de urdir algo que exce­da la vida de uno.
¿A estas altu­ras esta­rá har­to de defen­der su con­di­ción de tau­rino?
Bueno, en los últi­mos tiem­pos más que nun­ca. Me gus­tan casi todas las mani­fes­ta­cio­nes tau­ri­nas pau­ta­das, orga­ni­za­das, artís­ti­cas. No me gus­tan ni los bous al carrer ni el toro de Tor­de­si­llas. Me gus­tan las corri­das de toros cuan­do las cosas se hacen bien y tra­tan­do de pro­pi­ciar la emo­ción esté­ti­ca.
¿Un poe­ta pier­de opor­tu­ni­da­des que­dán­do­se a vivir en Valen­cia?
Hoy en díauno pue­de ser escri­tor des­de cual­quer lugar del mun­do. La cali­dad de la obra de un poe­ta no tie­ne nada que ver ni con la popu­la­ri­dad ni con el sitio des­de el que escri­be ni con la fama que pue­da obte­ner. Son cosas del azar. Pro­ba­ble­men­te es más fácil tener más opor­tu­ni­da­des de escri­bir en los medios impor­tan­tes si uno vive en Madrid o Bar­ce­lo­na y hace vida social, pero a fin de cuen­tas la lite­ra­tu­ra se escri­be estan­do ence­rra­do en una habi­ta­ción.
¿La cri­sis está influ­yen­do mucho en su lite­ra­tu­ra? 
Lo que es la cri­sis como tema lite­ra­rio, de momen­to no dem­sia­do, pero es que esta cri­sis que nos ha toca­do vivir no es un crack eco­nó­mi­co, es un crack de todo tipo: de mode­lo de vida, de para­dig­ma éti­co, social, eco­nó­mi­co, ideo­ló­gi­co…, y no sabe­mos muy bien qué es lo que va
a salir de aquí. No sé se si eso ten­drá lue­go reper­cu­sión como argu­men­to lite­ra­rio y como tema de lo que escri­ba. Me ima­gino que sí, por­que todo lo que afe­ta a la vida pro­pia ter­mi­na por aflo­rar, pero en un prin­ci­pio tam­po­co soy un escri­tor direc­ta­men­te social.
¿El pró­xi­mo libro?
Aho­ra estoy escri­bien­do una nove­la, muchos más afo­ris­mos, con­ti­núo con mis cola­bo­ra­cio­nes perio­dís­ti­cas, que tie­nen siem­pre en el hori­zon­te la voca­ción de con­ver­tir­se en un libro, por­que entien­do el artícu­lo como una for­ma auto­bio­grá­fi­ca, como lite­ra­tu­ra.

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