Durante mucho tiempo se criticó que muchos gobiernos actuaron demasiado lentos tras saltar las alarmas del coronavirus Covid-19 en la ciudad china de Wuhan. Ahora, la tendencia parece haberse invertido y comunidades autónomas y gobiernos de diferentes países parecen enfrascados en una carrera por liderar la desescalada, con las sombras de la recesión económica como alarmante telón de fondo. Por eso, la incógnita de si ahora se están tomando decisiones demasiado rápidas en el nuevo interrogante que comienza a plantearse.
Una precipitación cuyo gran riesgo estiba en que a partir de ahora la responsabilidad en contener la pandemia recae sobre unos ciudadanos demasiado inclinados a la relajación tras largas semanas de confinamiento. Algunos de los datos que nos llegan de países, que paradójicamente han sido puestos como ejemplo de buena gestión de la crisis, acrecientan esas dudas.
Uno de ellos es Alemania. Tres semanas después de que la potencia europea iniciara su primera fase de desescalada, flexibilizando por ejemplo las restricciones en algunos comercios, los expertos alertan con preocupación un repunte en la expansión del coronavirus. En concreto, según el Instituto Robert Koch, organismo encargado de realizar el seguimiento oficial de la pandemia, la tasa de reproducción del virus ha pasado de 1 a 1.1. Es decir, si se había logrado que cada infectado no contagiara a más de una persona, comienza a detectarse que el potencial número de contagiados por afectado por el Covid-19 se incrementa.
En la actualidad, Alemania es el séptimo país del mundo con mayor número de contagios por el virus. En concreto, según los últimos datos, 171.879 alemanes han resultado afectados por la enfermedad, de los que 7.569 han fallecido.
Seúl vuelve a cerrar sus bares y discotecas
Pero donde se han encendido todas las alarmas ha sido en Corea del Sur. Con 10.909 infectados y solo 256 muertos desde que estalló la crisis sanitaria, el país asiático se había convertido en un referente sobre la buena gestión de la pandemia. Sin embargo, el rebrote que se está registrando en los últimos días está obligando a las autoridades coreanas a dar marcha atrás en la desescalada.
Y es que desde mediados del mes de abril Corea del Sur registraba menos de 15 contagios nuevos diarios, con algunas jornadas en las que no se contabilizaba ningún nuevo infectado. Sin embargo, durante el último fin de semana comenzaron a duplicarse los casos registrados, la mayoría de ellos vinculados a clientes de espacios de ocio que paulatinamente habían vuelto a la normalidad.
De hecho, el epicentro del rebrote se ha producido en Itaewon, un popular barrio de diversión de Seúl por su gran oferta de bares y discotecas. Esto ha hecho que muchos de los nuevos infectados se caractericen por un perfil joven. La respuesta del gobierno metropolitano de Seúl no se hizo esperar y el pasado sábado emitió una orden suspendiendo la apertura de discotecas, bares y otros establecimientos de ocio nocturno de la ciudad,
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