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Aun­que ya he tra­ta­do este tema más de una vez, una ami­ga me ha suge­ri­do que lo reto­me, por­que se tra­ta de un asun­to que no sólo no pasa de moda sino que vuel­ve cada vez con fuer­za reno­va­da. Sí. Voy a hablar sobre las tali­ma­mas. Las tali­ma­mas son esas muje­res que jun­to con sus hijos engen­dra­ron la ver­dad abso­lu­ta. Ay. Las tali­ma­mas se carac­te­ri­zan por pon­ti­fi­car sobre la lac­tan­cia mater­na, el bibe­rón, el cole­cho, el méto­do Esti­vill o cual­quier otra cues­tión sabien­do de sobra que la razón la tie­nen ellas. Las tali­ma­mas (que se diri­gen habi­tual­men­te a madres en esta­do de debi­li­dad por fal­ta de sue­ño, por esca­sez de tiem­po para su per­so­na o por puro ago­ta­mien­to físi­co), sue­len poner el gri­to en el cie­lo cuan­do otra madre con­fie­sa que a su bebé le da pecho (o no), que duer­me con él (o no) o que le deja llo­rar (o no). Y fren­te a eso, seño­ras y seño­res, yo pro­pon­go tole­ran­cia cero. Tole­ran­cia cero con las tali­ma­mas. Por­que en esto de la mater­ni­dad, todos lo hace­mos lo mejor que pode­mos sin que nadie ten­ga que decir­nos que esta­mos actuan­do mal sólo por­que no lo hace­mos con ellas. ¿No les pare­ce?

Aun­que ya he tra­ta­do este tema más de una vez, una ami­ga me ha suge­ri­do que lo reto­me, por­que se tra­ta de un asun­to que no sólo no pasa de moda sino que vuel­ve cada vez con fuer­za reno­va­da. Sí. Voy a hablar sobre las tali­ma­mas. Las tali­ma­mas son esas muje­res que jun­to con sus hijos engen­dra­ron la ver­dad abso­lu­ta. Ay. Las tali­ma­mas se carac­te­ri­zan por pon­ti­fi­car sobre la lac­tan­cia mater­na, el bibe­rón, el cole­cho, el méto­do Esti­vill o cual­quier otra cues­tión sabien­do de sobra que la razón la tie­nen ellas. Las tali­ma­mas (que se diri­gen habi­tual­men­te a madres en esta­do de debi­li­dad por fal­ta de sue­ño, por esca­sez de tiem­po para su per­so­na o por puro ago­ta­mien­to físi­co), sue­len poner el gri­to en el cie­lo cuan­do otra madre con­fie­sa que a su bebé le da pecho (o no), que duer­me con él (o no) o que le deja llo­rar (o no). Y fren­te a eso, seño­ras y seño­res, yo pro­pon­go tole­ran­cia cero. Tole­ran­cia cero con las tali­ma­mas. Por­que en esto de la mater­ni­dad, todos lo hace­mos lo mejor que pode­mos sin que nadie ten­ga que decir­nos que esta­mos actuan­do mal sólo por­que no lo hace­mos con ellas. ¿No les pare­ce?

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