El cierre de los negocios de hostelería ocasionado por el Covid-19 empieza a ver la luz al final del túnel con las medidas de desescalada progresiva anunciadas por el Gobierno de España, pero las dudas que acechan a este sector, uno de los más golpeados por la pandemia, son todavía muchas. El presidente de la Asociación de Restaurantes de la Playa de la Malvarrosa, José Miralles, nos habla de ellas y recuerda que a este cierre forzoso hay que añadir las pérdidas por los temporales de final de año e inicios de 2020 así como el hecho de que, precisamente este año, era el que tenían aprobado para poder derruir sus actuales locales y construir los nuevos. Miralles explica que era algo por lo que llevaban luchando casi una década y que, por fin, se iba a hacer realidad, pero ahora acaban de solicitar una moratoria al Ministerio de Obras Públicas, pues es una inversión muy elevada, entre 600.000 y 700.000 euros por restaurante, que ahora no saben cómo podrían afrontar.
¿Cuál es vuestra primera sensación tras las fases de desescalada anunciadas por el presidente Pedro Sánchez?
La primera sensación es por, lo menos, de esperanza, de ver la luz al final del túnel, después de estas semanas tan dolorosas y dramáticas para nuestros restaurantes, pero sobre todo por la mortalidad de este virus. La previsión orientativa que ha dado el Gobierno la acogemos bien. Es una buena medida hacerlo por fases, siempre poniendo el condicionante de que lo permita el virus. Nos parece bien. El problema que vemos es que hay muchas cosas que no han quedado claras. Sobre todo para el gremio de la hostelería. Sabemos que en una primera fase, a partir del 4 de mayo, se podrán abrir restaurantes y cafeterías que sirvan comida para llevar. Luego, en la fase 1, llegará la apertura de terrazas al 30%, y ahí empiezan las preguntas: ¿En qué condiciones podremos abrir las terrazas y con qué medios? Sabemos cosas como la distancia entre mesas, que será de entre metro y medio a dos metros, que no podrá haber más de cuatro personas en cada una de ellas, pero nos falta conocer si tendremos que poner dispensadores, si habrá que tomar la temperatura al personal, si hay que desinfectar el suelo, poner mamparas de metacrilato… Lo primero que tenemos que saber para ver si podemos actuar es conocer en qué condiciones podemos abrir para saber qué tipo de inversión tiene que hacer un local para ajustarse a unas medidas sanitarias que aún no conocemos.
Luego está la situación de los Erte…
Este es otro tema candente. Necesitamos saber si entre el 11 de mayo y el 8 de junio en qué medida podemos o debemos recuperar el personal afectado por los Erte. Si hay que recuperarlo al cien por cien desde la fase 1 o si será en junio o si nos concederán, como solicitamos, una moratoria de seis meses para ir recuperando el personal a medida que nos haga falta. En la fase 3 solo tendríamos permitida la apertura con un 50% de la capacidad del local y la terraza. Tal vez a finales de junio se podría aumentar esos aforos, pero pienso que las limitaciones se van a prolongar, al menos, hasta final de año.
¿Es lógico que haya que recuperar a todo el personal sin poder abrir los locales al cien por cien?
No tiene ninguna lógica. Entiendo que desde el Ministerio de Sanidad y el de Trabajo esto lo tendrán que hablar y tramitar. A nosotros, desde la comparecencia del martes, se nos han quedado todas estas dudas, más las que ya teníamos de mantenimiento de personal, impuestos, autónomos, luz, agua… Digo que ves la luz, porque ya hay como un escenario en cuanto a fechas, pero con muchas incógnitas para nosotros, incógnitas que nos consumen por dentro.
¿Qué medidas proponen o piensan proponer a las administraciones públicas?
Nosotros, desde la Asociación de restaurantes de la playa de la Malvarrosa lo que vamos a solicitar es una petición al Ministerio de Obras Públicas, a Costas y al Ayuntamiento de Valencia, para contar con la posibilidad de doblar los metros actuales de terraza que podemos usar para, de esta forma, seguir manteniendo la capacidad de clientes en los locales, pero con más amplitud de terreno. En el Paseo Marítimo hay sitio de sobra para poder hacerlo: sería muy bueno para el cliente y para mantener los locales. Nos consta que desde la Federación de Hostelería se está trabajando en esto también para trasladarlo al Ayuntamiento y que se puedan ampliar terrazas, no solo aquí sino en cualquier otra zona de la ciudad.
Pero habrá lugares en los que, por un simple tema de espacio, esto no será posible…
A ese local que no pueda ampliar terraza habrá que ayudarle de otra forma: condonarle impuestos, tasas de terraza, de basura… habrá que ayudarle porque ese bar o restaurante no podrá abrir hasta la segunda o tercera fase, pero ya está dejando de facturar desde marzo.
¿Se ha hablado mucho de aplazar impuestos, pero poco de condonaciones?
En ningún momento se habla de condonaciones de impuestos. Nosotros no podemos cargar con más deudas, no pueden volver a dejarnos caer como sucedió en la crisis de 2008. La hostelería ha dado un paso adelante muy importante en la Comunidad Valenciana en los últimos años. Estábamos en un momento excepcional de consumo, turistas, calidad de servicio. El sector estaba en un posicionamiento elevado a nivel nacional, junto a Málaga éramos la región con mayor proyección. Las instituciones no nos pueden dejar caer, deberían de condonar muchas deudas e impuestos.
“No podemos cargar con más deudas. No pueden volver a dejar caer a la hostelería como sucedió en la crisis de 2008”
En vuestro caso este cierre forzoso llega tras un invierno desastroso con varias tormentas, como Gloria, que arrasaron la playa y vuestras instalaciones…
Llevamos arrastrando un déficit detrás de otro. En la Comunidad Valenciana tuvimos un temporal de arena gigantesco, como no se recuerda otro, a final de año, luego una “dana” a inicios de año, el temporal Gloria, la cancelación de las Fallas, de la Semana Santa, y también de las comuniones para el mes de mayo que había en los locales. Ahora afrontamos un verano con muchas preguntas e interrogantes. Este año 2020 es catastrófico para nuestros locales, al temporal de hace unos meses que destrozó la costa levantina hay que añadir esta crisis sanitaria inesperada que nos ha roto todos los esquemas. Llevamos una mala racha, con ganas de sobresalir. Poder coger las palas, las cucharas y empezar a cocinar y que empiece a fluir todo ya de una vez.
Por otra parte, este 2020 iban a empezar las obras de derrumbe y nueva construcción de los restaurantes del paseo de la Malvarrosa. ¿Cómo está la situación ahora mismo?
Esta situación es otro problema más. Llevamos más de ocho años de lucha para conseguir los permisos con los que empezar con los locales nuevos. Hace siete meses obtuvimos la confirmación del Ministerio de Obras Públicas para empezar las obras. Nos dieron 20 meses para finalizarlas, que empezaban a contar a inicios de año, aunque nuestra planificación era acometerlas en invierno de este año. Estaba todo en marcha, pero después de lo que ha pasado ahora, hemos tenido que solicitar una moratoria de plazos. Necesitamos contar con más margen para ver cómo se reactivan los locales, la economía, y ver si podemos hacer frente a una inversión tan elevada para la cual no contamos con ayudas ni subvenciones de ningún tipo. Estamos desolados, tras tantos años de lucha, lo conseguimos y ahora sucede esto. Hay que tener en cuenta que se trata de inversiones que rondan los 600.000 y 700.000 euros por restaurante. Los nuevos locales iban a ser modulares, se fabricarían y podrían estar montados en cuatro meses, pero ahora da vértigo pensar en una inversión así cuando los restaurantes lo estamos pasando tan mal y tenemos tantos interrogantes.
“Este año 2020 es catastrófico para nuestros locales, al temporal de hace unos meses que destrozó la costa levantina hay que añadir esta crisis sanitaria inesperada que nos ha roto todos los esquemas”
Con las restricciones de movilidad previstas, al menos a corto plazo, tendrán que ser los clientes autóctonos los que respondan, ¿verdad?
Lo más importante ahora es recuperar la confianza absoluta y total, primero del cliente nacional que es nuestro cliente fiel, el que te consuela, te ayuda, está encima de ti para darte ánimos y decirte que vendrá a comer… Hay que recuperar su confianza y también la del turismo internacional, vivimos durante todo el año gracias a ellos, pues contamos con un 60% de facturación extranjera. Será muy importante que, cuanto antes, den vía libre para viajar desde países como Alemania o Inglaterra.
¿Hay que apostar por un modelo de reactivación económica frente al de contención impuesto tras la crisis de 2008?
Ahora estamos en eso, necesitamos salir, consumir, la economía familiar quedará muy tocada. Confiamos en una pronta recuperación, pero qué duda cabe que una recuperación temprana tiene que estar muy ligada al consumo, a la restauración, hoteles, tiendas, cines… sin el apoyo de la ciudadanía nacional tardaremos mucho más en reactivar la situación. Por otra parte, que sepa toda la ciudadanía que el gremio de hosteleros estaremos a la altura y pondremos nuestros locales como claro ejemplo de lo que es un régimen sanitario perfecto. Vamos a creer en el sentido común, soy muy creyente y confío en la gente. El valenciano, al final es solidario, nos abrazaremos en seguida que podamos e intentaremos ir todos a una. Habrá situaciones y situaciones, pero la gran mayoría de los ciudadanos estamos locos por ayudar, salir y sentirnos útiles.
¿Cuál ha sido la respuesta de la clientela y la ciudadanía durante estas semanas?
Desde el primer día, ha sido apabullante. Hay días que no me da para atender el teléfono: te llaman comerciales, distribuidores, clientes nacionales y también extranjeros, que son clientes fieles, se preocupan, te llaman y te alientan. Te dicen, “tranquilo que volveremos”, eso apoya, ayuda y es a lo que voy, a ese compañerismo y el creer realmente en el ser humano y en el sentido común de las personas. Nos sentimos muy arropados por la ciudadanía, pero queremos sentirnos arropados también por las instituciones que son los que manejan la economía y tienen que ayudarnos a salir de este bache.
“Nos sentimos muy arropados por la ciudadanía, pero queremos sentirnos arropados también por las instituciones que son los que manejan la economía”
¿Quiere mandar algún otro mensaje?
Hacer hincapié en la confianza, en que no se quede la hostelería como lo último, que no nos dejen caer, que las medidas sean las que estamos demandando. No pedimos nada raro ni extraordinario, sino colaboración y ayudas para mantener nuestros locales, poder mantener nuestro sello de identidad. La hostelería va unida al turismo y este a España y es algo en lo que somos líderes en Europa y en el mundo.
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